Somos Nuestras Obras

22 febrero 2015 ·

Como individuos o personas somos seres que podemos llegar, por nuestras obras realizadas, a la estima y valoración de nuestros prójimos –y eventualmente de la historia. Vemos que esto le vale tanto al encumbrado científico, empresario, deportista o artista, como así también al denominado hombre común, es decir, a la legión de individuos que por distintas circunstancias no han llegado a tener las posibilidades o el reconocimiento, como en el caso de los líderes, de los famosos, pero que gracias a su tenacidad, proyectos y esfuerzos, también han podido trascender.

Todos estamos “llamados a ser”
Más allá de la fuerza del destino o del karma que a cada uno nos acompaña a lo largo de la vida, en nosotros anida de forma manifiesta u oculta alguna habilidad o talento. Si bien es cierto que para algunos les resulta más fácil descubrirlo y ponerlo en acción, a la inmensa mayoría les cuesta darse cuenta de ello. Más aún, ni saben que pueden llegar a destacarse en un oficio, hasta que un día –por obra del destino– descubren el camino de su realización y trascendencia personal.

Es por ello que para aquellos que piensan transitar en el desarrollo y el posicionamiento del Personal Branding, se les solicita, entre las primeras tareas que deberán realizar con total honestidad, profundizar en el autoconocimiento integral. Es decir, pensar y reflexionar en temas tales como:
-¿Quién soy?

-¿Cuáles son mis valores, fortalezas y debilidades?
-¿Qué sentido tiene en mi vida lo que estoy realizando o deseo encarar?

-¿Cuál es la vocación que realmente me apasiona?
A medida que se avanza en este proceso de autoconocimiento, uno comienza a vivenciar cosas que hasta ese momento desconocía de su propio ser. Esto nos dice que, más allá de lo que cada uno aspira llegar a descubrir y realizar en las etapas de su vida, es muy importante ir indagando en uno mismo el potencial, las carencias, las cosas que lo disgusta o motiva, la imagen que refleja en los demás. Desde ya que no se trata de hacerlo una sola vez en la vida –porque vamos cambiando paulatinamente, mientras el contexto lo hace a mayor velocidad– sino todas las veces que cada uno lo sienta necesario o eventualmente por septenios, es decir, cada siete años.

No se trata de un “deber” sino de una necesidad existencial
Seguramente que a muchos de ustedes les llamará la atención la velocidad del cambio que se viene dando en el tiempo y cómo luego ello termina impactando en la sociedad, en el trabajo, en la profesión y, en definitiva, en nuestra vida de relación.

Se trata, por cierto, de un fenómeno concreto y actual. Pero lo que está en claro es que los patrones y paradigmas o modelos sobre los que definimos nuestros proyectos o el plan de carrera, si no los actualizamos es muy probable que terminen jugándonos una mala pasada por hacer quedado “obsoletos”.
Si esto es lo que ocurre en nuestro mundo exterior, algo también estará sucediendo en nuestro mundo interior. Si bien las “urgencias” nos llevan a ser altamente dependientes de lo que ocurre fuera de nosotros, es muy importante que no olvidemos que esa “realidad” –que generalmente no suele ser tan real– terminará condicionando nuestro comportamiento, disparando nuestras emociones e incluso  potenciando nuestro estrés.

En la medida que no paremos la pelota, para poder nivelarnos física y anímicamente, terminaremos por ser arrastrados o condicionados por los sucesos que impactan en nuestros sentidos y el organismo. Entonces, no está mal recordarnos que el ser humano –como artífice de los sucesos dados en el planeta Tierra– ha venido a la vida para dejar un legado, cualquiera sea su magnitud o trascendencia. La historia y la biografía de nuestros conocidos nos hablan también de ello.
¡El portador de Tu Marca Personal es un hacedor potencial de obras y sucesos que van dando el sentido esperado por él en la vida, para luego constituirse en un legado de valor y reconocimiento entre sus prójimos!
José Podestá

 

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