El rasgo
más característico de la sociedad, en los tiempos que corren, tiene puesto el
foco en el tener en lugar del ser. Si bien para la mayoría de las
personas no está en claro el porqué de ello, no se necesita mucho esfuerzo mental
para comprender que la necesidad proviene del agotado sistema capitalista en el
que estamos.
Efecto demostración
Seguramente
que a todos nos moviliza alcanzar un nivel básico de ingresos para sustentar
los gastos y disponer de un plus para imprevistos o disfrute futuro. En ello no
hay nada malo. El problema se presenta cuando, por distintos motivos
personales, se aspira ir por más con la finalidad de poder equipararse con el
nivel de vida y posesión de otras personas. Por lo general, este tipo de carrera
no suele generar el disfrute esperado, aunque se haya alcanzado el objetivo
económico y de movilidad social.
Lo que nos
muestra la realidad es que, sin saber el motivo o carencia que subyace en el
inconsciente, hay personas que se autoexigen por tener –y mostrar– las
últimas novedades, preferentemente en el ámbito de la electrónica y productos de
consumo. Además, son los que llevan permanentemente el celular en la mano, para
no perderse la oportunidad de estar informado y brindar respuesta al instante.
En más de una oportunidad he visto, en el gimnasio, hombres y mujeres que a
pesar de estar en su específico momento de entrenamiento, detienen la carrera
sobre la cinta para comentarle al otro en qué estaba; si pudieran observar en
una pantalla todo lo que ocurrió en el interior de su cuerpo por haberse
detenido de golpe, tal vez no lo haría más.
Esto qué tiene que ver con el Personal Branding
En las
organizaciones y en todas las épocas, hubo y hay personas que asumen dos
patologías típicas:
a. Los que saben
que carecen de habilidades, aunque estén ocupando un puesto ejecutivo, y por
ello vegetan después del horario de oficina para demostrar que son
incondicionales hacia la compañía.
Algunos,
para no quedarse solos en el sector, ejercen presión psicológica para lograr
que sus empleados demuestren una actitud de entrega
y lealtad hacia el jefe, tal como él
pretende hacer lo mismo hacia sus superiores. Lamentablemente estos seres son
una expresión viva y mediocre de las consecuencias derivadas del área recursos
humanos. De esta forma, la empresa ha cosechado lo que siembra, es decir,
empleados promedios.
Todo aquel
que posee una habilidad-talento y tiene en claro hacia dónde se dirige con su
plan de carrera laboral-profesional, difícilmente lo veremos calentando la silla de su escritorio una
vez cumplidas las actividades y objetivos diarios.
b. Los que
tienen habilidad-talento en lo que hacen, pero por su ambición y descuido del timing de su proyecto personal, dan su vida por la empresa.
Con ello
creen que la dirección los ha de tener en cuenta porque se muestran como incondicionales todo terreno. ¿Esto qué
significa? Que hasta han dejado en claro, por ejemplo, que por la empresa se
han divorciado y que no tienen carga alguna que los condicione en los trescientos
sesenta y cinco días del año.
Si alguno
piensa que lo mencionado en un absurdo total, tal vez lo sienta así porque le
parece inverosímil la existencia de casos de este tipo. Sin embargo existen,
incluso a nivel de CEO.
Por qué se dan casos así
Existe aquí
una carencia de autoestima, de valores y espiritualidad,
como en las personas antes mencionadas que padecen del síndrome de consumo y
conectividad compulsiva. En algo necesitan llenar
y darle un sentido a la vida, y para ello optan por inmolarse y conectarse básicamente con lo material.
¡El
portador de Tu Marca Personal sabe que es fundamental mantener un equilibrio
entre lo laboral-profesional y los valores centrales de la vida, justamente
para no terminar siendo un “objeto” de las circunstancias ajenas!
José Podestá