Fuga Hacia Adelante

18 julio 2010 ·

Cuando no se tiene bien en claro qué hacer –en lo personal, laboral o profesional– muchos suelen practicar la técnica de patear-hacia-adelante, es decir, no hacer nada por el momento esperando vaya uno a saber qué influjo mágico pueda surgir para revertir la inacción en que se encuentran. Esto significa, literalmente, fugarse hacia adelante hasta tanto se presente alguna inspiración o suceso que sirva para superar la crisis.

Cuando uno se encuentra en tal situación y es plenamente consciente de ello, lo más sensato sería evitar “la fuga” y ponerse a trabajar en un proyecto personal. ¿Por qué? Porque en un contexto de posibilidades tan acotadas como el actual, ya nos está advirtiendo que la esperanza de que algo mejor se nos cruce en el camino es, realmente, una utopía. Entonces, para evitar la acumulación de ansiedades y frustraciones derivadas del abandono personal, habrá que anteponerle una estrategia y plan de acción que permita llegar a la meta en un plazo razonable.

Hay personas que hacerlo les resulta más fácil, y hasta natural, que a otras. Si bien ello tiene que ver con nuestros estímulos anímicos y volitivos, lo importante es darse cuenta de ello, tomar la decisión de trabajar en el cambio y avanzar sin rodeos hasta alcanzar el objetivo propuesto. Y no es para menos, pues aquí se trata del posicionamiento futuro ante un trabajo, emprendimiento o profesión.

Hasta ayer uno pensaba, al respecto, que bastada con postularse a un trabajo porque de ese modo resolvíamos una infinidad de problemas. Pero hoy, ese mismo trabajo puede llegar a constituirse es una nueva frustración o decepción. Tal vez alguno de ustedes haya pasado por tal situación o conoce el caso de algún familiar o amigo.

Ello no significa, en absoluto, que el trabajo en relación de dependencia no sea algo gratificante y que permita llevar adelante un proyecto personal. En la medida que las expectativas, ambiente o clima laboral, cultura y valores compartidos se amalgamen con la tarea –independiente del nivel jerárquico– el empleado sentirá que vale la pena ser parte de la organización. Y los que vayan sobresaliendo del resto, por su estilo-habilidad-talento, irán ganando el reconocimiento de sus pares y consolidando un posicionamiento que será vital para Tu Marca Personal.

Si la situación no fuera así y uno se encuentra inmerso en la incertidumbre, alimentada además por la “promesa” del jefe que dice que “hay que esperar” –pero no compromete fecha– o “que más adelante habrá mejores posibilidades”, es allí cuando se nos presenta la disyuntiva de: ¡Qué hacer! Le creo y espero para ver que pasará – con lo cual me convierto también en cómplice del riesgo empresario, aunque luego no me compartan las ganancias– o bien decido esperar pero al mismo tiempo me pongo a trabajar en el desarrollo de mi proyecto personal.

¡Como puede verse, se trata de algo muy personal, como las decisiones trascendentales de la vida. Pero lo que seguramente uno jamás se arrepentirá es que al tomar conciencia de ello, estaremos evitando fugarnos hacia adelante!


José Podestá

 

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