Destino y Personal Branding

28 abril 2013 ·


Cuando uno inicia un taller de Personal Branding es común vislumbrar, en los rostros de los participantes, un estado de expectativa e inquietud, complementado con un cierto nerviosismo. Es muy natural que así sea, porque cuando estamos frente a algo que no sabemos bien de qué se trata, lo habitual y sensato es que afloren las emociones.

Lo aconsejable en estas circunstancias, más allá del tema en cuestión, es ponerlo “en caja”, es decir, no simplemente estableciendo su alcance sino desmitificándolo de entrada. De esta forma, los ánimos se templan permitiendo la gestación de un clima sutil de contención y armonía.

No hay soluciones mágicas

Cuando alguien padece algún conflicto psicológico, podemos llegar a vislumbrar en su comportamiento algunos problemas de relaciones y vínculos. Si el caso fuere de una quiebra personal o comercial, es muy probable que el afectado no se encuentre bien consigo mismo. En estos u otros casos de conflictos, el Personal Branding para nada resultará útil. Por tanto, es importante desde el vamos saber que el Personal Branding no es una tabla de salvación. Los problemas personales, profesionales o comerciales se resuelven por otras vías, más allá de tenerse en cuenta que en toda desgracia personal se arrastra a la propia identidad, por estar representada por nuestro nombre y apellido.

Otra cosa a ser tenida en cuenta es que el posicionamiento –presencia mental de Tu Marca Personal en los demás– requiere de tiempo y esfuerzo. Por tanto, pretender ser reconocido y valorado en lo laboral, social, profesional o comunitario, es un proceso que se va macerando con el tiempo; intentar acelerarlo con atajos o saltos por elevación no surte ningún efecto, más allá de brindar en los otros una imagen negativa de impaciencia e imprudencia.

Construyendo el destino

La vida siempre ha mostrado que suelen ser muy pocos los dotados por algún atributo sobresaliente o alguna cualidad lindera con la genialidad. Para ellos el Personal Branding es una “gracia natural” que los ha venido acompañando y potenciando a partir de sus obras, genialidades o aportes a la humanidad.

Pero en el planeta Tierra habita la inmensa mayoría de seres normales, o que creemos serlo. En este caso, podrá haber gente que se siente bien o muy bien dentro del anonimato en que se encuentra. Pero también hay otros que sienten o aspiran dar un sentido a sus vidas. Para éstos el Personal Branding está llamado a brindar una adecuada solución al proyecto personal que los motiva llevar adelante. En consecuencia, y a diferencia de los dotados, desarrollar y posicionar el Personal Branding demanda, inexorablemente, del cumplimiento de una serie de pasos.

Entonces, una vez que uno tenga bien en claro cuál es su misión en la vida –léase destino– y con qué recursos en términos de habilidades-talentos se cuenta para hacer las cosas, ya se tiene resuelto una parte clave para poder avanzar en la construcción del Personal Branding.

El punto de partida

Si bien en la actual sociedad homogeneizada en la que convivimos hay cada vez más consciencia e interés en las personas por dotar a su identidad –nombre y apellido– de un atributo de valor que les permita ganar un merecido reconocimiento y estima en el ámbito deseado, también existe en este proceso un segundo punto de partida. Se trata del día después a la finalización del proceso de preparación y desarrollo de todos los elementos constitutivos del Personal Branding, es decir: la puesta en acción de lo que se necesita hacer para alcanzar la meta-objetivo.

Entonces, participar en un curso o taller sobre Personal Branding es básicamente importante para tomar conocimiento e incorporar una serie de herramientas que son conducentes para tal fin. Luego se pasa la segunda etapa ya mencionada que, en esencia, es el momento de la verdad. ¿Por qué? Porque en función de lo aprendido es uno el que deberá ir concretando, sobre la marcha, su desarrollo y posicionamiento hacia el objetivo establecido.

¡El portador de Tu Marca Personal es un experto que, a partir del destino y el sentido de su vida, sabe orientar sus energías para contribuir, en la medida de sus talentos, a la mejora de sus relaciones, entorno, trabajo y profesión!
José Podestá

Producto y Personal Branding

21 abril 2013 ·


Quien se interese por desarrollar y posicionar el Personal Branding necesita, mucho antes, tener bien en claro cuál es su Producto, es decir: el trabajo o servicio que pretende brindar al mercado laboral, profesional o social en el cual se desempeña o aspira alcanzar en función de su plan de carrera. Si bien todos tenemos un nombre y apellido que constituye nuestra identidad-marca, para pretender con el mismo trascender y ganar notoriedad-reputación, es fundamental realizar previamente una tarea básica y honesta de indagación de su persona y los atributos-talentos que acompañarán su estilo y posterior desempeño.

Parece complicado, pero no tanto


Como todo emprendimiento que uno aspira desarrollar, el Personal Branding también tiene lo suyo.

