Preguntar y Preguntarse

16 julio 2017 ·

Así como se espera que un filósofo brinde respuesta a preguntas trascendentales, lo mismo se espera de nosotros, en el rol de ciudadano, profesional o de hijo que se encuentra en la “posición de largada” para llevar a cabo su misión en la vida. Más que estar uno centrado en su yo, se espera –y también es lo que deberíamos aspirar– estar en lo nuestro en “función de”. Pero no por cumplimiento de un mandato social o de un mero “interés” profesional-comercial, sino por estar plenamente convencidos que nos debemos a una interacción con nuestros prójimos.

En la medida que seamos conscientes de ello y lo llevemos a la acción vamos a estar, por ejemplo, preguntándonos con frecuencia ¿cómo puedo ayudar? Si bien es un buen signo de responsabilidad el no descuidar la tarea u oficio que llevamos adelante en la vida, para nada nos excluye del compromiso de asistir a un colega o un subordinado directo frente a un tema o a una frustración. En lugar de ofrecer soluciones –como es el caso del padre que sustituye con “dinero” la falta de ayuda o atención a su hijo– nos obliga en cada caso a “pensar”, con mayor claridad, acerca del tema y después en la mejor solución.

En lo personal existe una pregunta que puede parecer obvia y que, sin embargo, no la tenemos a menudo en cuenta, sobre todo en el contexto actual de cambios acelerados. Concretamente, me estoy refiriendo al siguiente interrogante: ¿son estas mis prioridades? Se trata, sin dudas, de una forma útil para simplificar situaciones complejas. De allí que deba ser parte de una reflexión corriente y normal, más que de una pregunta que sólo se la destine para las situaciones especiales.

James E. Ryan, ex decano de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos, es el autor de “Wait, What?”, en donde reveló una serie de interrogantes que se debieran hacerse a los estudiantes. ¿Por qué? Porque es muy común que ante situaciones de importancia –el Personal Branding bien puede ser una de ellas– se obtengan conclusiones sin tener suficiente información. Hoy es muy frecuente que le prestemos atención a algo con poco tiempo o dedicación, para formarnos una opinión rápida que luego la apoyamos o bien nos oponemos a lo dicho.

De esta forma el riesgo de hacer juicios erróneos o de crear “ilusiones” suele estar a la vuelta de la esquina, esperándonos con una “sorpresa” que seguramente nos llevará rápidamente a una frustración. De allí el valor que tiene “Espera, ¿Qué?” como ejercicio de comprensión y de prevención.

Preguntar y preguntarse ¿por qué? es un primer paso para superar la inercia que puede impactar en el crecimiento personal o de nuestro prójimo. Además, recordemos que es el mejor antídoto para despertar la veta creativa y la curiosidad en general. Ya lo practicábamos de niño toda vez que queríamos saber, por ejemplo, ¿por qué el cielo es azul? Sin darnos cuenta, estábamos incitando a nuestros padres o tutores a “pensar”, “razonar” y “explicar” de nuevo las cosas.

Luego el proceso de socialización y la escuela convencional nos fueron “castrando” nuestros recursos creativos, porque de lo que trata lamentablemente el “sistema” es de ir generando “ciudadanos y personas promedios” –también “empleados promedios”– con lo negativo y hasta nefasto que ello tiene para la automotivación y el desarrollo laboral-profesional.

Entonces, es muy importante volver a ejercitarnos en la formulación de preguntas, tanto básicas como trascendentales. Con ellas iremos avanzando en la vida de un modo poco convencional a lo pretendido por el establishment, haciendo uso de nuestra libertad. Pero también podremos estimular y ayudar con nuestra práctica a nuestros prójimos, en su propio “despertar”, frente a situaciones que hasta ese momento no sabían cómo encarar o superar.

Para aquellos que les cuesta o resulta difícil preguntar y preguntarse, les sugiero que se dediquen a observar, con cierta frecuencia, cómo los niños lo llevan a la práctica con gran naturalidad y libertad. Les aseguro que se “sorprenderán” de su maestría.

¡El portador de Tu Marca Personal es necesariamente un “curioso-cuestionador” que necesita de esta práctica para no perder, sobre la marcha, el rumbo conducente hacia su misión en la vida!

José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.