Por lo general y en muchas ocasiones, uno busca un
trabajo porque necesita el dinero para poder vivir, es decir, básicamente poder
mantenerse y pagar las crecientes tarifas de los servicios e impuestos. Recién
cuando esta necesidad básica esté cubierta, uno comienza a ilusionarse con otras,
como ser: que el empleo permita una capacidad de ahorro y que en lo personal
pueda llevar adelante un plan de carrera laboral y profesional.
¿Pero qué ocurre cuando el interés del empleador es
meramente económico? El trabajo se “empobrece”, sea porque la retribución
salarial es menor, porque no hay reconocimiento por las horas extras ni en la
solución del clima ambiental y laboral reinante. Lo importante para ese
empleador es, en realidad, que los números cierren y al menor costo posible.
Por suerte esta figura mezquina de empleador, tan
extendida en el ayer, hoy tiene poca cabida. Las razones de ello son varias,
pero la más destacable es porque ese empresario se quedaría prácticamente sin
empleados, se trate de los más habilidosos o no.
¿Qué
sueldo pagan?
Más allá que a uno le interese saber el nivel
salarial que la empresa retribuye por una determinada tarea o función, es no
menos importante tener en claro –antes de tomar la decisión de optar por dicho
empleo– el porqué es necesario el trabajo asignado. Ello, además, nos lleva a
plantearnos otras preguntas, como ser:
- ¿Qué pasaría si nadie está dispuesto a realizar el
trabajo ofrecido?
- ¿Qué sentido tiene ello en mi vida y para el plan de
carrera?
- ¿Cómo contribuyo con ello a los demás?
Tener en claro el sentido y la contribución dada en
nuestro trabajo son premisas básicas que, en lo personal, uno debería
autoimponérselo como “excluyentes”. ¿Por qué? Porque en función de lo
mencionado anteriormente, nos resultará de gran ayuda al momento de aceptar el
ofrecimiento laboral.
En otras oportunidades hemos incluso mencionado no
omitir saber cuáles son los valores de la organización, durante el proceso de
la búsqueda laboral. Tal vez esta pregunta le llame la atención al
entrevistador que está a cargo de la selección; incluso, hasta puede llegar a
preguntar a qué se debe el motivo. La razón es bien simple –diría hasta
saludable y preventiva– porque si para la empresa en cuestión el rol, importancia
y valoración del empleado no es tenido como central, estará en uno continuar o
no con la búsqueda. Por tanto, el conocer de antemano cuáles son los valores de
la empresa, no es un dato menor o superfluo. Al contrario, hasta podría
constituirse en un factor clave para la decisión positiva o negativa del
postulante.
La
organización social y responsable
Por supuesto que existen empresas que no sólo se
encargan de informar sobre sus valores y la cultura, sino también acerca del
rol esperado del empleado, su plan de carrera, etc. Se trata, por cierto, de la
nueva generación de empresarios que sabe –por formación y convicción– cuál es la
responsabilidad que tienen con el empleado, más allá del puesto o función.
Además, porque de la lectura que han realizado del contexto, se han dado cuenta
que para ser una organización exitosa y sustentable, deben ser socialmente
responsables con todos los actores que, directa e indirectamente, están
conectados con ella.
¡El portador de Tu Marca Personal conoce los
porqués de su trabajo o servicio, y las razones que le han permitido llegar a ser
aceptado y reconocido por los demás!
José Podestá