Cuál es el Negocio de Ser Empleado

19 febrero 2012 ·

Me parece estar escuchando un coro unánime diciendo: “ninguno”. Por tanto, si usted es el dueño o máximo responsable de la empresa, seguramente que esta percepción mayoritaria debiera importarle, y mucho. ¿Por qué? Porque a través de la historia no debemos olvidarnos que ha sido la empresa, entre otras cosas, la de haber ocasionado el nacimiento del gremialismo, por miopía en las ambiciones de los dueños frente a la clase trabajadora, hoy devenida a la categoría de recursos humanos y para otros, en la acepción más aggiornada, de capital humano.

Vemos, entonces, que mucho no se ha evolucionado en el vínculo patrón-empleado. Por supuesto que entre las relaciones existentes entre las empresas del siglo XIX y las actuales hubo un progreso espectacular. Pero en la esencia, en lo estructural, no se observa lo mismo. El empleado permanece en un nivel de inferioridad, a pesar que en determinadas empresas la carencia de personas, sobre todo con conocimientos técnicos y de buena formación, escasea.

Ya en otras oportunidades me he referido al calificativo recursos humanos, que por cierto no deja de ser funcional al interés de las organizaciones, pero que para nada dignifica al ser humano.

Por la razonable necesidad básica de tener que trabajar, el empleado es reducido a la categoría de “objeto”, al cual hay que “extraerle” todas sus potencialidades, a un costo razonable y funcional al promedio que valoriza el puesto o cargo que desempeña. De esta forma, no sólo se valida el concepto de recurso sino que, como ya había mencionado, en la actualidad se lo resume a la categoría de capital humano, es decir, un nuevo “objeto” de la métrica financiera.

Lo llamativo de las reacciones en contra del término recursos humanos ha llevado, en los últimos tiempos, a que diversas asociaciones de recursos humanos utilicen en algunos de los congresos que convocan, el término “gestión de personas”. Esto, si bien es una avanzada importante, es insuficiente. ¿Por qué? Porque la asociación de turno sigue luego denominándose y operando con la vieja denominación.

Lo importante aquí es tener bien en claro que se trate de recurso o capital humano, esa persona-individuo y ser humano, continúa tipificada dentro de la variable costo. Por otro lado, cada vez más esas empresas dicen, en voz alta, que necesitan que los empleados compartan sus conocimientos y propongan nuevas ideas, con la finalidad de permitir que la empresa sume así una ventaja competitiva.

Esto último es muy interesante y muy coherente con las demandas del contexto y las exigencias que plantean, cada vez más, clientes-consumidores más informados que hacen valer su poder ante la empresa, marca o institución.

Al estimular al empleado, a todo nivel, que sume valor a través de las ideas y mejoras en sus tareas, la empresa estará logrando que sea cada vez más eficiente y productivo en lo que sabe hacer. Este cambio de paradigma en la relación empleado-empresa, hace que por primera vez en la historia de las organizaciones el empleado perciba, por los conocimientos brindados, que es un “negocio” ser ahora empleado.

¡El portador de Tu Marca Personal tiene aquí todas las de ganar, para hacer del trabajo en dependencia, un negocio. Además de saber el cómo, lo hace desde su percepción de trabajador independiente, aunque por ello le paguen un sueldo que es superador del tradicional esquema de la descripción de funciones!

José Podestá

 

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