Personal Branding para Graduados

28 noviembre 2010 ·

¿Cuándo es el momento para iniciar el posicionamiento profesional? ¿Existe algún sensato que llegó a pensar en ello?

Seguramente que la legión de conocedores del Personal Branding se está extendiendo de modo sostenido a nivel global. Sin embargo, son aún una minoría los que se están ocupando de ello para capitalizar los beneficios de llegar a ser percibidos, por su mercado objetivo, como seres capaces de brindar un trabajo superlativo, distintivo y de valor.

Destinar tiempo para asuntos importantes, en cualquier actividad o profesión no es algo que la mayoría de la gente le preste debida importancia. Sin embargo, hoy se necesita tener muy en claro cuál es mi proyecto personal para no terminar siendo, dentro de poco tiempo, “un cero a la izquierda” en el mercado de iguales en donde se está expuesto.

Un graduado, cualquiera sea su especialización, está enfrentando una realidad que básicamente le dice dos cosas:

• Son muchos los que aspiran a un mercado ya reducido y satisfecho.
• Todos son cuasi-iguales en formación recibida, motivo por el cual no pueden ofrecer una propuesta de valor más allá del promedio de calificación. Pero ello, en muchas esferas, dejó de ser relevante porque no es garantía de excelencia acerca del producto-trabajo que a futuro se brinde.

Cuando la realidad se encarga de mostrar ambos condicionantes, algunos graduados empiezan a cuestionarse, por ejemplo:

a. Para qué elegí esta profesión que, al final de cuentas, tiene pocas posibilidades de aplicación ante la saturación existente.
Por supuesto que si previamente hubiesen realizado una orientación vocacional y profesional, seguramente habrían podido conocer con anticipación hacia qué “precipicio” se iban a dirigir.

b. Qué hago ahora.
El peor remedio, aunque surja como lógico y racional, es hacer de inmediato un posgrado. ¿Por qué? Porque sería el preámbulo de una nueva frustración. Si bien hay menos personas con dicho nivel, nuevamente se repetirá que todos han recibido una formación muy similar para un mercado que también está acotado.

¡Pero no todo está perdido!

Como bien dice el refrán, “en la vida todo tiene solución”. El haberse uno dado cuenta que el título hoy no tiene el efecto del ayer, bien se lo puede capitalizar en un proyecto personal conducente al logro de un posicionamiento laboral o profesional diferenciador. Es aquí en donde entra en acción el Personal Branding.

Para los que por primera vez están tomando contacto con este recurso estratégico y táctico, lamento decirles que no es algo mágico ni garantía “escrita” de éxito. ¿Por qué? Porque se necesita para ello un alto grado de convicción, coraje y perseverancia en el logro del posicionamiento deseado. Tampoco es algo imposible de lograr ni reservado para gente especial. Simplemente se trata de una herramienta estratégica –de allí que su desarrollo demande tiempo– que si está bien definida y resuelta, permitirá que el trabajo que uno realice, con un estilo y talento singular, comenzará a ser percibido y valorado por el mercado al cual hemos optado por posicionarnos.

Tal como sucede con una marca líder, el producto es siempre anterior a la marca. Ello también vale para el Personal Branding. En función del atributo de valor, estilo y habilidad puesto en el producto-trabajo o profesión, la marca es la que luego terminará hablando de uno en el mercado elegido.

¡Para salir del promedio de iguales en la profesión elegida, el graduado tiene la opción de construir Tu Marca Personal. ¿Cuándo? A partir del momento en que desee abandonar la queja y de ser parte del rebaño de iguales en donde hoy se encuentra!


José Podestá

El Personal Branding No Equivale a Éxito

21 noviembre 2010 ·

No es habitual en quien fabrica un producto o brinda un servicio que manifieste, en algún momento, que lo suyo no es suficiente. Lo mismo sucede cuando una empresa se expuso a una crisis, voluntaria o no– que afecta a su identidad e imagen. En ese caso, la realidad nos tiene acostumbrado a que la respuesta sea el silencio, y recién en forma tardía un responsable “da la cara” para decir o aclarar algo que ya poco importa.

Es por ello que siempre hay que tener bien en claro el qué y el para qué de las cosas. De allí que pensar o imaginar que el Personal Branding es la llave del éxito, en lo laboral o profesional, es un disparate. ¿Por qué? Porque implica, entre otras cosas:

1. Transitar un proceso que demanda tiempo, trabajo, pasión y constancia.

2. Tener bien el claro quién es el cliente o target objetivo.

3. Haber incorporado la habilidad o talento en el trabajo, para que luego sea percibido y valorado por el cliente.

4. Saber anticiparse a los cambios para que la percepción de la imagen derivada por el servicio prestado –Tu Marca Personal– se constituya para el cliente en una significativa propuesta de valor.

