El Trabajador Flexible

29 mayo 2016 ·

Si bien son muchas las personas que idealizan el no tener que ir a trabajar a la oficina ni cumplir con el horario –especialmente un día lunes– también es cierto que no todos poseen la autodisciplina de poder abordar sus responsabilidades de manera autónoma y eficaz.

El trabajador flexible es esencialmente una persona con buen potencial emprendedor y también muy predispuesto para llevar a cabo su Personal Branding. Este perfil era prácticamente inexistente en las organizaciones del ayer, a tal punto que cuando se topaban con alguien que reuniese esas características, lo excluían del proceso de la búsqueda laboral por los eventuales conflictos y enfrentamientos que más tarde pudieran llegar a ocurrir.
Hoy es distinto

Seguramente que cuando alguien se traslada en automóvil y observa a ambos lados de la ruta la presencia de vacas, para nada le llamará la atención el paisaje. ¿Por qué? Porque sobre la marcha seguirá encontrando vacas de color marrón, blanco y negro o eventualmente negro. Pero si en un determinado momento “descubre” que dentro de una manada hay una vaca de color púrpura, seguramente que terminará deteniendo el automóvil y se bajará para verificar si la vaca en cuestión es real o bien una simple ilusión. Una vez que confirma su veracidad, es muy probable que no dejará pasar tal “primicia” para replicarla en imágenes por las redes sociales; y si pudiera sacarse una “selfie”, mejor aún.
Esta metáfora es útil para trasladarla también al ámbito de las organizaciones. Ya en otras oportunidades he mencionado que a raíz de la política de recursos humanos, las empresas se fueron poblando de un perfil de empleados “dóciles” y muy similares, para poder así encuadrarlos dentro de la descripción de los respectivos puestos de trabajo, los que a su vez ya tenían estipulados un nivel promedio de salario. El resultado ha sido que, durante varias décadas, las compañías contaron con una estructura de empleados promedio para la función que debían cubrir. Cualquier semejanza con el paisaje monótono y poblado de vacas que no se diferencian entre sí, es pura realidad.

Pero en el hoy, las organizaciones ya no pueden disponer de una estructura de empleados clones. Al contrario, para generar disrupción en el mercado, poder ir cambiando sobre la marcha las reglas del juego, ser innovador y competitivo, se necesita disponer de un perfil de persona muy diferente, que sea competente, creativa, autónoma, de calidad y, además, flexible.
Para evitar hacer más de lo mismo y no caer en la práctica del “me too”, el cambio ha terminado por imponer el mencionado perfil del “nuevo” empleado. Así, cuando en la oficina integra su equipo de trabajo, de la sinergia surgirán las decisiones más adecuadas para el presente. Pero cuando no está físicamente en la empresa, no por ello se tornará en improductivo e ineficaz. Al contrario, esos “momentos” de ausencia del ámbito organizacional terminan siendo sumamente útiles y necesarios para el trabajador flexible. Desde el mercado, la calle o simplemente a la distancia, éste puede vislumbrar la realidad y monitorear el desempeño de las variables que están vigentes, sin por ello llegar a perder el contacto con su equipo de trabajo, gracias a las múltiples tecnologías disponibles.

La gran diferencia de estilo entre la forma de trabajar en el ayer y el hoy está dada por la calidad del servicio brindado. El trabajador flexible tiene bien en claro que lo suyo es, concretamente, brindar un servicio, cosa muy distinta a la del “tradicional” empleado de oficina que generalmente sigue condicionado por las tareas ya estipuladas de antemano. Por supuesto que esto no significa que el trabajador flexible no deba cumplir con las actividades básicas de su plan de trabajo; lo que aquí varía es la actitud, el sentido de involucramiento y de participación asumida en el proyecto.
¡El portador de Tu Marca Personal es esencialmente un trabajador flexible, más allá de encontrarse circunstancialmente desempeñándose en relación de dependencia en una organización, o bien llevando a cabo su carrera laboral y profesional en forma independiente!
José Podestá

El Sentido del Trabajo

22 mayo 2016 ·

La vida es súper atractiva porque nos demanda, a cada uno de nosotros, una larga búsqueda. Sin embargo, cuando se trata de postularse para un trabajo u oficio o de elegir una profesión, por lo general las personas suelen simplemente dirigirse hacia ese encuentro con una alta dosis de expectativas, motivación y deseos de éxito. Es decir, que asumen un comportamiento que muchas veces está desprovisto de un trabajo previo de introspección.

