Aprender a Ser Mejores

01 abril 2018 ·


De entrada me parece oportuno dejar en claro que no todos hemos venido a la vida para ser una celebridad ni mucho menos para tener un buen pasar. El contexto nos ayuda, por suerte, a darnos cuenta de ello. ¿Y qué nos muestra el contexto? Que cada uno de nosotros es lo que es o debería ser en función de su misión-destino, para luego poder obrar en consecuencia.

Cómo hacerlo

Así como para muchos no les resulta nada fácil poder dilucidar su misión y posterior vocación en la vida –meditando y escuchando “su” voz interior– también es cierto que a todos nos cuesta bastante poder entender que la vida –y el cómo vivirla– depende de cada uno de nosotros. Es decir que:

- No lo podemos evitar o postergar, porque con ello nos estamos privando del mandato “original”.

- Tampoco se lo podemos solicitar ni mucho menos “reclamar” a un tercero.

Quizás alguno de ustedes se estará debatiendo porqué “no me gusta la vida que tengo”. Si así fuera, está en “tu” voluntad el poder cambiarla a través del desarrollo de nuevas estrategias personales. Pero nunca usar el contexto ni a “los otros” como excusa para no hacerlo. ¿Por qué? Porque se trata de tu vida, de tu trabajo o tu profesión.

Otro ejemplo que también vincula con lo que estamos diciendo, tiene que ver con la felicidad. No se trata de un “don” que otros me deben brindar, porque: ¡Ser feliz es una decisión personal!

Entonces,… ¿qué tengo que hacer? Dado que nos encontramos en camino de aprender todos los días a ser mejores personas, deberíamos entender y asumir que a esta vida vinimos para hacer tres cosas fundamentales:

1. Aprender a amar.

2. A dejar una huella.

3. A ser felices.

En estas tres cosas deberíamos trabajar también todos los días –además de nuestras obligaciones formales. Nuevamente, la pregunta del millón es cómo hacerlo. Personalmente sugiero que podríamos llegar a concentrarnos en tres criterios:

- Aprender a “amar la responsabilidad” como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. En la sociedad materialista en que nos encontramos es mal visto el “cansancio” por su connotación negativa, de la cual “debemos” deshacernos, y no cómo el privilegio de estar cansados por el hecho de estar entregando a nuestros prójimos lo mejor de nosotros. No deberíamos olvidar, más allá de la cultura del ocio imperante, que al planeta Tierra vinimos a “cansarnos” en el buen sentido de la palabra.

- “Valorar la libertad” como superadora de uno mismo. El ser libre nos vincula con el mandato interior de poder optar y hacer lo que anida en nuestro ser existencial. De esta forma me brindo a los demás, con sentido de responsabilidad.

- Desarrollando el maravilloso talento de la “fuerza de voluntad”. Así podré dilucidar qué gratificaciones inmediatas debo postergar en pos de mejores cosas. Crear calidez dentro de mi ámbito familiar, laboral y profesional, sin olvidar que los “otros” nunca deberían estar en la “frontera” de mis consideraciones. Tratar de dosificar la tecnología para que “nunca” llegue a obstaculizarme los vínculos personales, la conversación y el sentido del obrar.

Personal Branding mejorado

Una sociedad que privilegia los resultados, las ganancias, la competitividad,… termina desplazando al ser humano del centro de la realización, para reducirlo a un mero “instrumento” o “actor” de valor en la categoría de cliente-usuario. En este enfoque miope y egoísta, el Personal Branding carece de relevancia y sentido, porque de lo que se trata es, simplemente, de “maximizar ganancias” aunque implica terminar “usando” al prójimo.

Por supuesto que el aprender a ser mejores no excluye, en absoluto, el llegar a tener una sólida posición económica-financiera en la vida. Pero no cuando esa persona lo haya ponderado como un “fin en sí mismo”, porque así ya hemos visto en otras oportunidades que los prójimos no llegarán a verse identificados con él. En cambio todo es distinto cuando la persona obra y va dejando “su” huella, a través del amor responsable de su entrega.

¡El portador de Tu Marca Personal se ocupa por aprender a ser una mejor persona en lo suyo, para así no descuidar la calidad ni el  sentido que tiene su obrar en los demás!
José Podestá

 

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