Espero que se entienda muy bien que el Personal Branding no está en la persona que lo representa con su nombre y apellido. Tu Marca Personal es una percepción de imagen que se va construyendo en la mente del cliente-objetivo. Y como efecto secundario, se podrá lograr similar impacto entre los compañeros o colegas.

Para llegar a esta instancia, el portador del Personal Branding necesitará ser consecuente con su objetivo y desarrollarlo a través del tiempo. Entonces, recién cosechará el éxito cuando su “mercado” laboral o profesional vea en él las habilidades o talentos derivados de su trabajo.

Todo esto nos dice que el éxito no está en la meta.

Allí sólo se alcanzó a poner Tu Marca Personal en acción. A partir de ese momento y acorde con el desempeño llevado a cabo, el éxito irá asomando en función de la constancia y la visibilidad que uno vaya construyendo, en forma directa e indirecta, pero fundamentalmente por el impacto positivo que seamos capaces de producir en nuestro mercado.

Esto no sólo es válido para el ejercicio y desarrollo del Personal Branding sino para cualquier tipo de actividad o profesión. Si uno cree o “se la cree” que la marca es uno mismo, llegará a perder el foco del esfuerzo emprendido. La marca siempre está afuera de uno: es el mercado el que le da sentido y validez.

¡Talento, habilidad o genialidad no son equivalentes de éxito. Son aptitudes y capacidades que pueden estar latentes o manifiestas en el futuro portador de Tu Marca Personal. Recién cuando su trabajo y desempeño eficiente sean valorados por el mercado, el éxito se dará como una expresión oportuna, natural y ejemplar!


José Podestá

Cantidad vs. Calidad

14 noviembre 2010 ·

Durante la economía post industrial las empresas estaban, básicamente, concentradas en maximizar el nivel de producción para así poder satisfacer plenamente a la demanda. Los procesos exigían más tiempo, lo que implicaba que el trabajo que realizaba el empleado fuera generalmente intensivo, dando lugar a jornadas muchas veces agotadoras; el recurso de las horas extras se aplicaba no sólo en el área de producción sino también en casi todos los sectores. Incluso, durante varias décadas hubo empresas que además solían trabajar los días sábados, hasta el mediodía.

Este estilo y rutina impuesta y aceptada por todos fue gestando la aparición y posterior expansión, en cantidad, del empleado presentista. Si bien en esa época era visto como algo natural, por los motivos ya mencionados, hoy continúa dándose pero por otra razón: Hacer notar su presencia, después de la jornada laboral, sin que exista tarea concreta que lo justifique.

Una reciente encuesta realizada en España por la consultora holandesa Randstad señala que el 45.6% de los empleados españoles alarga innecesariamente su jornada laboral, con el único motivo de hacer notar su presencia en el puesto de trabajo. Se trata de empleados “calienta-silla” que, con dicha actitud, no están aportando productividad ni valor.

¿Por qué lo hacen?

Por temor a perder el empleo. Tiempo atrás conocí el caso de un colega de origen japonés, en la Compañía Gillette, que no salía de vacaciones por similar temor.

El reposicionamiento del presentista no es útil para la empresa ni mucho menos para el que lo ejerza –sea empleado o ejecutivo– porque, básicamente:

a. No aporta valor.

b. No hace a la misión-visión de la empresa.

c. No es un reaseguro para conservar el puesto.

Además, una empresa que valora la presencia por encima de la eficacia está trabajando, sin darse cuenta, para espantar a los más calificados, hábiles y talentosos. Ello viene ocurriendo en las organizaciones que miran, con malos ojos, al empleado que a pesar de haber cumplido lo previsto, se retira en horario.

Entonces, de lo que se trata es saber cómo generar las condiciones adecuadas para que la empresa, en primer lugar, tenga en claro que el personal de valor hoy es necesario en todos los niveles de la organización. Pero si en cambio se jacta de “producir” y desarrollar empleados presentistas es porque en la compañía hay directivos –también improductivos y mentalmente subdesarrollados– que lo permiten.

