Si bien nos parece que la vida es corta, a pesar de
haberse duplicado con relación al siglo pasado, lo cierto es que luego de
arribado a la etapa de la jubilación o del retiro, a la gran mayoría le queda
por delante unos cuantos años productivos en los que aún pueden seguir haciendo
las cosas que les importan, algo que no era frecuente en el ayer.
En cuanto a los jóvenes, el panorama no deja de ser
desafiante e interesante. ¿Por qué? Porque más allá de la vocación primaria elegida para ganarse la vida y desarrollar una
posición en la comunidad, existen otros campos nuevos para explorar y
capitalizar. En consecuencia, el paisaje
hoy se caracteriza por la diversidad, permitiendo que algunos puedan llegar a
encarar otro proyecto alternativo y disímil con la mencionada vocación.
Qué
está ocurriendo
Tiempo atrás, un músico, un compositor o un escritor
–si no contaban con un talento “excluyente”– sólo podían dedicarle a esa
actividad un tiempo marginal, porque no les permitía generar los ingresos
suficientes para poder vivir. En la actualidad, en cambio, podemos llegar a ver
a un médico que también es cantante, a una socióloga que además baila clásico o
a un CEO que es un apasionado chef. Y a pesar de tal asimetría, ambas cosas las
realizan muy bien.
Vemos pues que la diversidad pasó a ser algo bien
visto y valorado en los tiempos que corren. De allí que aquellas personas que
han tomado consciencia de su finitud y tienen deseos de explorar y probarse en
nuevos escenarios, sienten que no les basta un solo proyecto unívoco para toda
la vida. Además, ahora el entorno no censura ni “excluye” a los que se
apasionan por una actividad o profesión que nada tiene que ver con la carrera de origen.
Entonces, es justo reconocer la adaptación al cambio
que en tal sentido vienen haciendo algunas empresas. Literalmente, ello
significa un giro de ciento ochenta grados respecto de la “norma” de dedicación
exclusiva que se les imponía, tanto al empleado como al ejecutivo. Hoy se ha
llegado a reconocer el efecto positivo que la diversidad tiene en el empleado
que la ha incorporado como un hecho de vida.
El
hobby, la otra vocación
Resultaría inaceptable que alguien resigne o
postergue hacer aquella otra actividad para la cual también tiene un talento,
recién para cuando llegue a la instancia del retiro laboral o profesional.
Desde el punto de vista anímico, está comprobado que los individuos que se
interesan y despliegan una vocación
paralela, tienden a ser más plenos, creativos y entusiastas.
Es así como el hobby pasó a tener otra saludable
connotación, derivada del contexto actual. Ante el impulso de la presión
cotidiana, que proviene de la exigencia laboral o profesional, es necesaria la
existencia de un link que permita conectar
y desconectar lo que se hace a diario. Para muchos, la mejor salida y opción ha
pasado a ser la vocación paralela,
que en nada debería competir ni trabar a la vocación
primaria. Más bien, ambas se
necesitan y deben retroalimentarse en un justo equilibrio que sólo el
protagonista está en condiciones de poder realizar.
Aquí también vale hacer una advertencia. La búsqueda
o exploración para nada deberá inducir al individuo a la exacerbación del multitasking, porque entonces es muy
factible que termine poniendo es riesgo tanto a sus vocaciones como a su salud.
¡El portador de Tu Marca Personal no debe
olvidarse que, tanto su vocación como el plan de carrera no son necesariamente
excluyentes de la “segunda vocación” que anida en él!
José
Podestá