Robots Vs. Trabajo

25 octubre 2015 ·

El avance de la automatización ha comenzado a ser tenido en cuenta por analistas y ONGs. ¡Enhorabuena! No porque se deba estar en contra de ello, pero sí para repensar el futuro del trabajo en la próxima década.

El fin de las tareas rutinarias
Cuando en la década de 1960 ingresaron las mainframes en las organizaciones y en la administración pública, una legión de empleados administrativos percibió que se quedaba “afuera del sistema”. Ello no significó que todos perdieran el trabajo, sino que en virtud del rol que cumplirían las computadoras, gran parte de los empleados fueron capacitados para realizar las tareas que pasaron a ser fundamentales para el funcionamiento y el uso adecuado de las máquinas.

Si bien hubo quejas, reclamos y críticas por lo que implicó este avance sobre el trabajo tradicional, hoy nadie duda de lo necesario que se tornó el uso diario y frecuente de la PC en el trabajo, el comercio, el estudio, la profesión e incluso en el hogar.
Otro hito importante que afectó las tareas en determinados sectores de la organización tuvo lugar, en la década de 1990, con la tercerización –outsourcing– y la producción contratada. Si bien ello produjo la desaparición de algunos sectores que se consideraban que no eran  estratégicos para la empresa –liquidación de sueldos y jornales, búsqueda laboral, auditoría, transporte, etc.– no siempre implicó el despido del personal afectado, sino su posterior transferencia a otros sectores de la organización y también hacia el prestador que había sido contratado para tal fin.

A partir del presente siglo y especialmente en la década actual, comenzó a expandirse la denominada segunda era de las máquinas, es decir, las representadas por la robótica avanzada, la manufactura aditiva –impresión en 3D– y el avance de la Internet de las Cosas/IdC.
Nuevamente se profundizó el reemplazo de las tareas rutinarias y de todas aquellas que por parte del empleado no suman un valor central. Con ello no se quiere significar que el empleado no es una persona de valor, sino que el término está referido a la contribución que dicho trabajo genera en cuanto a productividad e innovación.

Llamado de atención
Si uno está al tanto de las tendencias y sucesos que están y seguirán impactando en el trabajo de las personas, es fundamental que las organizaciones se “ocupen” de capacitar a sus empleados para los tiempos que vienen, tal como había ocurrido con el advenimiento de las mainframes.

Pero también es fundamental que el trabajador y el profesional se mantengan al tanto de ello, dado que la sociedad informacional nos brinda contenidos frecuentes para que cada uno asuma cuáles serán sus puntos débiles en conocimientos y en las nuevas habilidades que se demandarán. Se trata de una actitud proactiva más que importante, porque todos los cambios que han venido modificando el paisaje del trabajo, no dejan de ser un llamado de atención de lo que cada uno deberá asumir como prestador eficaz de un servicio laboral o profesional en la organización o institución en donde se desempeña o aspira ingresar.
Si bien la empresa es la sumatoria de las personas que trabajan en ella, también es cierto que ésta necesita optimizar sus costos para poder ser competitiva y sustentable en el tiempo. En consecuencia, para lograr ambos objetivos necesitarán contar previamente con personal de calidad. De allí el desafío-oportunidad que podrán capitalizar todas aquellas personas que en sus tareas sumen valor, creatividad e innovación. Es decir algo que ninguna máquina, por no ser humana, pueda realizar.

¡El portador de Tu Marca Personal es un agente de cambio potencial en su rol de empleado, ejecutivo o profesional, motivo por el cual siempre estará posicionado más allá del avance de la robótica en general!
José Podestá

El Sentido del Proyecto Personal

18 octubre 2015 ·

Cuando llega el momento de decidir la vocación en materia de estudios, oficio o profesión, suele ocurrir que no lo hacemos con la dedicación que implica esta vital decisión. Distinta es la situación de aquellos que, desde pequeños, se perfilan por sus dones hacia la correcta vocación que luego los “marcará” –en el buen sentido de la expresión– para toda la vida.

