Una Actitud: Reinventarse

18 abril 2010 ·

Los límites al logro profesional, laboral y social nos corresponde a cada uno de nosotros. Si bien no todos están convencidos de ello –de allí su dependencia a las decisiones del otro– hay razones básicas del principio de libertad y del derecho natural que así lo determinan.

No hemos venido al mundo para ser un “objeto-recurso” de nadie, aunque se trate de una empresa u organización. Por tanto, aquellas personas que creen que el mundo debe estar regido por los que mandan y los que obedecen –así nadie levanta su cabeza más allá de lo que “se debe hacer”– es típico de una cultura autoritaria para el beneficio de unos pocos. Y si alguien tiene dudas de ello, sólo basta con ver la realidad y los tristes sucesos de la historia.

¿Qué nos dice la realidad?

Que el contexto en donde todos nos encontramos, vivimos e interactuamos está en “estado de conversación”. ¿Esto qué significa? Algo nuevo e importante: el público está dejando de ser, de modo consciente o no, una persona pasiva y receptiva. Cada vez más las personas se están soltando en el decir, proponer y demandar. Sienten que la información y el conocimiento los ha dotado de un poder que funciona, toda vez que se lo emplea adecuadamente.

Esto también se viene dando en el plano laboral y profesional. Por ahora sólo un 20% de las empresas –las innovadoras y anticipadoras del cambio– han puesto en el centro de su gestión al empleado, no el tradicional-dependiente sino el que los pueda ayudar a llevar a cabo el desafío escrito en la misión y la visión.

La necesidad de reinventarse siempre estuvo alineada al proceso del cambio. Pero así como en el ayer sentíamos que los que debían cambiar no necesariamente era uno sino los otros, hoy sí lo es.

¿Cómo hacerlo?

Aquí no existe una fórmula global que funcione para todos. Tampoco es mágica ni facilista, aunque haya escuchado en alguna oportunidad voceros que así lo pregonan. Siempre han existido ilusionistas que utilizan tales recursos para seducir a los incautos; ellos también necesitan vivir.

Tal vez algunos sientan que para ellos es fundamental, para llevar a cabo su relanzamiento personal, recurrir al apoyo-asistencia de algún profesional, cosa que es perfectamente válida porque lo que en esencia importa es llegar a ser factible el cambio, siempre desde una nueva posición superadora.

Los dos extremos de esta tarea –acerca de mí y el proyecto personal– se deberán completar con algunos pasos intermedios fundamentales para lograr una articulación satisfactoria. Aquí lo importante es darse cuenta que para reinventarse con éxito hay que seguir un proceso ordenado, que tienda hacia un cambio integral, y que una vez alcanzado el objetivo permita ir construyendo la nueva identidad por las cosas mejores y diferentes que hagamos. Y a medida que vayamos generando esta nueva percepción en el ámbito de nuestras relaciones –laboral, profesional, social– estaremos también sumando un activo básico, potente y fundamental: Tu Marca Personal.

Participar, asumir retos-desafíos, proponer, recomendar, hacer, ... son las acciones que hoy vemos que hacen otros en nuestro alrededor. Si usted no es uno de ellos y desea cambiar: ¡Enhorabuena! Señal que decidirá reinventarse.


José Podestá

 

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