Posionándose al Revés

23 enero 2011 ·

Los autores del posicionamiento en el campo de las comunicaciones –Al Ries y Jack Trout– advirtieron desde el inicio que posicionar implica pensar y actuar al revés. Más que una advertencia, con ello llegaron a brindar una gran ayuda y evitar que alguien llegue a frustrarse en el intento. Por algo subtitularon al libro que los hiciera famosos, “la batalla por su mente”: la del cliente.

Pensar al revés tiene que ver, efectivamente, con el target hacia el cual uno aspira poder capitalizar, aunque se trate de un portador de Tu Marca Personal. De nada sirve ser una persona sobresaliente, con interesantes habilidades o talentos, si se está llevando a cabo un proyecto o una consultoría para una empresa o cliente que no es el adecuado para posicionar, allí, el trabajo-servicio.

Así como hoy un producto no es para todo el mundo, porque la misma sobreoferta impone tener bien en claro “quién es mi cliente”, exactamente vale lo mismo para el Personal Branding.

Cuando uno pretende ser “el mejor para todos”, termina siendo “el mejor para nadie”. ¿Por qué? Por dos razones básicas:

a. Las oportunidades laborales-ejecutivas son cada vez más escasas en las empresas líderes.

Ello no significa que las empresas no necesiten personal de calidad. La realidad y el contexto las están obligando a ello, debiendo reemplazar al personal clave de la cultura anterior por seres autónomos y muy predispuestos a trabajar en equipo-red, compartiendo diariamente sus ideas-soluciones de valor.

Lo que aquí ocurre es que la mayoría de las empresas líderes fueron las primeras en darse cuenta de ello, años atrás, anticipándose al cambio o evolucionando con el mismo.
Ello no significa, en absoluto, que las posibilidades para un portador de Tu Marca Personal aquí no prosperen. Lo será siempre y cuando esa persona ofrezca, realmente, algo apropiado y de valor. Es decir, que para esa empresa en particular su “producto-trabajo” sea el esperado. Es así como podrá posicionarse y desarrollarse, eficazmente.

b. El resto de las empresas aún no tiene en claro que deben trabajar para el empleado.

No es nada fácil reconocer esta proposición, sobre todo cuando uno ya viene de transitar varias décadas en donde culturalmente está arraigado lo opuesto, es decir, “trabajar para la empresa” que nos paga un sueldo. Pero desde hace años ello también cambió por obra del mismo contexto que le exige, para ser exitosa, contar con empleados de calidad y predispuestos a brindar conocimientos-soluciones. Ya no se trata de “extraer” del personal todas sus habilidades y potencialidades, sino de brindarle el ambiente-clima y los soportes adecuados para que éstos puedan hacer lo suyo.

Este obstáculo también lo tiene que tener bien el claro el portador de la marca, especialmente cuando es convocado por este tipo de empresas para sumarse a un proyecto. Allí es el momento de preguntarse: ¿Este ofrecimiento es realmente el mejor y más conveniente, atento a mí objetivo de posicionamiento y desarrollo profesional? Aquí es clave ser muy honesto con uno mismo, pues si realmente no fuera así, la frustración se presentará pronto.

También es importante conocer las razones que impulsó, a este tipo de empresa, el convocarnos. Si lo hizo por las referencias o por la visibilidad lograda en conferencias, artículos publicados, blog propio, etc., ello ya tiene para esta persona un signo muy positivo: No ha sido el CV sino su perfil y propuestas de valor lo que originó la convocatoria. Tal vez se trate de una empresa que ha iniciado su proceso de cambio y para ello está necesitando de personas que sean parte activa del mismo.

¡El portador de Tu Marca Personal está llamado a ser, además de la mejor solución para las prioridades de su target-objetivo, el agente de cambio que acelere la implantación de una nueva cultura!


José Podestá

 

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