No todos estamos orientados
A pesar de la importancia de tener en claro cuál es la misión de nuestra vida –para qué hemos venido a la Tierra– por lo general vamos transitando nuestro devenir en función de las oportunidades y circunstancias. Es decir que en nosotros impera la tendencia del pensar y el hacer a partir de las situaciones dadas, tratando de ir adaptándonos lo mejor posible  y de un modo reactivo al devenir de los sucesos.

En el opuesto nos encontramos con aquellas personas que están en la búsqueda de lo que intuyen les permitirá brindar un sentido a sus vidas. En este caso conviven los que están convencidos de su misión como aquellos que, tal vez por desconocimiento, no la han descubierto pero sin embargo están transitando en ella.
En el medio de estos opuestos está la gran legión de individuos que interactúan ante las circunstancias dadas –prácticamente en piloto automático– sin tener muy en claro el sentido de ello. Por lo general los moviliza hacer o aceptar todo aquello que les permita ganar dinero para “poder vivir”, consumir y acceder a una buena posición social, aunque no se sientan conformes ni plenos con lo que hacen. A partir de aquí se derivan otros comportamientos, como ser los que privilegian la acumulación de poder y prestigio, en distintas esferas de la vida, aunque ello implique tener que asumir conductas reñidas con los valores, la moral y el respeto al prójimo.

Pero más allá de los excesos derivados de la conducta humana, que está movilizada por intereses materiales y egoístas, existe un gran desconocimiento del sentido del proyecto personal. Esta carencia no deja de ser central para el ser humano, porque el sentido es el punto de partida, tanto para la actividad laboral-profesional como de la posición que cada uno asume frente a la vida.
¿Qué sentido tiene lo que hacemos?

Un líder es tal en tanto sea capaz de otorgar sentido a sus colaboradores. Esto vale para todos los ámbitos, sea el empresario, profesional, institucional o gubernamental. Al respecto, sabemos que el presidente de un estado-nación democrático ha logrado tal propósito por el voto mayoritario de los ciudadanos. En consecuencia los invito a evaluar, en el país en donde se encuentran establecidos, en qué medida el representante del máximo poder lo asume y ejerce con humildad, servicio y entrega hacia sus conciudadanos.
El hecho que no encontremos los ejemplos o perfiles de personas que otorguen sentido hacia sus prójimos, no significa que estemos excluidos de hacerlo. ¿Por qué? Porque hace a la misión de cada uno de nosotros y porque necesariamente a partir de nuestros prójimos es cuando nos constituimos en seres humanos. Cuando ello no se da, la realidad es la que se encarga luego de mostrarnos y advertirnos en qué abismo puede caer el individuo, cuando va a contramano de la vida y del respeto hacia los demás.

También conviene recordar que los líderes no son dioses –aunque sepamos de algunos que así lo pretenden imponer– sino seres humanos imperfectos y expuestos en mayor medida a equivocarse. Pero justamente por ser líderes, deben tener la humildad de reconocerlo y el don de la rectificación.
Cuando vemos que en algunos casos ello no se da, es porque si bien son líderes en el aspecto formal, no lo son en la práctica; la historia y la realidad nos presentan ejemplos muy lamentables y hasta patológicos que sucumbieron por tal actitud.

¡El portador de Tu Marca Personal es un ser esencialmente comprometido en brindar generosidad y profesionalismo a través de la vocación que lleva adelante con su proyecto personal, sin desconocer ni subestimar la estima  y el respeto que merecen sus prójimos!
José Podestá

Caza y Retención de Talentos

11 octubre 2015 ·

Cada vez más directivos de una organización caen en la cuenta que el personal de calidad es un factor clave del éxito. Algunos, en cambio, no están tan seguros de ello. Incluso están los que dicen, a pesar de disponer del recurso financiero, que no están en condiciones de pagarles lo que valen. Además “para eso estamos nosotros, que sabemos muy bien lo que queremos y necesitamos hacer”.

