Cada vez es
más frecuente que los ejecutivos de altas posiciones –gerentes y directores–
deban cumplir con un plan de capacitación que “los obliga” a comprender, desde
el llano, la tarea que realizan los empleados. En el ayer, por ejemplo, el máximo
responsable de finanzas solía hacer un training
en las áreas de Ventas y Marketing, con el objetivo de “ver y comprender” que
la realidad comercial pocas veces guarda relación con las normativas o
expectativas financieras de la empresa.
Trabajar de afuera-hacia-adentro
Lo
comentado anteriormente era funcional a una época en la que se forzaba al
mercado ceñirse a las políticas de la empresa. Ello era posible porque a las compañías
se les reconocía el poder que tenían en la sociedad, más el hecho que los
mercados estaban en demanda. No como sucede en la actualidad, donde es común
ver la gran sobreoferta de productos y servicios existente en múltiples
categorías. Esa realidad permitía que las empresas trabajaran de
puertas-hacia-adentro, es decir, ignorando y hasta muchas veces subestimando al
cliente.
Por suerte
todo ello es parte de la historia, aunque aún existan empresas que pretenden
irresponsablemente seguir haciendo más de lo mismo. Y en la medida que insistan
en ello, ya no podrán lograr los resultados deseados, al tiempo que irán
resintiendo el posicionamiento alcanzado.
En
consecuencia, la rotación del personal directivo en áreas y funciones expuestas
a la rutina diaria los lleva a darse
cuenta de qué políticas pueden llegar a tener sentido y no tornarse en
negativas para la empresa.
De esta
forma se va comprendiendo el porqué hay que trabajar de afuera-hacia-adentro.
También lleva a descubrir que el
cliente –se trate del consumidor, el usuario o el ciudadano– es la razón que justifica
el nacimiento y la existencia de la empresa, más allá de su naturaleza o
finalidad.
Integración y liderazgo
El redescubrimiento de la realidad pasa a
ser el mejor rédito que se lleva puesto el ejecutivo que participó de este plan
de capacitación. ¿Por qué? Porque le permite saber, por ejemplo, que las
resoluciones o disposiciones masivas que se toman desde una oficina confortable
y con vista panorámica, generalmente carecen de sentido práctico.
Pero también
hay otros beneficios tangibles, como ser:
a. La
percepción y prejuicios que los ejecutivos tienen de los empleados y viceversa,
se desmitifica fruto de la integración y del rol complementario que tienen.
b. Se
afirma el liderazgo, el diálogo y el respeto mutuos.
c. Se
retroalimenta el conocimiento, que además se torna en compartido y espontáneo.
Nueva consciencia
A medida
que el personal jerárquico toma consciencia de su responsabilidad hacia los
empleados, la organización tiende a capitalizar un mejor clima laboral y las
comunicaciones pasan a ser más fluidas y eficaces. Además, comienza a
registrarse una colaboración y participación más espontánea de los empleados,
porque se van dando cuenta que su tarea diaria, más allá del área o sector,
tiene un sentido y valor. Con el tiempo y en la medida que ambas partes sean
consecuentes, la compañía se beneficiará por contar con una ventaja
competitiva, derivada del conocimiento y del aprendizaje continuo.
¡El
portador de Tu Marca Personal sabe que debe estar atento hacia los demás, así
como él espera lo mismo de los referentes de su mercado-objetivo, porque de
ello dependerá su promoción y desarrollo!
José Podestá