Relaciones Humanas y Marca

02 noviembre 2014 ·

Las marcas líderes comerciales se han visto sorprendidas, en los últimos años, por la creciente legión de fans que se han ido encolumnando de forma tal como si fueran sus protectores naturales. Realmente algo muy bueno deben haber recibido de ellas, más allá de la propuesta de valor que las caracteriza, para que el ser humano sienta que “su” marca preferida ocupa un lugar importante en su vida.

Más allá del psicólogo
Si algo así hubiese ocurrido hace diez o veinte años atrás, es muy probable que el asunto terminase en un escándalo. ¿Por qué? Porque los productos y servicios se conciben para que algunos de ellos satisfagan las necesidades básicas de la persona, mientras que los restantes permitan cubrir aquellas otras prioridades que cada uno sienta que son funcionales con su estilo de vida, confort, recreación, cultura, etc. Y para aquellos que necesitan “reforzar” su ego, la apariencia social, su baja autoestima o cualquier otra carencia, existe la gama de los productos y servicios suntuarios que se ofrecen para tal fin.

¿Qué nos dice todo ello? Que más allá de las prestaciones y beneficios básicos que dan lugar a que las marcas identifiquen a los productos y servicios que amparan, hay otras oportunidades de negocios que no deberían ser descuidadas. Son, básicamente, las que tratan de suplir o más bien de apuntalar a:
- Las inseguridades del ser humano.

- Las carencias anímicas y de índole afectivo.
- El vacío existencial, la soledad y la incomunicación humana, esta última tampoco ha sido  resuelta por la telefonía móvil, a pesar que la mayoría de las personas lleven en su mano el celular, tal como si fuese el nuevo fetiche de la posmodernidad.

Es distinto en las relaciones humanas
En la vida de relación social, laboral, cultural o profesional el ser humano tiene la gran oportunidad de ir construyendo su futuro a partir del prójimo. Somos parte de una comunidad y de una sociedad que nos brindan la oportunidad de poder llegar a trascender, haciendo aquello que por vocación nos sentimos motivados.

A medida que uno va trascendiendo en la vida por lo que se hace, se va dejando atrás una huella o marca que tiene que ver con el estilo y la impronta de su obrar, por la entrega y compromiso asumidos. Entonces, algunos prójimos comenzarán a ver –o tal vez descubrir– que se trata de algo valioso y por ello digno de ser tenido en consideración. Esa devolución que van realizando los “otros” pasa a ser el mejor aliciente, estímulo y señal que pueda recibir el portador de la marca. Así, éste comienza a vislumbrar que lo que viene haciendo tiene un sentido en su vida.
El reconocimiento y valoración que la persona recibe en vida vincula con las relaciones humanas de sus prójimos hacia él, y viceversa. El resultado de ello permite, en definitiva, que los otros se vinculen e interactúen con su marca. Ello tiene un valor superlativo tal que no es comparable ni equiparable con la naturaleza de los objetos materiales que, por las carencias y quizás la ausencia de un proyecto personal, vienen tributando los que no saben que las relaciones humanas no están en el entorno virtual ni en las redes sociales, y mucho menos en las selfies de ocasión.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser social comprometido en lo suyo, porque sabe que todo ello sólo tiene un sentido y propósito siempre y cuando esté destinado para sus prójimos!
José Podestá

 

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