Mal Jefe = Mal Negocio

28 octubre 2018 ·

Si bien el empleado es el primer perjudicado expuesto a un jefe tóxico, también lo es la organización por su alto grado de visibilidad frente a los medios de comunicación, como en las redes sociales. De allí que uno termine preguntándose, por ejemplo:


- ¿Por qué existe el mal jefe?

- ¿Para qué le sirve a una organización?

Desde ya que por tratarse de personal ejecutivo tóxico, estamos hablando de gente que por su rol y posicionamiento dentro de la organización, son exponentes del “opuesto” al que deberían representar. Es decir: anti líderes que tarde o temprano tienden a minar o “dinamitar” la identidad corporativa, generando así el peor daño para cualquier empresa.

Cada uno de ellos afecta a las organizaciones y a las personas en forma diferente. Si bien algunos pueden ser más dañinos que otros, todos terminan infectando a la compañía, tal como si fueran un virus “troyano”.

Las organizaciones lo saben

Resulta muy llamativo que las empresas no tomen decisiones para frenar a estos “jefes”. Sin embargo, una de las razones –quizás la más importante– es la que tiene que ver con los buenos resultados que producen, especialmente en momentos de crisis. Pero si bien pueden tener una “altísima” performance, especialmente en los resultados de corto plazo, terminan luego destruyendo el valor de las empresas y se transforman en un búmeran, porque generan un elevado nivel de rotación entre sus subordinados.

Como bien se puede observar, todo tiene un precio por el daño que terminan produciendo en la organización, incluido el costo humano. De allí que la compañía, en lugar de no querer darse por aludida, debería al menos “licuar” la estructura funcional en la que se apoyan estos anti líderes, fomentando por ejemplo la economía colaborativa o la organización basada en networks. Tengamos en cuenta que este tipo de “liderazgo” se conforma a partir de un modelo de poder radial, en el que un jefe compite con otros jefes para ver quién se queda con los mejores recursos de la empresa. Pero en un modelo colaborativo, esta forma de liderazgo pierde poder.

Qué puede hacer el empleado

Es por ello que el empleado que tiene un jefe tóxico debería identificarlo, para saber ante qué categoría de anti líder se encuentra expuesto. Con ello podrá evitar el no verse muy perjudicado en la relación, hasta tanto encuentre una mejor solución.

Puede ocurrir que al empleado le guste la organización en la que se encuentra –por ejemplo, por el potencial que ella le brinda para la consolidación de “su” proyecto laboral y profesional. En ese caso, seguramente le va a convenir moverse internamente para no quedar en el radar del anti líder. En el opuesto, si a uno no le convence la empresa y encina tiene un jefe tóxico, no queda otra alternativa que irse, aunque en ese momento pretendan “retenerlo” por su talento y habilidades.

Alguno de ustedes se podrá preguntar, en esa situación, qué pasa si no me voy. Aquí me animo a advertirles y anticiparles que las consecuencias se van a reflejar pronto en su cuerpo. ¿Por qué? Porque los anti líderes “también” producen enfermedades y consecuencias en la salud de sus subordinados.

Si bien me estoy refiriendo el problema del anti líder en el ámbito organizacional, para nada son excluyentes los restantes ámbitos. La personalidad tóxica –cuando además es mediocre– está presente en todos los estamentos de la sociedad, incluido el político.

Qué debería hacer la organización

Así como el empleado damnificado decide irse de la empresa, ésta tampoco debería descartar el despido de su “staff” anti líder. Es lo que vienen haciendo aquellas organizaciones que se dieron cuenta del valor que tiene el conjunto de empleados que hacen suya la cultura y la visión de la compañía, para el logro de los objetivos de mediano y largo plazo.

Las organizaciones que ponderan el cortoplacismo, si bien la presencia del anti líder podría ser el “reaseguro” que les ayuda alcanzar “buenos” resultados, llegará un momento en el que también se convencerán –por las rotaciones y la pérdida de los mejores talentos– que:

- No es negocio contener al mal jefe.

- Toda contratación tiene que ser sustentable en el tiempo para poder agregar valor.

- No hay un anti líder sin una organización que lo contenga.

¡El portador de Tu Marca Personal cuenta con un proyecto laboral y profesional de tal magnitud que no le permite exponerse, ni mucho menos interactuar, con malos jefes que subestiman y socaban la esencia y la dignidad del ser humano!
José Podestá

 

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