Posicionar la Misión

02 octubre 2016 ·

En un mundo de iguales es utópico poder sobresalir. Cuando los productos y servicios “copian o “imitan” al más exitoso, todos pierden. Cuando los egresados de una misma disciplina –abogados, médicos, psicólogos, etc.– se formaron a partir de programas académicos que carecen de diferencias significativas entre las universidades, están en serios problemas para ser tenidos en cuenta.

Si bien el marketing se constituyó a partir de la segunda mitad del siglo XX en una herramienta básica y fundamental para el posicionamiento de emprendimientos y negocios exitosos, también hoy está en problemas. Pero ello para nada significa que no “sirva” a su objetivo intrínseco.

El problema es que por urgencia de “corto plazo”, las compañías optan por concentrarse en el “cómo” –es decir, la táctica– dejando de lado el “qué y el para qué –es decir, la estrategia. Entonces es mucho más “eficaz” priorizar el me too, porque permite soluciones mucho más rápidas a partir del “pinto y copio” al líder, que el realizar una pre tarea de investigación, posicionamiento y desarrollo de algo que sea distinto a lo existente y que, además, brinde un valor para el cliente-consumidor en cuestión. Para una mayor clarificación a este dilema nada mejor que poder expresarlo con algunos ejemplos de empresas que omiten el me too, tales como: el Circo de Soleil, Coca-Cola, Nike, Starbucks, Nespresso, Apple, Southwest Airlines, Virgin,…

Lo mismo se viene dando en el campo académico. Para “competir” en la oferta existente, la mayoría de las universidades vienen ampliando sus propuestas de grado y posgrado –tal como si fueran productos o servicios de “consumo masivo”. Para tal fin recurren al marketing, fundamentalmente porque les resulta funcional como soporte de “promoción & difusión”, pero sin saber a ciencia cierta si ello luego será una solución de valor para los estudiantes-clientes que creyeron en tal “promesa”. Seguramente que algunos de ustedes conoce el divorcio existente de gran parte de las universidades con el ámbito empresarial e institucional, en el sentido de estar formando profesionales que luego carecen de los conocimientos adecuados para poder hacer frente a las exigencias del contexto actual.

Pensando al revés

Durante décadas uno ha estado muy atento a las propuestas, consejos y sugerencias de los que más sabían en lo suyo –es decir, aquellos referentes que nos brindaban sus puntos de vista para que luego uno pudiese tomar la decisión que consideraba como la más “orientadora” para el proyecto personal, aspiracional y de vida. Por supuesto, eran otros tiempos, otra cultura y realidad.

A partir del presente siglo muy poco de lo que había sido exitoso en el ayer, se ha podido mantener o replicar. Hoy estamos inmersos en un proceso de aceleración y “licuación manifiesta” en todos los órdenes de la vida, que nos demanda el tener que adoptar un comportamiento más autónomo. Además, ya no están “a mano” los referentes y las personas inspiradoras que nos puedan o sepan “orientar”, pero sí los influyentes que ganan dinero rápidamente.

Entonces, si partimos desde la táctica es altamente probable que nos vayamos a equivocar. ¿Por qué? Porque no podemos dejarnos llevar por las “ilusiones” que provienen del mundo exterior, ya que vienen o están “viciadas” de un alto incentivo “consumista”. Muchos de los que son sorprendidos por tales propuestas, luego sienten la frustración por haber sido defraudados y reducidos a la categoría de “usuarios usados”; el negocio fue hacerles creer en algo mágico y carente de valor. Esto vale también para aquellos que pretenden influir en la gente haciendo un marketing del Personal Branding.

Si hay algo que no debemos omitir ni subestimar en esta vida es que sólo con el esfuerzo, la pasión y la vocación uno puede llegar al objetivo propuesto; las empresas mencionadas anteriormente dan testimonio de ello. ¿Esto qué nos dice? Que debemos llevar adelante nuestro plan de carrera laboral y profesional a partir del motivo-razón de nuestra propia existencia, es decir: de la misión por la cual hemos venido al planeta Tierra. Al tomar conocimiento de ello, se estará poniendo en claro el qué y el para qué uno aspira hacer lo que se ha propuesto en la vida.

En esto radica el pensar al revés. En lugar de basarte en las promesas interesadas del mundo exterior, deberás partir de lo que has “descubierto” y “escuchado” en tu mundo interior. Luego poco importará si tu misión es la de ser un maestro, un carpintero, un científico o un empresario, porque en definitiva se trata de aquello por el cual has venido al mundo. De allí surgirá el empuje y la fuerza interior que has de imprimirle a tu vocación, la que luego será percibida por tus prójimos por el estilo y la pasión que va caracterizando tu obrar en la vida.

¡Por todo ello serás reconocido, valorado y recordado, al tiempo que Tu Marca Personal se va expandiendo en reputación y estima!

José Podestá

 

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