Faltan Líderes, Pero Sobran

27 marzo 2011 ·

Alguien bien podría pensar o decir que, en realidad, lo que abunda son las celebridades, aunque para otros éstos son también una especie de líderes funcionales de la decadente post modernidad reinante. Pero lo cierto es que difícilmente pueda servirle como modelo a todos aquellos que les importa concentrarse en el plan de carrera laboral o profesional.


En el ayer, el líder era visto y valorado como un ser de características casi excepcionales, por los aportes que había realizado en alguna de las esferas de la vida. Ejemplos seguramente todos tenemos, en función del impacto que alguna de estas personalidades haya tenido sobre uno: Gandhi, Einstein, Ford, Madame Curie, Madre Teresa.


Sin embargo, cuando nos ponemos a reflexionar en los líderes influyentes de la nueva economía, la cosa se pone más difícil. ¿Por qué? Porque podemos llegar a caer en la simplificación de que un líder, “de verdad”, debería asemejarse al concepto clásico que lo tipificaba por sus valores y talentos a los ejemplos ya mencionados. Aquí no debemos olvidarnos, tal como lo resumiera muy bien el sociólogo Zygmunt Bauman, que el cambio acelerado hoy hace que todo esté sujeto a un proceso de licuación o recambio continuo.


Antes se educaba por “volumen”, es decir, a partir de patrones muy rigurosos en cantidad y calidad; el resultado de ello era el saber enciclopédico. Hoy, en cambio, las enciclopedias están disponibles en la Web para aquellos que les interese ampliar el conocimiento, aunque más no sea por simple curiosidad. Pero ahora importa más que la persona incorpore conceptos clave para afrontar un objetivo concreto, sabiendo que éste cambia constantemente. Entonces, más que la cantidad es importante tener la capacidad de recibir-desechar información en forma constante.


Si esto es lo que hoy se impone en el proceso de formación del ser humano, también se dio un cambio substancial en lo que hace y define a un líder. Al respecto, lo que más se escucha hablar es de la “crisis de liderazgo”. Evidentemente, ello es una consecuencia de la falta de adecuación del rol del líder al proceso de cambio continuo que se da en el contexto.


¿Qué es lo que vemos?


Que sobran líderes. Los vemos en las empresas, en la política, en las ONG’s, en la educación. Pero lo que está faltando es que aprendan a formar equipos donde se complementen.


Esto no significa que el ABC del rol de un líder se haya licuado. Básicamente, se le sigue demandando:


Tener la capacidad de motivar, guiar y hacer que otras personas se encuadren hacia el logro de la meta-visión. Estimular la espontaneidad, libre de coerción. Lograr seguidores a un destino que, seguramente, uno no iría por propia determinación. Hacer que el éxito sea del grupo, mientras que el fracaso lo asume bajo su exclusiva responsabilidad. Destilar humildad.


En el actual contexto el líder ya no necesita demostrar ni ser un superhéroe. Cuando se trata de individuos que están en camino de desarrollar el Personal Branding, todo lo mencionado precedentemente le servirá para comprender mejor que lo que se está necesitando del líder es que se constituya en un hacedor de líderes. Ello es así porque el liderazgo hoy debe ser: compartido y alternativo. Es decir, va cambiando de mano de acuerdo a las necesidades.


Esto implica que cuando uno aspira a posicionarse en el ámbito laboral-profesional o social, y tener un nivel ejecutivo de responsabilidad, deberá dar prioridad a la gestación de un equipo que marche como un todo hacia el logro del objetivo. En el tiempo surgirá del equipo un nuevo líder natural, reconocido por sus pares. Ese será un momento clave para el líder del sector, porque en su proceso de posicionamiento del Personal Branding habrá logrado dos sucesos simultáneos:


a. Haber validado su rol de líder.


b. Estar libre para asumir o capitalizar un nuevo desafío en su carrera laboral-profesional, sea en la misma organización o bien porque desde afuera otros han visto en él las condiciones necesarias para liderar un proyecto superador.


¡Cuando uno aspira o asume una posición de responsabilidad en una organización, implícitamente se espera que asuma el rol de líder. Este valor agregado es vital en un plan de carrera laboral-profesional, especialmente cuando además se aspira a consolidar el posicionamiento de Tu Marca Personal!

José Podestá

 

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