Quizás alguno de ustedes se preguntará y para qué es necesario hacerlo así. Por la sencilla razón de querer saber si lo que realmente se aspira en la vida tiene sentido, hace a la misión-vocación o simplemente se trata de una salida de corto plazo. Con ello no se pretende, en absoluto, descalificar a las oportunidades que se puedan presentar sobre la marcha. Pero sí el estar atentos para discernir si las mismas luego servirán, para sumar o distraernos de aquello que los demás también esperan de uno.
Vivir con sentido

Si nos remitimos a los orígenes de la humanidad, recordaremos cómo los pueblos fueron haciendo frente a todo tipo de inconvenientes, llámense cataclismos, guerras, epidemias, etc. Pero a pesar de las tremendas dificultades a las que estuvo y está expuesto el ser humano, conviene recordar que en su interior profundo se encuentra el motivo por el cual ha decidido venir al planeta Tierra. Al respecto, la historia está poblada de personas que ofrendaron su legado-misión a la humanidad, tal como también se viene dando en el mundo actual.
Por supuesto que es más “práctico” y hasta “divertido” para algunos ir por la vida haciendo las cosas en “piloto automático”. Sin embargo no por ello se sienten plenos o felices, a pesar del dinero o la fortuna que hayan logrado acumular.

Es así como el hombre ha ido descubriendo, en su vida de relación, que no todos somos iguales y que no a todos les gustan las mismas cosas, ni mucho menos, que se tenga que hacer lo que hacen los demás. El hecho que gracias a este “don” también seamos distintos, no es una mera casualidad. Al contrario, responde a esa misión que anida en nuestro interior –tal como si fuese el ADN de nuestro existir– y que está a la espera de nuestro “descubrimiento”; hace al proceso de búsqueda que les había mencionado al principio.
También es un dato de la realidad que no todas las personas tienen en claro estas cosas, ni mucho menos el tener que indagar acerca de su misión-vocación. Pero no por ello ésta debiera ser neutralizada o “anestesiada” con las soluciones u oportunidades del corto plazo, porque quizás muchos de ustedes ya sepan que así es como luego se termina haciendo cosas que para nada son gratificantes en lo personal. Entonces, cuando uno no tiene en claro el qué y el para qué viene haciendo lo que hace, se comienza a resentir la autoestima, ya sea por la desmotivación, el cansancio o la frustración que aflora desde el interior.

Es por ello que vivir tiene sentido, en la medida que sepamos comprender para qué vivimos. Aquí lo importante es saber que el sentido no se encuentra de una vez y para siempre, máxime en los tiempos actuales en donde el cambio fluye de un modo acelerado y permanente, impactando en nuestras vidas.
Visto el tema en perspectiva, a medida que vamos creciendo atravesamos las edades. Si estamos atentos al devenir de los doce meses del año, vamos a llegar a percibir que algo nos aguarda o sale a nuestro encuentro. Sin embargo, la edad que hoy tienes encierra una experiencia humana esencial que no deberías dejarla pasar por así nomás, porque no llegarías entonces a percibir ningún descubrimiento que quizás sume sentido a tu vocación.

¿Qué nos dice la realidad?
Que la vida ni el ser humano pasan en vano. Todo encierra un mensaje, nos dice algo. Entonces, para que no pierdas los instantes de sentido, es necesario que permanezcas atento a las circunstancias que seguramente, y sin saberlo, hacen a la misión-vocación de tu vida.

Esos instantes pueden surgir en diversas ocasiones, como ser, durante el desarrollo de la actividad laboral o profesional, en un diálogo o bien por el hecho de mantener una conducta coherente con tus propios valores, aunque sientas que sean contra la corriente actual o la de los demás.
Todo ello nos lleva también a hacernos preguntas que, sin lugar a dudas, son fundamentales para la clarificación y el sentido de la misión-vocación. Incluso vale para todos aquellos que se cuestionan dónde y cómo dejarán una huella, con el sello de su Personal Branding.

Las respuestas a esas preguntas, como los instantes de sentido, no están en nosotros sino en el otro, es decir, en aquellos que nos confirman el sentido que tiene el trabajo que llevamos a cabo en la vida. ¿Por qué? Porque para ellos es importante percibir que estamos haciendo algo que los incluye. Es así como podrás ir construyendo tu camino –son sentido y vocación– mientras tus prójimos van registrando la huella de tu accionar.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe que el sentido de su vida está presente en todo lo que hace y brinda, desinteresadamente, a sus prójimos!
José Podestá

Competencias, Habilidades y “Uberización”

15 mayo 2016 ·

Para las nuevas generaciones decirles que las condiciones de trabajo han cambiado, poco les ayuda a entender los cambios propios de la época. Pero sí les resulta más útil saber que hay nuevas formas de trabajo que están surgiendo a un ritmo nunca antes visto. ¡Esto es lo bueno de hoy!