Ventaja competitiva
Un condicionante de la actualidad es que la empresa ya no puede establecer sobre el personal las normativas autoritarias del ayer. El sistema de “subordinación y valor” –tan propio del entorno militar– prácticamente no tenía contraindicaciones en el ámbito laboral, porque se lo asumía como un “deber ser”. Es decir, era visto como una imposición o resultante de las normas socio-culturales vigentes.

Pero algo comenzó a no funcionar satisfactoriamente una vez que se inició la globalización. Junto con ella los procesos de producción se pudieron acortar, irrumpió la moda del “me too” y se arribó a un mercado que hoy está sobreofertado de productos y servicios. Así se fue instalando la expresión “sobran productos y servicios, faltan clientes”. El quiebre de la anterior tendencia sobrevino, básicamente, por los siguientes factores:
- Un mercado cada vez más informado y en estado de conversación.

- Un cliente que dejó de ser pasivo, leal y tolerante, porque gracias al acceso a la información comenzó a ejercer su poder, recomendación y colaboración hacia aquellos productos y servicios con los cuales más se identifica.
Todo ello hizo que las fortalezas que exhibían las empresas –expresadas en términos de ventajas competitivas– hoy dejaron de ser un factor clave para la sustentabilidad. Por tanto, comenzó a necesitarse el empleo más intensivo de la inteligencia aplicada a todos los procesos, no sólo el productivo.

De allí el recambio actitudinal de las organizaciones hacia la valoración del empleado, por ser éste percibido como el actor y artífice de las nuevas propuestas creativas y de innovación que se necesitan aplicar en toda la cadena de valor. Con ello finalizó también una época caracterizada por el rol del empleado-jefe dependiente.
Tiempo de talentos

Ya hemos mencionado en otras oportunidades que los individuos poseen habilidades naturales. Si bien no todos somos conscientes de los talentos propios, quedamos por lo general admirados de los ajenos. Pero lo cierto es que cada uno es portador de algún atributo que lo diferencia del resto.
También se ha mencionado que el talento no es un don exclusivo de las personas sobresalientes, súper dotadas o genios. En realidad ellos son la excepción, motivo por el cual las organizaciones no pueden funcionar con las excepciones sino con un conjunto de personas heterogéneas, proactivas y motivadas por compartir un proyecto en común.

Cuando nos referimos al Personal Branding, especialmente destinado para todos aquellos que aspiran ser valorados por lo que hacen y cómo lo hacen, también se pone el foco inicial en la indagación personal de las habilidades manifiestas que luego serán necesarias para el futuro posicionamiento de Tu Marca Personal.
En consecuencia, las organizaciones son plenamente conscientes que necesitan disponer de personas de valor a lo largo de su estructura. Es decir que ya no basta que los supervisores sean los portadores de tales habilidades, porque en la práctica cada empleado necesita ir construyendo o destruyendo todo aquello que tenga o no valor en su tarea, sin necesidad de requerir “permiso” alguno.

Esa habilidad-talento puesta en acción es lo que cada uno brinda en su emprendimiento, trabajo o profesión, y es una de sus fortalezas puestas en acción. Por tanto, cuando se tiene en claro que el proyecto asignado ya no representa el desafío o el interés que motivó al empleado o al ejecutivo acceder al puesto en cuestión, esa “individualidad” tiene todo el derecho y la libertad de partir en busca de su desarrollo laboral-profesional. De allí que “retenerlo” no tiene justificativo ni razón alguna.
Si lo mencionado no llegara a ser compartido por algún empresario –incluso hay quiénes les cuesta aceptar que el empleado de valor renuncie a un proyecto– lo invito a ponerse en el rol de esa persona para internalizar su decisión. Seguramente que entonces se dará cuenta que no le asiste ningún poder ni derecho para persuadirlo o forzarlo a permanecer.

