Gestionarse Uno Mismo

18 marzo 2012 ·

Si bien el estrés laboral puede darse por diversos motivos, básicamente el más común proviene de la incompatibilidad entre la vida laboral y la personal. No se trata de algo nuevo. En el ayer también ocurría, pero con una diferencia radical: la prioridad estaba centrada en el trabajo en relación de dependencia y había que “adaptarse” para no verse luego excluido del circuito, con todo lo que ello implica.

A pesar de haberse evolucionado de la era del “empleado-obediente” al “empleado-profesional y autónomo” –que es el que suma conocimiento y valor en la diaria gestión– para nada significa que ahora no exista más estrés laboral. En realidad, hoy es mayor y más complejo porque impactan situaciones que están más allá del control, sea empresarial o del empleado. Las crisis globales recurrentes, las medidas proteccionistas, la creciente tercerización, entre otras, ha cambiado sensiblemente el paisaje de fortaleza y esplendor que solían disfrutar las organizaciones del ayer.

De esta manera nos encontramos con organizaciones que han mutado del tipo de administración autocrática y verticalista a otra más democrática y horizontal –con lo cual las posibilidades de ascenso jerárquico son más limitadas– y que están expuestas a un entorno altamente competitivo y sobre ofertado de bienes y servicios.

Así como el empresario del ayer sabía muy bien qué y cómo hacer las cosas, ello hoy no basta para llegar a ser el N° 1 de la organización. La competitividad demanda de colaboradores-empleados capaces de producir resultados diariamente. Y si bien el título de grado o posgrado ayuda a la apertura de algunas puertas, sobretodo al comienzo de la vida laboral, tampoco es suficiente. ¿Por qué? Porque de lo que se trata es que el empleado sea capaz de generar beneficios mediante la gestión de cambios, innovación, oportunidades y nuevos proyectos, que él mismo integre o lidere.

El ser eficiente

Sabemos, entonces, que las estructuras empresariales necesitan de talentos que los ayude a superar las crisis-conflictos y sumar, con creatividad e innovación, nuevos procesos que hagan sustentable y rentable las actividades.

En consecuencia, lo que hoy define al empleado-profesional es ser eficiente en lo suyo, es decir, capaz de asumir la gestión para el logro de los objetivos con el menor uso de los recursos. Esto no lo excluye de ser eficaz, porque el hecho de reducir el costo de la organización o del área en donde se desempeña para el cumplimiento de las metas propuestas, es algo que las empresas dan por descontado.

Asimismo, este empleado sabe que su permanencia en la organización está limitada en el tiempo. Si bien puede estar al frente de un proyecto que considera, en lo personal-profesional, como algo muy motivante, seguramente que quedará liberado de tal compromiso una vez alcanzado el objetivo. Por tanto, es plenamente consciente que está brindando un servicio profesional que podrá tener, en algún momento, fecha de vencimiento.

Es por ello que uno necesita ser el artífice de su propia gestión personal. Y como tal se deberá preservar, como un bien individual, la imagen surgida del estilo y del producto-trabajo puesto en acción, porque de ello luego se deriva el capital de trabajo personal por el cual otros clientes-empresas estarán en algún momento muy interesados en contratarlo.

¡Quien tiene muy en claro sus habilidades-estilo-talento y es eficiente en lo suyo, sabe muy bien que llegará a despertar el interés-necesidad por parte de sus clientes objetivo. Y mientras va gestionando su carrera profesional, estará también trabajando en el desarrollo y posicionamiento de Tu Marca Personal!

José Podestá

 

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