La precarización es un problema
La otra cara de la moneda –y de la realidad– está dada por aquellas empresas que lamentablemente son mayoría por su desaprensión hacia el empleado, aunque éste sea un ejecutivo. Aprovechándose del contexto, llevan hacia delante una política de precarización del trabajo y del salario. Sin embargo, no se dan cuenta que en la sociedad informacional en que vivimos, tal tipo de comportamiento, actitud y desidia hacia la valoración de la gente, los expone negativamente ante la comunidad, los medios y las redes sociales.

Esta miopía cortoplacista –léase “maximización de ganancias”– en la práctica termina jugándoles en contra. ¿Por qué? Por diversas razones de sentido común, como por ejemplo:
- La creciente dificultad de contar con personas de valor, es decir, competentes, habilidosas, creativas y autónomas.

Como hoy es más fácil informarse, cuando el postulante se entera de la subdesarrollada política de personal de estas compañías, para nada se mostrará predispuesto en ser parte de un entorno mediocre, que hasta puede llegar a jugarle en contra en el desarrollo de su Personal Branding.
- Carencia de un management anticipador e innovador de tendencias, en materia de compromiso y desarrollo de las personas.

En la medida que estas compañías gestionen al personal como “recursos humanos”, terminan siendo víctimas de su propio problema. ¿Por qué? Porque a ningún ser humano le interesa ser considerado como un objeto-recurso que “debe” encuadrar dentro de la descripción de tareas del puesto, al que de antemano ya se le estableció un salario promedio. Como es de imaginar, tal práctica sólo conduce a contar con una estructura de personal promedio afectados al cumplimiento del horario establecido.
Para estas empresas está claro que el empleado es “un costo”, en lugar de un co-creador de riqueza que brinda sus “servicios” a la organización. Por tanto, de ninguna manera ésta podrá replicar el concepto de maximización de ganancias del ayer, en un contexto en donde coexiste una legión de productos y servicios que poco y nada se diferencian entre sí. Entonces, la “ganancia” sólo será viable en la medida en que la compañía cuente con personas de calidad –desde el cadete hasta el CEO– aportando sus competencias y talentos en un proyecto en común.

Compromisos compartidos
Las personas que trabajan en la empresa la hacen viable en la medida en que la dirección tenga en cuenta, entre otras cosas:

- El talento de las personas pasó a ser un diferenciador clave. ¿Qué vemos en la práctica? Exactamente lo contrario, salvo en las empresas líderes globales que marcan las tendencias –GE, Toyota, Amazon, Zara, Starbucks,… En lugar de ser reactivas, sus empleados están preparados para el cambio, en todo momento.
- La persona competente y habilidosa está en una mejor posición negociadora dentro del grupo de trabajo, y para gestionar su propia carrera laboral-profesional. Para nada se siente desechada ni marginada, tal como les suele ocurrir a los “empleados promedio”.

- Las empresas líderes, innovadoras y anticipadoras saben que la “cultura del paternalismo y la lealtad” –otra de las improntas que cultivan los “recursos humanos”– hoy se transformó en un auto-interés mutuo. Las personas que son parte de este nuevo enfoque organizacional se consideran “prestadoras de servicios”, al tiempo que para sus empleadores pasan a ser sus “socios estratégicos”.
En este caso, son las personas las que “eligen” trabajar en aquellas organizaciones que comparten sus valores y tienen un claro propósito social. De allí que asumen que su “marca empleadora” es y será clave para que las personas talentosas aspiren a ser parte de ella.

- La “uberización” también se estableció en el trabajo, constituyéndose en un nuevo factor disruptivo. ¿Esto qué significa? Que la organización pasó a complementar su estructura laboral con el aporte de otras personas externas que pueden llevar a cabo actividades específicas o bien ser parte de proyectos en tiempo real.
Esta apertura “mental” hace posible que los equipos de trabajo internos de la compañía se puedan retroalimentar con el aporte puntual de sus pares externos, capitalizando así la valiosa experiencia que éstos poseen en múltiples contextos.

