Priorizando el Equipo

21 enero 2018 ·

En distintos momentos o etapas de la vida uno se va adaptando a los procesos que el cambio establece en el devenir de los acontecimientos. Si bien los ajustes no son iguales para todos –en ello también actúa el destino– sí “obliga” a casi todos el tener en cuenta su misión personal, justamente para no errar en el camino que aún resta transitar.

Por lo general la persona suele llevar a cabo su reprogramación –algunos lo denominan “reinvención”– a partir de su propio “yo”. Por supuesto que así debe ser, porque ello tiene que ver con el proyecto y vocación personal. Sin embargo, ésta quedará “incompleta” en la medida que no se tenga en cuenta el rol que tienen los “otros”, en sus respectivos desarrollos personales.

No estamos solos

En la actualidad el ego personal, es decir la cara “superficial” del yo, es la que prevalece o más bien se impone en los ámbitos diarios de la vida. No es algo que uno haga plenamente consciente, sino más bien “movido” por el excesivo individualismo-narcicismo reinante; es lo que se “instaló” culturalmente en las últimas décadas en la sociedad.

Pero como los que saben nos recuerdan que el hombre es un ser social, de nada sirve que uno se “atrinchere” en su individualismo y hedonismo. Así como en el universo en general y en el planeta Tierra en particular, todo lo que el hombre hace tiene una incidencia y consecuencias directas, no podemos dejar de lado al prójimo, por la sencilla razón de que somos parte de un grupo laboral y social, de una comunidad y de un estado-país.

Cuando uno decide su profesión y vocación, si bien lo hace entre otras cosas porque siente que con ello podrá ganarse su propio sustento e independencia económica, también se involucra con el prójimo. ¿En qué sentido? Su trabajo es parte de un proyecto y “servicio” que siempre tiene al “otro” como destinatario; caso contrario, no estaría haciendo nada de valor. Entonces, en la medida que lo realizado cumpla también una función social, la persona tiende a reafirmar su personalidad y rol, al tiempo que percibe que lo suyo tiene un sentido.

Lo mismo vale en materia de Personal Branding. De nada sirve su aplicación para la búsqueda de un nuevo trabajo, si la persona no cuenta con el perfil y las potencialidades esperadas por los “otros”; algunos confunden o creen que el Personal Branding es una técnica de “actualidad” que permite acceder más rápido al objetivo. Por tratarse del posicionamiento y desarrollo del nombre y apellido de la persona en el ámbito en donde está llevando a cabo su emprendimiento o plan de carrera laboral-profesional, necesitará de un tiempo prudencial para que los “otros” sepan de su existencia y de la “excelencia” de sus servicios.

El ejemplo de las marcas comerciales que ustedes conocen y frecuentan, bien vale a lo ya expresado. Coca-Cola/Coke necesitó décadas y millones de dólares en inversión publicitaria para ganarse el “posicionamiento mental” que hoy detenta en el mundo. Cuando a una persona se le solicita que exprese cuál es la marca de gaseosa que le viene primero a la mente, la mencionada expresa su liderazgo. ¿Esto que nos dice?

- Que una marca no es valiosa por la cantidad de unidades disponibles en el depósito de la empresa o en las góndolas de los puntos de venta, sino por la “presencia mental” que posee en la gente, sea o no consumidora del producto.

- Que la marca no está en la empresa que la produce, sino en la calle, en los “otros”.

Entonces, en la medida que uno realice a consciencia su trabajo o profesión y esté muy atento a las necesidades de sus prójimos, con el tiempo podrá lograr su reconocimiento y valoración; incluso más allá del período de su existencia en la Tierra, tal como la realidad nos lo recuerda con frecuencia.

Para ello se necesitará hacerlo de una manera mancomunada, es decir, en equipo. Por más que nos llamen la atención y eventual admiración algunos personajes, como los CEO de Amazon, Google, Facebook, Nike, Virgin,… éstos siempre han venido desempeñándose a través de un equipo al que han sabido motivar con el ejemplo y por sus condiciones de liderazgo. Lo mismo vale para el resto de los mortales, es decir, los que carecen “por ahora” de un Personal Branding de magnitud, pero que a pesar de ello se desempeñan y llevan a cabo un rol, trabajo o profesión más acotado y con pleno sentido de significación.

¡Al portador de Tu Marca Personal no le importa ni interesa la “maximización” de su imagen y difusión, pero sí el sentido y valoración que tiene lo suyo en aquellos que en definitiva son los beneficiarios de su obrar!

José Podestá

 

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