Motivación, No Retención

03 febrero 2013 ·

Las empresas se preocupan y molestan cuando, en forma inesperada, sus mejores talentos anuncian la partida. Pero no sucede lo mismo cuando son ellas las que toman la decisión, muchas veces hasta arbitraria, de anunciarle al empleado que ya no son parte de la misma; en este caso, las “razones-excusas” suelen virar desde las más creativas hasta las de una inconsistencia deplorable.

Queda pues en claro que si los empleados de valor optan por mejores posibilidades, en más de una oportunidad hasta se los hace sentir como desleales y desconsiderados. Ello prueba que el ejercicio del poder, desde el ámbito del empleado, es percibido por el sector empresario como algo ofensivo e irrespetuoso; vemos, pues, que aún no se han dado cuenta que ya no detentan el poder absoluto que los caracterizó durante décadas.

La realidad impulsa el cambio

Cada vez es más frecuente que los empleados con talento asuman la delantera en materia de rotación y cambio, más allá de la posición que ocupen dentro de la organización. Esta realidad pasó a ser un signo del tiempo en que vivimos y todo parece indicar que será una constante en las próximas generaciones.

Mientras las empresas líderes trabajan desde la perspectiva de la motivación, en vez de la retención, no ocurre lo mismo con el resto. Estas últimas son las que, en forma reactiva, llevan a cabo programas de retención que contemplan para la empresa un menú de “concesiones”, como ser:

- Compensación diferenciada.
- Capacitación diferencial.
- Planes especiales de medicina prepaga.
- Coaching.
- Cochera.
- Automóvil.
- Vacaciones adicionales, etc.

Si uno suma todas estas “concesiones”, seguramente que se sorprenderá del costo que representan. Además, el foco lo ponen exclusivamente en el personal ejecutivo, cuando hoy ya sabemos que el perfil del empleado de valor vale desde el cadete hasta el CEO, porque todos son los que deben hacer viable la empresa-proyecto, diariamente.

En consecuencia, la motivación es un inductor que se manifiesta a partir de cuán atractivo es el proyecto-propuesta de la empresa que lo detenta. Si la consigna es la clásica –hacer lo correctamente establecido en la descripción del puesto– lo único que hoy se conseguirá es desmotivar al motivado. Y si luego se intenta retener al talento desmotivado, los resultados-desventajas más habituales, son:

- Disminución de la efectividad.
- Alteración del clima laboral.
- Caída de la productividad.
- Incumplimiento de las metas y objetivos, etc.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser automotivado que tiene, bien en claro, los desafíos de su plan de carrera laboral-profesional, está comprometido con el cambio y no descarta ser parte de un proyecto en una empresa líder!

José Podestá

 

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