¡El portador de Tu Marca Personal es consciente de sus talentos y valores, motivo por el cual sabe que son funcionales a la prestación del servicio que brinda y del tiempo que está dispuesto a permanecer en ello!
José Podestá

Proyecto y Alcance

04 octubre 2015 ·

Los interesados en desarrollar y posicionar su Personal Branding, como así también aquellos que no saben nada del tema pero sí vienen trabajando en su plan de carrera laboral y profesional, tienen por lo general algo en común: un método y objetivos de alcance temporal.

También se da el caso de personas que, si bien en apariencia se las percibe como muy informales y desordenadas, suelen alcanzar sus objetivos de un modo no tan riguroso y a veces antes del tiempo previsto.
Diversidad en acción

Estos dos “extremos” sirven, en principio, para darnos cuenta que si de proyecto de vida se trata, no existe una receta ni tampoco una verdad revelada que nos garantice el éxito. Por el hecho de ser individuos únicos e irrepetibles, vamos transitando nuestro devenir de acuerdo a nuestras posibilidades, talentos y prioridades. Por tanto, y más allá de la “doctrina” que nos ilustra y dice sobre qué cosas se deben tener en cuenta, es bueno recordarnos que en la práctica nada de ello se gesta de un modo tan explícito.
Esta diversidad en el abordaje y en la toma de decisiones, más allá de parecernos algo caótico o incontrolable, nos recuerda que debemos ser más tolerantes con uno mismo y con los prójimos. Pero cuidado, porque en absoluto ello supone que en virtud de nuestra individualidad descuidemos los hitos importantes que cada uno debe concretar en el transitar de su biografía.

Así como tenemos una misión en la vida –para qué hemos venido al planeta Tierra– implícitamente tenemos un destino que alcanzar. El problema de muchos, en este aspecto, es que no lo tienen en claro o quizás jamás se lo han planteado.
Es así como observamos la presencia de seres humanos que no están transitando la vida por iniciativa propia. Por lo general, lo hacen respondiendo a las señales o condicionamientos del contexto. En consecuencia, sus vidas son un constante devenir funcional de lo que se les “presentando” desde el mundo exterior.

Más allá de la presencia de otras circunstancias y casos personales que necesariamente no están contemplados en estos ejemplos, es a partir de la diversidad de las actitudes, pensamientos y acciones en donde “todos” nos vamos retroalimentando de las vivencias y las circunstancias de los demás. Entonces, ello se constituye en un dato cierto de la realidad que, para nada, debiera ser pasado por el “filtro” del juzgar. ¿Por qué? Porque no tenemos la autoridad ni el “poder” de calificar, en situaciones normales de convivencia, los aspectos referidos a la forma, el sentido y el estilo que nuestro prójimo imprime a su proyecto de vida.
Todo lleva su tiempo

Si recordamos nuestra evolución a partir del inicio del proceso de socialización y educación, vemos que todo lo que hemos venido realizando se fue dando en etapas bien precisas de nuestra vida: la escuela, la universidad, el trabajo, etc.
Entonces, cuando la persona está en condiciones de pensar, diseñar e implementar su plan de carrera laboral y profesional, lo realiza a partir de un estado de conciencia plena. Por supuesto que también puede recurrir a un especialista en Personal Branding, para que lo asista u oriente en los aspectos específicos. Si bien el plan contempla un horizonte de tiempo, no necesariamente implica que éste deba ser absoluto; cada persona lo alcanzará en función de sus prioridades o luego de los imprevistos que la vida misma nos va sorprendiendo en nuestro devenir.

¡El portador de Tu Marca Personal suele tener un perfil racional o informal en cuanto al enfoque y el logro de su proyecto de vida, sin que el nivel de calidad de sus actividades se resienta por ello!
José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.