Aunque No Guste

20 junio 2010 ·

En el ámbito empresarial a menudo se observa cómo determinados “pensadores estrella” en administración, estrategia o marketing terminan fascinando al CEO y obteniendo así contratos de consultoría que suelen ser la envidia de muchos, incluyendo a los expertos más serios y capaces. Cuando se da tal suceso uno termina preguntándose cómo es posible que un directivo de primer nivel –con la formación y experiencia que demanda tal posición– termine seducido por individuos que, muchas veces, son repetidores de teorías o modelos del momento y además carecen de experiencia laboral concreta en lo que recomiendan.

Si bien la psicología podrá darnos buenas respuestas del porqué de estos comportamientos, lo cierto y concreto es que estas realidades existen y uno deberá saber o aprender a convivir con ellas –hasta que el influjo-ilusión se licuen– aunque seamos un portador reconocido de Tu Marca Personal. También podemos observar algo similar –o tal vez peor– en la actividad gubernamental y política. Realmente, no es necesario ser un experto en selección de personal para darse rápidamente cuenta de la baja calificación e incluso rechazo que cualquiera de esos individuos tendría al momento de pretender un cargo de responsabilidad en una empresa o corporación. Sin embargo, la ciudadanía los ha habilitado para tal función.

Seguramente que a muchos de ustedes estas realidades a veces les produce una sensación de impotencia, malhumor y hasta frustración. Pero aunque ello no nos guste, para nada debería hacernos perder la postura y visión del proyecto personal perseguido. Más aún, conviene ser capitalizado tal suceso hasta como un estímulo individual.

Lo importante hoy es darnos cuenta que, más allá de la posición y reconocimiento que uno tenga en una empresa, es fundamental ocuparse por crear, posicionar y desarrollar el Personal Branding. ¿Por qué? Porque es el reaseguro de vida –en lo laboral, profesional y social– que uno podrá detentar y hacer valer ante los demás, incluso en la actual empresa: ¡Es el capital, reputación e imagen que nos permitirá ser reconocidos y valorados en el entorno de relación!

En consecuencia, limitarse a ser un empleado de “marca blanca” –sin identidad ni valor – por supuesto que es funcional y atractivo para la mayoría de las empresas. Pero un buen día, cuando nos anuncien que hasta aquí hemos llegado y pretendamos, luego de síndrome del despido ser tenidos en cuenta en las nuevas búsquedas laborales, allí tomaríamos pleno conocimiento que no tenemos nada distinto y de valor que ofrecer respecto de los “postulantes-clones” que también, en ese momento, están intentando hacer lo mismo que uno. Es en ese preciso momento que nos daríamos cuenta que somos individuos de “marca blanca”, es decir, de similar perfil al resto y sin ningún atributo especial de diferenciación, salvo en la eventual menor pretensión salarial que nos resignemos por optar para no “permanecer en la calle”.

¡Para evitar ser sorprendidos en el desarrollo personal, laboral o profesional –y terminar criticando las cosas que vemos a diario en los otros– Tu Marca Personal se constituye en el mejor recurso-herramienta para poder luego hacer aquello que más nos guste!

José Podestá

 

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