Ser un Buen Empleado-Ejecutivo, No Basta

20 octubre 2013 ·

Muchas veces se valora a las personas que alcanzan resultados por encima del promedio, a todo nivel. También a los que se destacan por obtener muy buenos resultados. Estas personas, en el ayer, solían ser premiadas con una promoción o ascenso, sin prestar demasiada atención a las habilidades blandas, como ser la comunicación interpersonal, el trato personal o el trabajo en equipo. Hoy la situación es muy distinta.

¿Por qué?

Al cambiar la estructura vertical por la horizontal y sumarse también la transversal, a medida que los mandos medios se fueron reduciendo, surgió la necesidad de potenciar y articular relaciones y vínculos directos e ínter departamentales. Para ello fue y es necesaria la vigencia de un clima laboral armónico, franco y participativo.

El cambio cultural dado, que es mucho más positivo que el verticalismo y autoritarismo del ayer, ha puesto en guardia al área de capacitación y desarrollo. Es bien sabido que no todas las personas tienen predisposición por lo social y los vínculos, motivo por el cual es necesario crear consciencia de ello y brindar herramientas a los que las necesiten. De ello no sólo depende la armonía sino también la futura promoción de los más capaces.

Esto es para todos

Muchas veces y movido por las urgencias, las empresas ponen el foco en el personal con nivel ejecutivo. Sin embargo, también es necesario mirar todo el paisaje, porque ante la necesidad de constituirse en una empresa que aprende de su gente, todos los detalles importan. Incluso, la tarea de valor que viene haciendo el cadete en lo suyo.

Tal vez esto último llame la atención, pero en la historia de las organizaciones existen interesantes casos de sobresalientes CEO´s que se iniciaron como cadetes. En el ayer, había ejemplos de gerentes generales que sólo contaban con la enseñanza primaria, pero eran muy aptos en la máxima posición, mucho más que algunos calificados ejecutivos con postgrado o doctorado en su haber.

Esta realidad nos muestra cómo, muchas veces, se incurre en una gratuita discriminación. El estratega Henry Mintzberg, autor entre otros libros de Directivos, No MBA’s, advierte que los perfiles con formación en MBA no son garantía potencial de un buen empleado o gerente, por la sencilla razón de no haber recibido una formación vinculada con las demandas del management actual. La mayoría de las escuelas de negocios imparten rigurosos conceptos teóricos y matrices del ayer que, de llevarse a la práctica, hasta podría poner en riesgo la supervivencia de la empresa. Pero también nos muestra una de las mayores carencias de las personas –el sentido común– que para nada estaba ausente en el exitoso cadete-CEO.

Las habilidades blandas, importan

Si una persona no trae en su biografía aptitudes que lo conecte con los otros y una escala de valores que privilegie la escucha y el respeto mutuos, tendría serias dificultades para llevar a cabo su carera laboral-profesional. Por supuesto que importa ser bueno o superlativo en lo suyo, pero si la persona carece de habilidades blandas, a medida que se le vayan presentando nuevas oportunidades, es muy probable que termine viéndolas directamente pasar.

Para gestionar diariamente personas, no resultados, es fundamental darse cuenta que los otros no son objetos manipulables y carentes de relevancia. Esta es la herencia maldita de las políticas que en las últimas décadas implementó el área de recursos humanos, y que felizmente hoy ya no resisten defensa alguna.

¡El portador de Tu Marca Personal es un alquimista imperfecto, porque sabe que debe potenciar sus habilidades “soft” sobre sus potencialidades “hard”!
José Podestá

 

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