Adiós al Techo de Cristal

11 marzo 2012 ·

La discriminación, especialmente a la mujer y a las etnias, ha sido un uso o norma social incorporada en las organizaciones, durante décadas. Quizás algunos tengan sobrados motivos para enfatizar que poco y nada cambió a la fecha, pero lo cierto es que estamos en pleno proceso de evolución y superación de semejante aberración; el techo de cristal comenzó a resquebrajarse.

Cada vez son más las mujeres que llegan a la presidencia de una nación, al cargo de primer ministro, CEO, directora o ejecutiva en una organización. Que venga ocurriendo algo así es un buen síntoma de que alguna razón-motivo existe; por suerte, nadie se atreve a decir que es una moda, por la sencilla razón de evidencia que a diario muestran las mujeres en términos de capacidad, habilidades y talentos para afrontar el desafío que se proponen.

Otros podrán decir que, efectivamente, esa es la realidad que nos muestran los hechos y las circunstancias, pero si de empresas se trata, a igualdad de función-cargo con el hombre, todavía la mujer sí es objeto de discriminación en materia de remuneración. Sin embargo, ya se da el caso de empresas que han equiparado el sueldo del puesto más allá del género. Por cierto, otra buena noticia de una tendencia que ya no podrá revertirse sino seguir extendiéndose como un “virus benigno”.

Para aquellas empresas que dicen ser socialmente responsables, tienen ahora una razón loable para revertir, en el plano interno, con respecto al trato y posicionamiento de la mujer, si es que aún no lo han hecho.

Seguramente que algunas organizaciones deberán ofrecer capacitación interna para revertir toda actitud “medieval y machista” que altere esta realidad. Lo que importa ahora, además de la convivencia y el respeto mutuos, es sumar valor en las actividades y resultados en la organización.

¿Y qué pasa con el Personal Branding?

A veces, cuando se habla del Personal Branding, el foco parece capitalizarlo sólo el hombre. Se trata, lamentablemente, de otro estereotipo enquistado en las organizaciones. Sin embargo, la mujer se encuentra aquí en una posición óptima para poder desarrollarlo, sea por tenacidad, habilidades y potencial, o por todo a la vez.

Hoy la mujer puede llegar a posicionarse incluso mucho antes que el hombre, en el cargo o posición dentro de la organización. Pero ello no implica que, más allá de su persistencia, termine haciéndolo todo en soledad. Por el contrario, la mujer posee la habilidad de formar parte de equipos y redes que le permitan alcanzar sus objetivos.

Esto también es una buena noticia y oportunidad para los hombres, porque en la medida que se vaya ampliando la base de las empresas que valoran al personal proactivo, con capacidad-talento e identidad, se hace más fácil el reconocimiento de aquellos que vienen aportando un servicio profesional. De esta forma el género pasa a un segundo plano porque, en materia de Personal Branding, también importan los resultados.

¡La expansión y competencia entre portadores de Tu Marca Personal suma un nuevo valor, derivado de la calidad en la gestión. En ello poco importa el género, pero sí la actitud e identidad del titular!


José Podestá

 

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