El Sentido del Trabajo

22 mayo 2016 ·

La vida es súper atractiva porque nos demanda, a cada uno de nosotros, una larga búsqueda. Sin embargo, cuando se trata de postularse para un trabajo u oficio o de elegir una profesión, por lo general las personas suelen simplemente dirigirse hacia ese encuentro con una alta dosis de expectativas, motivación y deseos de éxito. Es decir, que asumen un comportamiento que muchas veces está desprovisto de un trabajo previo de introspección.

Quizás alguno de ustedes se preguntará y para qué es necesario hacerlo así. Por la sencilla razón de querer saber si lo que realmente se aspira en la vida tiene sentido, hace a la misión-vocación o simplemente se trata de una salida de corto plazo. Con ello no se pretende, en absoluto, descalificar a las oportunidades que se puedan presentar sobre la marcha. Pero sí el estar atentos para discernir si las mismas luego servirán, para sumar o distraernos de aquello que los demás también esperan de uno.
Vivir con sentido

Si nos remitimos a los orígenes de la humanidad, recordaremos cómo los pueblos fueron haciendo frente a todo tipo de inconvenientes, llámense cataclismos, guerras, epidemias, etc. Pero a pesar de las tremendas dificultades a las que estuvo y está expuesto el ser humano, conviene recordar que en su interior profundo se encuentra el motivo por el cual ha decidido venir al planeta Tierra. Al respecto, la historia está poblada de personas que ofrendaron su legado-misión a la humanidad, tal como también se viene dando en el mundo actual.
Por supuesto que es más “práctico” y hasta “divertido” para algunos ir por la vida haciendo las cosas en “piloto automático”. Sin embargo no por ello se sienten plenos o felices, a pesar del dinero o la fortuna que hayan logrado acumular.

Es así como el hombre ha ido descubriendo, en su vida de relación, que no todos somos iguales y que no a todos les gustan las mismas cosas, ni mucho menos, que se tenga que hacer lo que hacen los demás. El hecho que gracias a este “don” también seamos distintos, no es una mera casualidad. Al contrario, responde a esa misión que anida en nuestro interior –tal como si fuese el ADN de nuestro existir– y que está a la espera de nuestro “descubrimiento”; hace al proceso de búsqueda que les había mencionado al principio.
También es un dato de la realidad que no todas las personas tienen en claro estas cosas, ni mucho menos el tener que indagar acerca de su misión-vocación. Pero no por ello ésta debiera ser neutralizada o “anestesiada” con las soluciones u oportunidades del corto plazo, porque quizás muchos de ustedes ya sepan que así es como luego se termina haciendo cosas que para nada son gratificantes en lo personal. Entonces, cuando uno no tiene en claro el qué y el para qué viene haciendo lo que hace, se comienza a resentir la autoestima, ya sea por la desmotivación, el cansancio o la frustración que aflora desde el interior.

Es por ello que vivir tiene sentido, en la medida que sepamos comprender para qué vivimos. Aquí lo importante es saber que el sentido no se encuentra de una vez y para siempre, máxime en los tiempos actuales en donde el cambio fluye de un modo acelerado y permanente, impactando en nuestras vidas.
Visto el tema en perspectiva, a medida que vamos creciendo atravesamos las edades. Si estamos atentos al devenir de los doce meses del año, vamos a llegar a percibir que algo nos aguarda o sale a nuestro encuentro. Sin embargo, la edad que hoy tienes encierra una experiencia humana esencial que no deberías dejarla pasar por así nomás, porque no llegarías entonces a percibir ningún descubrimiento que quizás sume sentido a tu vocación.

¿Qué nos dice la realidad?
Que la vida ni el ser humano pasan en vano. Todo encierra un mensaje, nos dice algo. Entonces, para que no pierdas los instantes de sentido, es necesario que permanezcas atento a las circunstancias que seguramente, y sin saberlo, hacen a la misión-vocación de tu vida.

Esos instantes pueden surgir en diversas ocasiones, como ser, durante el desarrollo de la actividad laboral o profesional, en un diálogo o bien por el hecho de mantener una conducta coherente con tus propios valores, aunque sientas que sean contra la corriente actual o la de los demás.
Todo ello nos lleva también a hacernos preguntas que, sin lugar a dudas, son fundamentales para la clarificación y el sentido de la misión-vocación. Incluso vale para todos aquellos que se cuestionan dónde y cómo dejarán una huella, con el sello de su Personal Branding.

Las respuestas a esas preguntas, como los instantes de sentido, no están en nosotros sino en el otro, es decir, en aquellos que nos confirman el sentido que tiene el trabajo que llevamos a cabo en la vida. ¿Por qué? Porque para ellos es importante percibir que estamos haciendo algo que los incluye. Es así como podrás ir construyendo tu camino –son sentido y vocación– mientras tus prójimos van registrando la huella de tu accionar.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe que el sentido de su vida está presente en todo lo que hace y brinda, desinteresadamente, a sus prójimos!
José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.