Acerca de las Crisis Recurrentes

21 agosto 2011 ·

La Sociedad Informacional no sólo penetró en la cotidianidad y en la vida de relación de las personas sino que también contribuyó a la licuación de muchas normas, usos y costumbres. Y no conforme con ello, pasó a constituirse en uno de los vectores de la aceleración del cambio.

Tales consecuencias, sin embargo, no necesariamente deben ser vistas como negativas. Así como nos ha conducido a la democratización de la información, el acceso a las tecnologías sobre la cuales sustenta la nueva sociedad viene además generando una mayor participación y colaboración de los ciudadanos. Cada vez más, éstos ejercen su poder –incluso indignación– manifestando qué cosas comparten o rechazan en diversos ámbitos: laboral, social, político, ambiental, de consumo o cultural. De allí que es razonable decir que hoy vivimos en “estado de conversación” cotidiano, incluso en lo laboral y profesional.

Fruto de la aceleración del cambio y del entorno tecnológico-cultural, hay cada vez mayor cantidad de individuos que toman pleno conocimiento de las tendencias, se preparan para ello y también lo comparten con terceros. Esto hizo y hace que, en el plano formal jefe-empleado, existan frecuentes conflictos toda vez que el empleado ve que la conducción y responsabilidad de sus superiores no guarda relación con las demandas del momento. De no mediar una toma de conciencia de ello se terminará arribando a una crisis, con lo que esto implica.

En el ámbito de las organizaciones desde ya que existen otras crisis que son, generalmente, funcionales con la actividad que desarrollan. Pretender evitarlas no es fácil ni sencillo, pero sí el poder anticiparlas y gestionarlas. En estos casos podemos decir que son crisis que tienen que ver con las consecuencias que emanan de determinadas políticas o intereses, incluso las provenientes del ámbito sindical-laboral.

También están las crisis ajenas a nosotros y que se derivan por motivos y decisiones de terceros, especialmente en el plano político-económico. Lamentablemente venimos asistiendo, literalmente como espectadores y destinatarios finales de sus consecuencias, al agotamiento del sistema capitalista de consumo. Cualquiera sea la categoría de producto-servicio que uno desee imaginarse, lo cierto es que existe una gran sobreoferta a punto tal que lo que sobran son productos-servicios y lo que faltan son clientes.

Frente a ello, hasta ahora no se vislumbra en el sistema una solución o intento de cambio. Por el contrario, como se necesita “vender” se acortan los períodos de obsolescencia y se estimulan las ofertas para que el cliente-consumidor haga el recambio de modo más frecuente. Muchas veces esto no solo genera estrés sino también la sensación de estar trabajando y viviendo, simplemente, para pagar cuotas cada vez más prolongadas y altas.

Esta práctica reiterada y sin sentido, más allá del importante despilfarro que implica en términos de recursos de todo tipo, termina agotando finalmente a las empresas e impulsándolas a reducir personal, sumándole a la sociedad un nuevo conflicto social.

Qué puede hacer el Personal Branding

Depende de la motivación y los valores personales de su portador. Una persona que logró un posicionamiento exitoso y acorde en el desarrollo profesional, podrá estar también en excelentes condiciones de aportar soluciones en el ámbito en que se encuentre. En cambio, los que lo han hecho motivados sólo por un afán de dinero y poder, tal vez estén menos predispuestos a ello y hasta en algún momento podrían llegar a ser una víctima más del sistema.

¡Tu Marca Personal es la mejor respuesta para calificar y ser tenido en consideración en un entorno masivo y de iguales. Pero también hace al compromiso responsable que la sociedad hoy espera de todos aquellos que posean las capacidades para brindar nuevas soluciones al bienestar general!



José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.