Diseñando un Nuevo Plan

28 marzo 2010 ·

El ser humano, por lo general, tiende a la acción más por obra de las circunstancias. Esto implica que habitualmente nos movemos por reacción frente a un imprevisto –el anuncio del despido– que de modo anticipatorio o proactivo. Sin embargo, la mayoría suele estar de acuerdo que en el caso de un nuevo producto, obra literaria o misión espacial se requiera, desde el vamos, tener rigurosamente definido el plan que haga viable tales emprendimientos en el tiempo previsto.

Esta carencia, desconocimiento o subestimación por la previsibilidad y planificación en lo personal, sirve para darnos cuenta de la fragilidad a la que uno se expone, muchísimas veces con gran irresponsabilidad, ante las realidades de la vida. Algunos, tal vez, actúan así porque creen que los sucesos personales son obra del destino que le tocó en suerte –cosa que respeto– o bien porque es más “natural” o “divertido” avanzar por la vida sin nada que a uno lo pueda llegar a condicionar.

Personalmente considero que los dos puntos de vista mencionados son relativos. Es cierto que no sólo tenemos un destino que cumplir en el planeta tierra –para eso hemos venido– y que tal vez no haya algo tan gratificante como es avanzar en la vida a través de las oportunidades, amenazas o crisis a las que a veces nos alcanzan y sacuden. Pero ninguna de ambas hipótesis prohíben o invalidan el tener un plan personal que sea conducente y muy realista, por ejemplo, con el objetivo laboral y profesional deseado. Más aún, el contexto competitivo, de escasez estructural de trabajo y muy cambiante hace necesario que hoy se disponga de un plan diferencial y de valor que le permita a uno evitar ser visto como otro más del mismo rebaño.

Cuando uno planifica algo es, entre otras cosas, para tener bien en claro cuáles son las actividades clave a ser tenidas en cuenta para que el objetivo se logre en tiempo y forma. Además, es el mejor reaseguro para evitar la dispersión de esfuerzos, la pérdida de tiempo y la reducción al riesgo, fracaso o frustración reiteradas.

Tener un plan personal también habla muy bien de ese individuo. ¿Por qué? Porque demuestra que se trata de un ser que tiene inquietudes, carácter –se constituye en el co-diseñador de su destino, en lugar de esperar a que éste lo sorprenda– y perseverancia.

Cuando hablamos del Personal Branding, es decir de aquellos seres que han decidido trabajar para y por el desarrollo y posicionamiento de Tu Marca Personal, se alude al reconocimiento o toma de conciencia que hacen todos aquellos que se han propuesto avanzar por la vida haciendo valer la propuesta de valor y calidad derivada de su desempeño laboral y profesional.

Entonces, si las organizaciones tienden a reducir el riesgo y llevar adelante sus emprendimientos en función de un plan objetivo, está también plenamente justificado hacerlo en lo personal.

La vida es algo único e importante para dejarla sola a manos del devenir y de las circunstancias. Por tanto, tener un plan o reformular uno nuevo es el punto de partida que han elegido todas aquellas personas que tomaron plena conciencia para no quedar supeditadas a las decisiones de los demás.

Pero son muchos los que no lo hacen: Son los cosechadores de lamentos que proyectan, en los otros, la culpa por lo que les pasa. Mientras tanto, los proactivos van construyendo la diferencia.


José Podestá

 

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