Cuando uno se postula en una organización suele no
preguntar, con frecuencia, por el horario laboral. Por lo general, se asume que
el mismo contemplará lo habitual o tradicionalmente establecido: ¡Error!
Si bien durante décadas estuvo vigente la jornada de
ocho horas diarias o cuarenta semanales, ello no significó que en la práctica
necesariamente haya sido así. Personalmente he llegado e escuchar barbaridades
tales como:
- Aquí se ingresa a las ocho de la mañana pero nunca
se sabe a qué hora podrá retirarse; “dependerá de su jefe”.
- Como el gerente se queda diariamente después de
hora haciendo tiempo para luego encontrarse con su pareja, “¡Cómo lo vamos a
dejar solo en la oficina! Por lo menos hablamos con él de fútbol u otras temas
cotidianos, para hacerle compañía”. Aclaro que estos “aduladores” del gerente
eran “ejecutivos” del mismo sector que permanecían, de lunes a viernes, hasta
una hora y media haciéndole el “aguante al jefe”.
- “Usted es mi secretaria y si todos los días se
retira en el horario establecido, a mí no me sirve”. Esto fue dicho por el
Presidente de un holding de empresas a la secretaria que él mismo eligió,
sabiendo que tenía hijos pequeños que atender después del trabajo.
Seguramente que ustedes también conocerán otros
casos que, por supuesto, confirman cual ha sido la finalidad y la esencia de
“recursos humanos”: reducir a la persona-empleado a la categoría de
objeto-cosa, funcional a un fin determinado. De ello ya me he referido en
varias oportunidades.
El
empleado también tiene poder
A partir de la globalización y el advenimiento
posterior de la sociedad informacional,
las organizaciones comenzaron a perder su poder hegemónico frente al empleado y
la comunidad. Ello parece ser algo aún no demasiado creíble. Sin embargo, en la
medida en que el empleado asuma su rol y lo ejerza, podrá darse cuenta que al
reclamarle a su empresa sobre la “mala praxis” hacia su persona, estará
ejerciendo el derecho de poder hacerlo. En el ayer, en cambio, había un “temor
reverencial” hacia las organizaciones, con lo cual la persona “toleraba” las
injusticias hasta el momento en que encontraba un mejor empleo.
En el hoy la realidad es distinta gracias al estado de conversación existente dentro
de las organizaciones, y en la sociedad. Así, todo aquello que a uno le sucede
–sea bueno o malo– rápidamente se lo puede viralizar
a través de las redes sociales y el boca-a-boca. Los reclamos, las críticas o
denuncias han cambiado el paisaje de
tranquilidad aparente del que gozaban las compañías, debiendo es más de una
oportunidad tener que salir a dar las explicaciones del caso.
Si bien en la actualidad las fuerzas están
prácticamente niveladas entre las partes, el empleado debe y tiene que ejercer
su poder con honestidad y sentido común.
Frente a ello se viene dando, en el entorno de las
organizaciones, una actitud mucho más “democrática” y transparente hacia el
empleado. No por el temor de que éste pudiera ejercer sus derechos sino porque
los ejecutivos del presente son personas muchos más abiertas y colaborativas,
tanto hacia el entorno laboral como en el comunitario.
Lo
mismo vale para el Personal Branding
Cuando uno tiene asignada una tarea, más allá del
cargo o puesto que ocupe, siempre notará que hay trabajo por realizar. Para
colmo, a medida que se lo va ejecutando, aparecen nuevas demandas para llevar a
cabo más tareas. Entonces, también en estos casos es fundamental no superar del
horario de la jornada laboral, porque básicamente con ello se corren dos
riesgos básicos:
- Llegar a ser percibido como una persona “adicta”
al trabajo, por distintos motivos.
- Mostrar una dedicación “exclusiva” sin que por
ello la organización lo valore de igual modo.
Lo mismo vale también para los profesionales independientes,
especialmente aquellos que no tienen en claro que no se trata de vivir para trabajar sino trabajar para brindar un servicio que tenga un sentido para ambas
partes, es decir, para uno mismo y para los prójimos.
¡El portador de Tu Marca Personal deberá
mantener el equilibrio entre el tiempo dedicado a su plan de carrera y las
demandas provenientes de su entorno familiar, social y profesional!
José
Podestá