Una Oportunidad para el Jefe

22 noviembre 2015 ·

Contrariamente a lo que se pudiera imaginar, este titular no alude al apoyo que la dirección pueda brindarle a un ejecutivo en un determinado momento, más allá del motivo que lo justifique. En realidad se vincula con algo mucho más novedoso, que tiende a ser cada vez más frecuente en una organización.

Empleados de calidad
Sabemos que en la medida que una empresa no disponga de proyectos que generen la adhesión y el compromiso de sus empleados, éstos comenzarán en algún momento a planificar la partida. Así como en el ayer las organizaciones lograban contener y garantizar la permanencia de sus empleados –hasta hubo casos que garantizaban “empleo de por vida”– la realidad hoy ya no es así.

Si bien las razones pueden ser varias, la aceleración del cambio pasó a ser un factor tal que está imponiendo a las empresas la necesidad de anticiparse a las circunstancias o llegado el caso, de reinventarse. Por tanto, el CEO como responsable máximo ya no puede estar en todo porque correría el riesgo de perder el control del timón, poniendo así en peligro el arribo a la visión establecida.
La situación de los jefes o supervisores también hoy corre el mismo peligro. ¿Por qué? Porque en el día-a-día se van dando situaciones que provienen del contexto o de las variables de gestión que están afuera de su órbita. De allí que necesiten contar con un plantel de calidad en donde las personas lleven adelante sus tareas, no de forma aislada, sino como miembros de un equipo inter-áreas.

En este escenario de trabajo, el jefe-supervisor cumple un rol clave que poco y nada tiene que ver con el control de su gente. Sí, en cambio, con el saber motivarlos y asistirlos en el logro de los objetivos. Es decir que trabaja para su gente y no al revés.
La mayor libertad y responsabilidad de las personas, sumados a la habilidad-talento que detentan, los ha posicionado en la organización de un modo peculiar. ¿En qué sentido? En el hecho de poder llegar a establecer demandas responsables hacia el inmediato superior, que para nada tienen que ver con un incremento salarial, pero sí con mejoras en la forma de trabajar.

La permanencia negociada
Así como hoy los mercados se encuentran sobreofertados de productos y servicios, dentro de las organizaciones hay una significativa carencia de empleados de calidad. Entonces, en la medida que éstas sufren por la partida de sus mejores empleados –seducidos por atractivos proyectos– los mandos directivos quedan expuestos a un vacío que los está colocando en una situación cada vez más incómoda.

Esta “debilidad” es sabida por el empleado. De allí que se están dando casos de negociación en donde como compensación de mejores espacios de libertad para hacer las cosas, el empleado termina brindándole al jefe la oportunidad de seguir siendo parte de la organización. Seguramente que de hacerse esta práctica cada vez más frecuente, algunas empresas comenzarán a cuestionarse la validez de los mandos medios.
El poder y la autonomía que ejercen los empleados de calidad para llevar adelante su gestión demandan, en definitiva, el reposicionamiento de las jefaturas. En la medida que ello ocurra, la organización también les estará brindando una nueva oportunidad. Caso contrario, el jefe deberá estar agradecido a sus empleados por permitirle permanecer activo gracias a las nuevas formas de involucramiento y abordaje acordados,  evitando con ello la partida de los mejores.

¡El portador de Tu Marca Personal, más allá de su rol de empleado, ejecutivo o profesional, es un “prestador de servicios” que no por ello alterará su compromiso en la forma de cómo lo hace y se brinda a sus prójimos!
José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.