Mi Destino Me Encuentra

07 noviembre 2010 ·

El tema del destino da para mucho. Así como para algunos es un tema inexistente, a otros les preocupa y desvela, y para el resto es algo del cual no tienen idea alguna. Pero nos guste o no, tengamos consciencia de ello o no, lo cierto es que más allá de los avatares del día-a-día, nuestra biografía es reflejo del plan que involucra al destino.

Como individuos, cada uno de nosotros dispone de habilidades y talentos naturales y ha incorporado en su ser algunos genes propios de sus padres. Es decir que ya partimos, desde el vamos, con alguna impronta que no nos es propia: el destino, que en algún momento nos encontrará, y el factor herencia que luego se manifestará de modo peculiar. Ambos son incontrolables por la voluntad porque tienen otra finalidad, manifiestamente distinta al plan concreto y material que uno aspira desarrollar y alcanzar en la vida.

Pensar y admitir que los genios son seres especialmente dotados es, en realidad, una simplificación que está circunscripta a lo concreto y real. Ello nos asombra por la sencilla razón que vemos en esas personas dones que para nada están en nosotros. Pero ello no implica que cada uno no tengamos una impronta que nos distingue también, aunque más no sea en una escala modesta. Por algo la expresión popular dice que “las comparaciones son odiosas”; cada uno tiene un plan de vida por alcanzar. Además, ¿se imaginan cómo sería este planeta habitado sólo por genios?

En un plano más profundo del pensar y el sentir, nuestra realidad es una evidencia concreta del destino y misión por el cual hoy estamos aquí. Podría haber sido otro ser, pero nos tocó a cada uno de nosotros y a nadie más. Entonces, debiéramos entender y aceptar a los genios como seres que han sido beneficiados con una cuota mayor y evidente de talentos, para realizar algo que luego tendrá una mayor repercusión en la humanidad y en el tiempo.

Esto para nada nos excluye a nosotros. Que no todos seamos un genio manifiesto –cosa que es bueno hasta ecológicamente– para nada significa que el destino se haya olvidado de nosotros. Como éste es personal, sin darnos cuenta se viene manifestando en nuestra evolución y en los hechos que se nos van presentando a lo largo de la vida. Recién cuando me de cuenta de ello y piense en él, podré “sentir” que el destino está y hasta me encuentra.

Por cierto que en los tiempos que corren hablar y reflexionar sobre ello es algo que mayoritariamente no tiene importancia, valor ni significación. Pero justamente como no somos genios y necesitamos ganarnos la vida a través de nuestro trabajo o profesión, sí debo pensarlo especialmente cuando nos decidimos transitar por el camino del posicionamiento, a través del Personal Branding. Así como lo genios no son mayoría, tampoco lo son los individuos que han decidido salir del rebaño en que se encuentran para destacarse, con su trabajo, a partir de la impronta, habilidad o talento que los caracteriza. De esta forma, comienzan a transitar una nueva etapa que no se hubiera dado sin haber actuado en su ser “algo” que, a partir de ese momento, pasó a ser relevante en su biografía.

En lugar de esperar el “golpe del destino”, como algo mágico y benefactor, debiera sentir el destino para así poder encontrarlo en mí. Pero en la medida en que uno se deje llevar por las urgencias del día –total “Dios dirá”– lo que estaremos cosechando es que los sucesos simplemente nos ocurran, de manera pasiva.

¡Darme cuenta del por qué y el para qué de Tu Marca Personal es también una tarea interior que nos conduce a poder discernir las cosas que uno no desea hacer. Durante este proceso, y en la medida que se lo viva con profundidad, el destino nos estará marcando el camino, tal como lo hace con los demás. Si me doy cuenta de ello, podré entonces sentir que mi destino me encuentra!


José Podestá

 

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