Como pueden ver, la competitividad y la productividad transitan hoy por otros caminos que nada tienen que ver con la “descripción de tareas”. Lo bueno de lo aquí mencionado es que se trata sólo de una muestra de las nuevas formas y oportunidades de trabajo que hoy están disponibles.
¡El portador de Tu Marca Personal cuenta con las competencias necesarias para llevar a cabo su misión y vocación en proyectos que, incluso, le permitan la “uberización” de sus servicios!
José Podestá

Actualización Continua del Conocimiento

08 mayo 2016 ·

El poder que una persona hoy puede ejercer para nada tiene que ver con la fuerza física sino con el saber. Esto nos lleva a tener en cuenta, a diferencia del ayer, que si uno ha finalizado los estudios terciarios, universitarios o de posgrado, necesitará mantenerse actualizado de forma permanente, para evitar “descapitalizarse”.

Antes era distinto
Hasta el advenimiento de la globalización –inicio de la década de 1990– los seres humanos fueron acumulando conocimiento de manera gradual y acorde con sus necesidades. Además, estaba el beneficio que el saber prácticamente no perdía vigencia, a lo sumo lo hacía en forma lenta, con lo cual un profesional recién recibido podía dedicarse de lleno a su profesión.

Por supuesto que en algunas profesiones, como las derivadas de la medicina y el derecho, el profesional siempre tuvo que seguir “estudiando” para estar al día con los avances de la ciencia o las normativas jurídicas y sociales. Pero ello no era tan exigente como en la actualidad.
Hoy es distinto

La idea o el “sueño” de estudiar una carrera durante cuatro o cinco años y luego trabajar de ella a lo largo de la vida, dejó de ser sostenible. El cambio, sumado al avance exponencial de las soluciones tecnológicas aplicadas en múltiples contextos, obliga para estar medianamente actualizado, el tener que destinarle diariamente al “estudio” un tiempo significativo, según sea la especialidad o el plan de carrera laboral-profesional del interesado.
Entonces, la pregunta que cada uno de ustedes se formule acerca de cuánto tiempo debería destinar para “mantenerme” al día, al ritmo en que se va generando el nuevo conocimiento, dependerá de lo dicho anteriormente. Aquí lo importante es saber que:

- La “fecha de vencimiento” del conocimiento hoy es inferior a los diez años. En áreas vinculadas a las ciencias y la tecnología, se ubica por debajo de los cinco años.
- La profesión elegida no será la única o la definitiva en la vida, a raíz de la aceleración del cambio y la irrupción de nuevas actividades y requerimientos.

Lo que importa es la vocación
En otras oportunidades nos hemos referido al motivo o razón por el cual cada uno de nosotros decidió venir a la vida. Estamos en el planeta Tierra –y no en otro– porque tenemos una misión para llevar a cabo; se trata de una responsabilidad que no podemos delegar en nadie.

Para hacer realidad tu misión y ponerla en acción, es fundamental que tengas previamente bien en claro cuál es la vocación que será sustento de tu trabajo-profesión. Ello te evitará equivocarte lo menos posible con aquello que consideras le dará un sentido a tu vida y te permitirá honrar a tus prójimos. Por más fuerte que hoy sea el individualismo instalado en la sociedad, no debemos olvidar que somos seres sociales y por ello nos debemos también a los demás.
La vocación, además, es el reaseguro que en algún momento de la vida te permitirá “reinventarte” en una nueva actividad-profesión, porque la que venías llevando a cabo perdió sentido o lisamente fue superada por las circunstancias. El avance de la robótica y la impresión 3D irán impactando en múltiples ámbitos, incluso en los menos pensados como, por ejemplo, la medicina o la cirugía. No hay que ser futurólogo para darse cuenta que en muy poco tiempo es probable que nos opere el “Dr. Robot”. Entonces, a partir de mi vocación vinculada con la salud de mis prójimos, podré seguir mi evolución profesional con otra afín al campo de la medicina y la salud, sin por ello tener que perder el rumbo inicial fijado o haciendo algo que para nada le dé un sentido a mi vida.

Así como estoy haciendo referencia a la necesidad de la actualización continua del conocimiento en el ámbito profesional, lo mismo vale para quienes su vocación los orientó hacia el mundo de las organizaciones o el comercio. Uno hoy podrá estar trabajando como contador en una exitosa empresa global. Sin embargo, si esa actividad está encuadrada en tareas repetitivas, por el avance de las tecnologías es muy probable que ese contador en algún momento se vea superado también por la realidad del cambio.
Aquí ya no tiene sentido añorar la estabilidad y la seguridad relativa que en el ayer era factible brindar a las personas. ¿Por qué? Porque hoy estamos ante un contexto muy dinámico que, como tal, no deja de sorprendernos y ofrecernos oportunidades para seguir “creciendo” como personas, al tiempo que podemos también brindar nuestros conocimientos, servicios y soluciones en beneficio de los demás.

