Inseguridad Latente

13 noviembre 2016 ·

Quizás a más de uno le podrá interesar ingresar o ser parte de una organización que le “garantice” un trabajo de por vida, exento además de un eventual despido, salvo que la persona incurra en un delito. Antes que alguien se formule la pregunta de si existe algo así, les confirmo que muy pocas compañías se atrevieron a ello en el ayer, mientras que hoy es literalmente imposible debido a las turbulencias y el devenir que trae aparejada la aceleración del cambio.

Personalmente tuve la oportunidad de haber llegado a beneficiarme con tal “garantía”, pero de poco me sirvió. Cuando ingresé en IBM en el área de servicios denominada “Centro Educativo” –estaba destinada a la capacitación de los futuros operadores y programadores, como así también al personal ejecutivo de las compañías clientes– despertó en mí la vocación de realizar mi proyecto laboral y profesional en el área de Negocios. Pero me encontré con un obstáculo y requisito insalvable, como ser el de tener que cursar previamente –y por espacio de tres años– la carrera interna de Ingeniería de Sistemas, que para nada estaba dentro de mis planes. Para evitarla, decidí recurrir a la política de “puertas abiertas” –que de modo pionero IBM brindaba al personal– para entrevistarme con el Presidente de la compañía. Si bien no logré mi objetivo, después de la reunión comprendí que el requisito interno tenía su razón de ser, pero ello no era para mí. Entonces, opté por renunciar para seguir adelante con mi plan y vocación en otra organización.

Destaco que IBM llegó a ser, en occidente, una de las “exclusivas” compañías que hicieron realidad el compromiso del empleo de por vida y sin despido, por espacio de más de veinte años. En oriente, específicamente en Japón, ello era una práctica culturalmente impuesta y aceptada; el empleado era considerado como un miembro más de la familia, motivo por el cual no estaba previsto el despido.

Pero llegó un momento en que “el mundo cambió”. Tanto oriente como occidente no pudieron continuar con tal práctica y compromiso. Ello pasó a ser una utopía o ilusión porque la vida nunca nos garantiza que todo pueda marchar por un sendero de “orden, seguridad y prosperidad”, por más que nos empeñemos en quererlo. Además, si ello fuera así, viviríamos realmente desmotivados y sin proyectos, porque más de uno estaría persuadido de que no tendría sentido alguno el pretender alterar ese “estadio de paz y tranquilidad”.

Ni bueno pero tampoco malo

La “dosificación” de la inseguridad, en el ámbito específico de la individualidad, no deja de ser un estímulo o un disparador positivo para la movilización del ser humano. De allí que importa tener en cuenta lo siguiente:

- La inseguridad no se la puede evitar, por tratarse de un impulso que se nos puede llegar a presentar de uno modo imprevisto, sorpresivo.

- Nos pone a prueba, con todo lo que ello tiene en cada vida y proyecto personal.
- Demanda una respuesta de nuestra parte, incluso en lo social. Así como llegado el momento se podrá necesitar alguna asistencia de los prójimos, lo mismo éstos la esperan de nuestra parte; no obliga, pero tampoco nos excluye ignorarla.

- No se la puede eliminar, porque su aparición muchas veces suele ser incontrolable e imprevista. Al menos se la podrá acotar y dimensionar, para luego poder abordarla y “transformarla”.

Conviene aclarar que aquí no estamos haciendo alusión al tipo de inseguridad que diariamente nos muestran los medios de comunicación –delito, narcotráfico, terrorismo– sino a la que nos impacta en el devenir de nuestro plan de carrera laboral-profesional y en el desarrollo del Personal Branding. Concretamente, todo aquello que tiene que ver con la misión y la vocación del ser humano.

Sabiendo que la inseguridad es un impulso de la realidad que puede permanecer en estado latente y eventualmente aflorar en determinados momentos de la vida, debemos prestarle nuestra atención, ya sea porque nos puede poner a prueba o bien porque nos está indicando que por “allí” no estaba previsto el “camino” en el cual nos encontramos transitando en ese momento. Por más que ello no sea de nuestro agrado, estará en cada uno descubrir y capitalizar el “mensaje” que nos trae la inseguridad, en cada aparición.

¡El portador de Tu Marca Personal no sólo está expuesto sino también entrenado para llegar a “surfear” la inseguridad, apenas irrumpe en su devenir laboral y profesional, porque sabe que ella pasa a ser en ese momento parte activa del proceso que lo vincula con su desarrollo biográfico!

José Podestá

 

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