Actualización Continua del Conocimiento

08 mayo 2016 ·

El poder que una persona hoy puede ejercer para nada tiene que ver con la fuerza física sino con el saber. Esto nos lleva a tener en cuenta, a diferencia del ayer, que si uno ha finalizado los estudios terciarios, universitarios o de posgrado, necesitará mantenerse actualizado de forma permanente, para evitar “descapitalizarse”.

Antes era distinto
Hasta el advenimiento de la globalización –inicio de la década de 1990– los seres humanos fueron acumulando conocimiento de manera gradual y acorde con sus necesidades. Además, estaba el beneficio que el saber prácticamente no perdía vigencia, a lo sumo lo hacía en forma lenta, con lo cual un profesional recién recibido podía dedicarse de lleno a su profesión.

Por supuesto que en algunas profesiones, como las derivadas de la medicina y el derecho, el profesional siempre tuvo que seguir “estudiando” para estar al día con los avances de la ciencia o las normativas jurídicas y sociales. Pero ello no era tan exigente como en la actualidad.
Hoy es distinto

La idea o el “sueño” de estudiar una carrera durante cuatro o cinco años y luego trabajar de ella a lo largo de la vida, dejó de ser sostenible. El cambio, sumado al avance exponencial de las soluciones tecnológicas aplicadas en múltiples contextos, obliga para estar medianamente actualizado, el tener que destinarle diariamente al “estudio” un tiempo significativo, según sea la especialidad o el plan de carrera laboral-profesional del interesado.
Entonces, la pregunta que cada uno de ustedes se formule acerca de cuánto tiempo debería destinar para “mantenerme” al día, al ritmo en que se va generando el nuevo conocimiento, dependerá de lo dicho anteriormente. Aquí lo importante es saber que:

- La “fecha de vencimiento” del conocimiento hoy es inferior a los diez años. En áreas vinculadas a las ciencias y la tecnología, se ubica por debajo de los cinco años.
- La profesión elegida no será la única o la definitiva en la vida, a raíz de la aceleración del cambio y la irrupción de nuevas actividades y requerimientos.

Lo que importa es la vocación
En otras oportunidades nos hemos referido al motivo o razón por el cual cada uno de nosotros decidió venir a la vida. Estamos en el planeta Tierra –y no en otro– porque tenemos una misión para llevar a cabo; se trata de una responsabilidad que no podemos delegar en nadie.

Para hacer realidad tu misión y ponerla en acción, es fundamental que tengas previamente bien en claro cuál es la vocación que será sustento de tu trabajo-profesión. Ello te evitará equivocarte lo menos posible con aquello que consideras le dará un sentido a tu vida y te permitirá honrar a tus prójimos. Por más fuerte que hoy sea el individualismo instalado en la sociedad, no debemos olvidar que somos seres sociales y por ello nos debemos también a los demás.
La vocación, además, es el reaseguro que en algún momento de la vida te permitirá “reinventarte” en una nueva actividad-profesión, porque la que venías llevando a cabo perdió sentido o lisamente fue superada por las circunstancias. El avance de la robótica y la impresión 3D irán impactando en múltiples ámbitos, incluso en los menos pensados como, por ejemplo, la medicina o la cirugía. No hay que ser futurólogo para darse cuenta que en muy poco tiempo es probable que nos opere el “Dr. Robot”. Entonces, a partir de mi vocación vinculada con la salud de mis prójimos, podré seguir mi evolución profesional con otra afín al campo de la medicina y la salud, sin por ello tener que perder el rumbo inicial fijado o haciendo algo que para nada le dé un sentido a mi vida.

Así como estoy haciendo referencia a la necesidad de la actualización continua del conocimiento en el ámbito profesional, lo mismo vale para quienes su vocación los orientó hacia el mundo de las organizaciones o el comercio. Uno hoy podrá estar trabajando como contador en una exitosa empresa global. Sin embargo, si esa actividad está encuadrada en tareas repetitivas, por el avance de las tecnologías es muy probable que ese contador en algún momento se vea superado también por la realidad del cambio.
Aquí ya no tiene sentido añorar la estabilidad y la seguridad relativa que en el ayer era factible brindar a las personas. ¿Por qué? Porque hoy estamos ante un contexto muy dinámico que, como tal, no deja de sorprendernos y ofrecernos oportunidades para seguir “creciendo” como personas, al tiempo que podemos también brindar nuestros conocimientos, servicios y soluciones en beneficio de los demás.

¡El portador de Tu Marca Personal logra posicionarse y desarrollarse en su trabajo-profesión porque no sólo se ocupa para hacer que las cosas ocurran, sino también por mantener vigente su vocación frente a las oportunidades que pasan a ser parte de su existencia y destino!
José Podestá

 

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