El sociólogo Zygmunt Bauman, al referirse al ámbito
empresario sostiene que en los tiempos actuales se ven obligados a ser cada vez
más flexibles y livianos. La razón de ello se encuentra afuera de la
organización, es decir, en el entorno local y global. Quien es empresario sabe
muy bien lo que implica y demanda llevar adelante un emprendimiento frente a la
sobreoferta de bienes hoy existente, el cambio acelerado, a la competitividad y
las bajas ganancias.
Piloto
de tormentas
El ser empresario, más allá del conocimiento y las
capacidades requeridas, supone también tener la habilidad de conducir, motivar
y anticiparse a las eventuales turbulencias que se anteponen a la marcha de los
negocios. Para ello necesita tener un plantel de empleados competentes para que,
desde sus respectivas funciones, vayan haciendo las tareas establecidas sumando
valor, creatividad e innovación.
Como podemos observar, la metáfora piloto de tormentas aplicada al ámbito
de las organizaciones está encarnada en el CEO, pero también involucra a todo
el personal. Por tanto, sin el compromiso y el talento de las personas, la
empresa difícilmente logre mantenerse a
flote en los momentos de riesgo o de crisis.
El rol proactivo del personal no sólo es un factor
clave para el éxito de la empresa. Permite también que ésta se torne en
flexible y más eficiente. Entonces, ante una eventual crisis del contexto
difícilmente decidan optar por el despido de empleados, porque en ese momento estarán
“ocupados” realizando las mejores prácticas que exige la emergencia.
Reestructuración
Sin embargo, ello no invalida que en algún momento
la organización deba pensar en su propia reestructuración. ¿Por qué? Porque
como organismo vivo, la empresa
necesita también adoptar los cambios internos y de reenfoque estratégico que le
permita seguir navegando en el rentable océano
azul.
Distinto es lo que aún hacen la mayoría de las
empresas, toda vez que se enfrentan a una crisis. Sea por desconocimiento e
impericia previa en la gestión o por no contar con las personas idóneas en la
organización, terminan aplicando el trillado despido de personal como una
salida lógica para bajar los costos. Posiblemente que en este caso sea lo más
más indicado. Pero, en realidad, se trata de una lamentable irresponsabilidad
de los directivos por no haber tomado los recaudos mínimos y necesarios.
Tercerización
Otra forma de tornarse la empresa en flexible y
liviana es mediante la transferencia de algunas de sus áreas no estratégicas
hacia otras organizaciones u operadores que cuenten con el expertise y los recursos para llevarlas a cabo.
Cuando se decide por ello, no es necesario reducir
la nómina del personal. En la práctica el sector que se terceriza es
transferido junto con el personal que venía trabajando allí, porque éstos no
sólo saben hacerlo muy bien sino que también son fundamentales para que la
nueva empresa prestadora del servicio lo realice satisfactoriamente.
¡El portador de Tu Marca Personal sabe
adaptar su plan de carrera laboral y profesional a los cambios del contexto,
porque lo que realmente le importa es concretar con ello su visión, sea en la
empresa establecida, en la tercerizada o bien como emprendedor!
José
Podestá