Para Que el Futuro no Condicione

11 octubre 2009 ·

Tal vez algunos recuerden de sus padres o abuelos algunas expresiones, tales como: “Veremos que nos depara el destino o la vida”, “Dios dirá”, “qué suerte tuvo fulano”, etc. Todo ello nos remite a un ayer en donde el futuro de una profesión o trabajo se lo asumía como algo que estaba fuera de nuestro control. Por cierto que esta actitud muchas veces era validada por la realidad del contexto y cultura reinantes, porque había un amplio margen de oportunidades para casi todos.

Pero la realidad hoy es muy distinta. Los mercados cambiaron de signo y lo que predomina es la sobreoferta de productos, servicios y profesiones en las más variadas disciplinas. De la diversidad con identidad del ayer hemos pasado a la uniformidad del todo:

Productos, servicios, empleo y carreras universitarias contribuyen –fruto de un error conceptual de lo que es competir– con más de lo mismo. El resultado de este sistemático “me too” terminó derivando en la commoditización, en donde todos pierden porque potencialmente terminan ganando menos.

Por suerte que para ello existe una solución eficaz, pero tal como ya lo mencionara en otra oportunidad, no es para nada milagrosa ni mucho menos fruto del destino. Está en cada uno de nosotros. Y en la medida que decidamos ponerla en acción, uno podrá comenzar a trabajar su destino a partir de un plan o proyecto centrado en un atributo o talento de valor diferencial –con foco en nuestra mayor fortaleza– dentro del ámbito en donde tenemos previsto desarrollarnos.

A partir de esa toma de conciencia, Tu Marca Personal permitirá que uno pueda construir y consolidar un posicionamiento distintivo, único y de valor para nuestros clientes: empresa, organización, emprendimiento o profesión. Para ello se necesitará tener bien en claro las prioridades del mercado –aquellos clientes que deseamos abordar con una propuesta de trabajo diferente al resto y que, por supuesto, sea reconocida como tal por nuestro target. De esta manera, uno se prepara para enfrentar la realidad con una actitud y predisposición distinta, y además nos permite estar mejor parado frente a las contingencias derivadas del contexto, incluido un despido laboral circunstancial o imprevisto.

Quienes se decidan por construir su identidad personal, a partir del fruto y desempeño de calidad de su trabajo, son los que ponen en marcha Tu Marca Personal. Así, han de ser los otros los que empiezan a hablar de uno, no por la forma en que nos peinados y vestimos, sino por los resultados y el valor diferencial que emanan de nuestro accionar. La marca es la huella que hemos sabido registrar eficazmente en sus mentes.

En consecuencia, de lo que se trata es tener bien en claro el qué, el cómo y el cuándo construir Tu Marca Personal, para evitar no sólo ser una víctima más del destino sino también llegar a quedar atrapado dentro del promedio de tu mercado.

José Podestá

 

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