¡El portador de Tu Marca Personal logra posicionarse y desarrollarse en su trabajo-profesión porque no sólo se ocupa para hacer que las cosas ocurran, sino también por mantener vigente su vocación frente a las oportunidades que pasan a ser parte de su existencia y destino!
José Podestá

Talento Vs. Organización Deficiente

01 mayo 2016 ·

Así como en el ayer bastaba con una pequeña elite de ejecutivos para que hicieran viable la visión de la empresa –mientras el personal llevaba a cabo las directivas impartidas– en el hoy nada de ello tiene sentido. Sin embargo, aún son mayoría las compañías que mantienen el modelo anterior, contratando el tiempo de las personas y aplicando las normas de “domesticación” que, por ser castradoras, van a contramano de la realidad.

“Nos importa el talento”
Esta expresión la escuchamos y leemos muy a menudo, pero no por ello deja de ser uno de los mitos de la actualidad. Por supuesto que el perfil del empleado, a todo nivel, debe reunir competencias “no tradicionales” como ser: creatividad, autonomía, pasión, flexibilidad, tolerancia a la frustración, etc. Sin embargo, frente a esta necesidad, encontramos en muchas empresas:

- Ausencia de un contexto adecuado para la recepción, despliegue y desarrollo del talento de las personas. Más aún, hay empresas que incorporan “talentos” sin hallarse cultural ni estructuralmente preparadas para ello. Entonces, cuando los pierden o saben que se marcharán, se proponen “retenerlos” de un modo ingenuo e irresponsable, lo que da una idea de la falta de consideración y respecto que tienen hacia el personal.
- Creen que con un par de talentos es suficiente, cuando de lo que se trata es de nutrirse de un nuevo perfil de empleados –“emprendedores in company”– que hagan posible y viable la misión y la visión de la compañía.

- Desconocen que dentro de la organización ya cuentan con personas de valor que por distintos motivos, se encuentran marginadas, enroladas en la cultura del recurso-objeto humano y sujetas a normas-procesos desmotivantes y carentes de sentido. Así, los empleados se dignan simplemente en brindar a la empresa no más que su tiempo de jornada laboral, ya que lo demás no está incluido en el contrato. Esta es otra de las consecuencias nefastas derivada de la cultura de recursos humanos.
Entonces, lo que realmente debiera ser lo importante –contar con la mejor gente en todos los niveles de la organización– sólo queda reservada a un puñado de empresas innovadoras y flexibles ante el cambio. El resto, mientras tanto, se debaten entre la incertidumbre y la improductividad, malgastando el dinero en asesoramientos que luego generalmente no llevan a la práctica, porque:

a. Es demasiado “costoso”.
b. Culturalmente implica dar un giro de ciento ochenta grados.

c. El “directorio no está de acuerdo”, cosa que suele ser verdad, porque viven totalmente ajenos a lo que es importante y prioritario hacer.
Estas empresas deficientes vienen transitando su biografía monitoreando cómo pasan las cosas –es decir, actuando reactivamente– o bien sin llegar a darse cuenta o entender cómo ocurrieron las cosas. En cualquiera de los dos sucesos, luego destinan un tiempo precioso en buscar las explicaciones y hasta a los eventuales “culpables” por lo que les está pasando.

Lo opuesto se da en las empresas innovadoras ya mencionadas, porque saben muy bien que el éxito, el desarrollo y la sustentabilidad radican en la calidad de su gente. De allí que se “ocupan” por buscar, mantener e invertir en las mejores personas del mercado, porque saben en definitiva que son los que llevarán adelante a la organización, haciendo proactivamente que las cosas pasen, al tiempo que “todos” van aprendiendo sobre la marcha.
Lo que las personas talentosas hoy tienen bien en claro es que para nada están predispuestas en perder su tiempo en aquella empresa que pretenda “encorsetarlos”, dentro de la descripción de tareas afín al puesto y al horario preestablecido. ¿Alguno de ustedes conoce algún emprendedor exitoso que aceptó hacer las cosas sin romper las reglas, esperando que su jefe le establezca y autorice lo que “tiene” qué hacer?

¡El portador de Tu Marca Personal nunca será parte de una organización deficiente, porque sabe que lo suyo está centrado en el desarrollo de su misión-vocación, que no sólo tiene sentido en su vida sino que también la proyecta al servicio de los demás!
José Podestá

 

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