La Calidad es un Estándar

23 septiembre 2012 ·

Tal vez uno esté convencido que para ser tenido en cuenta por el mercado objetivo –sea la empresa deseada, una nueva área o directamente el CEO de otra organización– es fundamental hacer las cosas con eficiencia y calidad. Lo mismo es lo que pretendemos del producto adquirido o del servicio contratado. Sin embargo, ello dejó hoy de ser un atributo diferencial de valor. ¿Por qué? Porque en un mundo que se caracteriza por una oferta cada vez más limitada de trabajo y una gran sobreoferta de productos-servicios –muchos de los cuales incluso se parecen entre sí– la calidad pasó a ser un atributo implícito, es decir, lo básico y mínimo esperado del empleado en su puesto de trabajo, como así también del producto adquirido.

La diferencia está en el valor

Las empresas vienen dándose cuenta que para ser sustentables y competitivas, necesitan ir más allá de la frontera. Una prestación o feature, precio, envase u otras mejoras que uno considera relevantes, ya no funcionan como antes. La réplica casi instantánea que hace la competencia a través del Me Too, las neutraliza rápidamente, motivo por el cual es necesario destacarse de otra manera.

Entonces, si los atributos de una marca no son suficientes es necesario incorporar el conocimiento aplicado de los empleados. Por tanto, una empresa en donde diariamente crea conocimiento para innovar en el valor, pasa a tener una performance y rendimiento diferencial que ya no depende de las ideas-soluciones del staff de dirección.

Para nada ello implica descuidar la calidad, porque es parte del basamento de lo diariamente realizado. De lo que se trata es de ir generando propuestas y mejoras sin tener en cuenta a la competencia, porque así no se genera valor alguno. Esto lo sabe muy bien el que viene trabajando en el desarrollo del Personal Branding; para nada se le ocurrirá copiar o imitar al referente más admirado, pero sí emularlo con un estilo e impronta diferente.

Dónde poner el foco

Centrado en lo único que justifica la razón de ser de una organización, marca o profesión: El Cliente.

En consecuencia, si nuestro trabajo o desempeño es de calidad, no es por un mero interés personal –recordemos que ello nos hace también responsables por nuestros actos– sino porque es lo básico y mínimo que debemos brindar, aunque veamos que no todos lo entiendan y practiquen de esa manera.

Entonces, es a partir de la calidad que uno comienza a construir valor en el trabajo realizado. En el valor radica, entre otros insumos, la creatividad de nuestras ideas y la forma como se va sumando el conocimiento en toda la cadena de valor de la empresa.

Hacer las cosas de diferente manera

A medida que seamos persistentes en esta forma de hacer las cosas, no por obligación sino por convicción, iremos generando en los otros la percepción de una imagen también de valor. Al mismo tiempo, nos constituiremos en co-creadores autónomos del cambio que la empresa tanto hoy necesita para ser sustentable y competitiva. Y si se trata de una organización en donde la mayoría está persuadida de la necesidad de hacerlo de esa forma –como Toyota, Amazon, Google, Zara, Apple, FedEx, Virgen, Walmart, Starbucks, etc.– estaremos potenciando una sólida carrera laboral-profesional.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser que transita distintas etapas y sabe, muy bien, que la innovación es un valor clave superador de la calidad y, por tanto, vital para su posicionamiento laboral-profesional!

José Podestá

 

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