Trabajar por Proyectos

08 junio 2014 ·

Las crisis recurrentes, la pérdida de competitividad, los costos incrementales –entre otras causas– está obligando a las empresas a ser más eficientes en lo suyo. Ello supone poner el foco en los temas centrales y estratégicos, transfiriendo a los operadores externos todo aquello que no sume valor al negocio o a la principal actividad de la compañía.

Nada nuevo bajo el sol

Si bien el recurso del outsourcing o tercerización está en boga, para nada es nuevo. Empresas líderes globales, como Coca-Cola, lo han adoptado hace más de treinta años. Con ello no me estoy refiriendo a las actividades de índole administrativo o técnico –como ser el traspaso del área de liquidación de sueldos y jornales, la búsqueda de personal o la flota de camiones a terceros– sino a temas de mayor significación.

Tal vez cueste imaginar o aceptar que la producción de una gaseosa, un automóvil o un periódico sea realizada por alguien ajeno a la empresa fabricante o editora. Hoy para nada es un impedimento hacerlo, porque existen en el mercado organizaciones altamente profesionales y capacitadas para ello.

Lo mismo vale, por ejemplo, para la tercerización de la comercialización y la logística, desde la distribución hasta el acopio de lo producido en depósitos o almacenes dotados de sofisticados soportes de tecnología.

De esta forma la empresa se encuentra mucho más “liviana”, por la transferencia de sus activos físicos, y puede así dedicarse a lo más importante: La estrategia y el posicionamiento competitivo. Pero para poder llevarlo a cabo, se necesita asumir un paradigma distinto con el empleado. ¿Por qué? Porque ahora hay que aplicar más  inteligencia, creatividad y valor en las tareas. Y ello no es posible hacerlo con el tradicional esquema de sumisión jefe-empleado.

Cada empleado, experto en lo suyo, va haciendo realidad junto con el equipo del que forma parte, la misión y la visión de la compañía. A los jefes, por su parte, les toca ejercer el rol de liderazgo y del dejar-hacer.

El reposicionamiento laboral

Se trate de una empresa u otra la que lleve a cabo la producción, comercialización y gestión de las áreas tercerizadas, el rol hoy esperado del empleado es el mismo: talentoso y de nivel, más allá de la posición que tenga en el organigrama.

Así como en el ayer el empleado hacía básicamente lo suyo en las áreas periféricas de la empresa –para nada tenían ingerencia en el nivel de supervisión ejecutiva– ahora pasó a ocupar el centro de la organización. Este reposicionamiento, por cierto, no deja de ser un desafío diario, motivo por el cual cada uno debe necesariamente debe asumir un rol protagónico.

De esta manera las empresas podrán ser más competitivas, siempre y cuando cuenten con las personas habilidosas y con alta dosis de flexibilidad e integración. Ya no se trata del empleado que mejor califica para el puesto, a un salario promedio, sino el más talentoso, creativo e innovador que sepa, además, sumar conocimiento y valor al proyecto de la organización.

¡El portador de Tu Marca Personal cuenta con el perfil y las capacidades para asumir desafíos y proyectos, que provengan tanto de las empresas reposicionadas como de las que se hicieron cargo de la tercerización!
José Podestá

 

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