La calidad derivada de lo que hacen las personas que vienen trabajando y desarrollando su posicionamiento, en lo laboral o profesional, es el mejor antídoto contra el presentista. Cuando Toyota se autodefine como la organización que aprende, es porque a partir de sus empleados –de calidad, a todo nivel– dedican diariamente un tiempo para aportar, en equipo, nuevo conocimiento para que éste luego fluya, transversalmente, por toda la organización. Por tanto, para Toyota es fundamental que los empleados sumen diariamente valor –no “calor en la silla”– y para ello se ocupa de brindarles las condiciones y el clima laboral apropiados.

¡Aún en contexto de crisis, el portador de Tu Marca Personal suma valor –no cantidad– porque cuenta con destrezas, no simplemente talento, permitiendo a las empresas líderes e innovadoras hacer viable y sustentable sus proyectos!


José Podestá

Mi Destino Me Encuentra

07 noviembre 2010 ·

El tema del destino da para mucho. Así como para algunos es un tema inexistente, a otros les preocupa y desvela, y para el resto es algo del cual no tienen idea alguna. Pero nos guste o no, tengamos consciencia de ello o no, lo cierto es que más allá de los avatares del día-a-día, nuestra biografía es reflejo del plan que involucra al destino.

Como individuos, cada uno de nosotros dispone de habilidades y talentos naturales y ha incorporado en su ser algunos genes propios de sus padres. Es decir que ya partimos, desde el vamos, con alguna impronta que no nos es propia: el destino, que en algún momento nos encontrará, y el factor herencia que luego se manifestará de modo peculiar. Ambos son incontrolables por la voluntad porque tienen otra finalidad, manifiestamente distinta al plan concreto y material que uno aspira desarrollar y alcanzar en la vida.

Pensar y admitir que los genios son seres especialmente dotados es, en realidad, una simplificación que está circunscripta a lo concreto y real. Ello nos asombra por la sencilla razón que vemos en esas personas dones que para nada están en nosotros. Pero ello no implica que cada uno no tengamos una impronta que nos distingue también, aunque más no sea en una escala modesta. Por algo la expresión popular dice que “las comparaciones son odiosas”; cada uno tiene un plan de vida por alcanzar. Además, ¿se imaginan cómo sería este planeta habitado sólo por genios?

En un plano más profundo del pensar y el sentir, nuestra realidad es una evidencia concreta del destino y misión por el cual hoy estamos aquí. Podría haber sido otro ser, pero nos tocó a cada uno de nosotros y a nadie más. Entonces, debiéramos entender y aceptar a los genios como seres que han sido beneficiados con una cuota mayor y evidente de talentos, para realizar algo que luego tendrá una mayor repercusión en la humanidad y en el tiempo.

Esto para nada nos excluye a nosotros. Que no todos seamos un genio manifiesto –cosa que es bueno hasta ecológicamente– para nada significa que el destino se haya olvidado de nosotros. Como éste es personal, sin darnos cuenta se viene manifestando en nuestra evolución y en los hechos que se nos van presentando a lo largo de la vida. Recién cuando me de cuenta de ello y piense en él, podré “sentir” que el destino está y hasta me encuentra.

Por cierto que en los tiempos que corren hablar y reflexionar sobre ello es algo que mayoritariamente no tiene importancia, valor ni significación. Pero justamente como no somos genios y necesitamos ganarnos la vida a través de nuestro trabajo o profesión, sí debo pensarlo especialmente cuando nos decidimos transitar por el camino del posicionamiento, a través del Personal Branding. Así como lo genios no son mayoría, tampoco lo son los individuos que han decidido salir del rebaño en que se encuentran para destacarse, con su trabajo, a partir de la impronta, habilidad o talento que los caracteriza. De esta forma, comienzan a transitar una nueva etapa que no se hubiera dado sin haber actuado en su ser “algo” que, a partir de ese momento, pasó a ser relevante en su biografía.

En lugar de esperar el “golpe del destino”, como algo mágico y benefactor, debiera sentir el destino para así poder encontrarlo en mí. Pero en la medida en que uno se deje llevar por las urgencias del día –total “Dios dirá”– lo que estaremos cosechando es que los sucesos simplemente nos ocurran, de manera pasiva.

¡Darme cuenta del por qué y el para qué de Tu Marca Personal es también una tarea interior que nos conduce a poder discernir las cosas que uno no desea hacer. Durante este proceso, y en la medida que se lo viva con profundidad, el destino nos estará marcando el camino, tal como lo hace con los demás. Si me doy cuenta de ello, podré entonces sentir que mi destino me encuentra!


José Podestá

 

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