Cuando una empresa decide ingresar con un producto o servicio en el mercado, el encargado del proyecto tiene básicamente que realizar algunas tareas clave e imprescindibles, como ser:

a. Investigar en dónde está la oportunidad y quién es el cliente



En el caso del Personal Branding, en esta etapa uno debe investigarse y preguntarse a sí mismo:

·       Quién soy yo, como persona-individuo.

·       Cuál es mi misión en la vida; para qué viene al planeta Tierra.

·       Cuáles son mis habilidades-talentos; en qué soy naturalmente bueno o sobresaliente y cómo puedo involucrarlo en mi producto-trabajo.

·       Cuáles son mis valores, es decir, aquellos preceptos constituyentes que me definen como un ser moral.

·       Cuál es el sentido de mi vida y qué rol tendrá en ella el Personal Branding.

·       Qué espera de mí el cliente, es decir, el mercado laboral, profesional, social o comunitario al que pretendo llegar y por qué he de ser para ellos el principal referente.


Si bien hay otros temas, todo lo que uno llegue en esta etapa a poner en blanco y negro, para tenerlo más claro, servirá luego parar plasmar nuestras fortalezas y debilidades como personas, para sí poder obrar en consecuencia.

En cuanto a la investigación al cliente en el Personal Branding, ésta tiene que ver con las reales prioridades e interés que tienen los destinatarios de nuestro trabajo, como así también las principales características de su perfil. Esto ya nos dice que no sirve ni es posible pretender, a futuro, que nuestra propuesta de valor –en qué somos sobresalientes– sea de interés para todo el mundo; ni Coca-Cola, a pesar de ser la marca global número uno, es consumida por todos.

Esta información, en lo personal, será clave para cuando llegue el momento de ser reconocidos por el mercado-objetivo al que uno seleccionó para su desarrollo laboral-profesional.

b. Introducir y desarrollar el Producto-Servicio



Marketing dispone para ello de una serie de herramientas y variables que, por lo general, son funcionales a la estrategia y la táctica que la empresa aspira lograr con el lanzamiento.

Tratándose del Personal Branding, en esta etapa se necesitará recurrir también a algunas de esas herramientas y variables, para así ir desarrollando y posicionando Tu Marca Personal. Por supuesto que todo ello debe hacerse de acuerdo con la estrategia y la visión personal que el interesado determinó y precisó en el punto anterior.
 
Todo demanda tiempo

Coca-Cola, Starbucks, Apple, o la marca de su preferencia llegaron a ser lo que hoy son después de un tiempo prudencial. Lo mismo vale en el Personal Branding, porque, en definitiva, de lo que se trata es que nuestra propuesta de valor –integrada al trabajo o servicio que se viene brindando a través del tiempo– sea percibida por el mercado objetivo al que se desea alcanzar, como algo diferente, superlativo y acorde con sus necesidades.

De esta forma, sea de modo directo o por referencias de terceras personas, el Personal Branding comenzará a entrar en acción, es decir, a ser tenido en cuenta. Una vez que ello ocurre, se podrá vivenciar que uno ya no es un “clon” o parte de un “rebaño” sino un ser que detenta una identidad y reputación que es valorada por los otros: nos hemos constituido en una opción preferente de aquellos con los cuales nos interesa colaborar  para el logro de nuestros objetivos personales, sociales, laborales o profesionales.

¡El portador de Tu Marca Personal sabe que cuenta con el mejor reaseguro para desarrollar sus potencialidades para expresarlas, tanto en la actividad elegida como en su comunidad o ámbito de relación!
José Podestá

La Recomendación, Vale

14 abril 2013 ·

Siempre hubo buenas posibilidades de ingreso a una organización cuando el postulante contaba con una recomendación. Pero en la actualidad, esta práctica ya está generando casi el 50% de efectividad.

El valor del referido

El área de Personal ha comenzado a transitar un camino paralelo al de Marketing. Ambos necesitan clientes.

El empleado, sin saberlo, es el cliente interno de la organización mucho tiempo antes de haber sido rebajado, más tarde, a la categoría muy lamentable de recurso humano, por todo lo que ello implica.

Marketing, por su parte, valorizó el concepto de referido a partir de la sobreoferta de productos-servicios que comenzó a darse luego de la globalización. Hoy vemos la gran cantidad de alternativas que disponemos para la elección de un producto-servicio, pero para las compañías la situación es literalmente inversa, porque sobran productos-servicios y faltan clientes. O expresado de otra manera: No hay tantos clientes para la oferta disponible. Si a ello se le suma que la lealtad del cliente se fue licuando en el tiempo, el recurso de la retención y fundamentalmente del referido se ha convertido en una prioridad.

Volviendo al área de las personas, a la dificultad que tiene el postulante para ser tenido en cuenta dentro de la terna de currículos que diariamente reciben tanto las empresas como las selectoras de personal, si hoy no se dispone de un conocido dentro de la organización, la probabilidad de avanzar en tal sentido son escasas o remotas.

La conexión funciona

En el contexto de conversación en el cual nos movemos –tanto en la empresa como en el rol de consumidor– las relaciones pasaron a tener peso y valor propios. Esto no supone que ya no se analicen las postulaciones recibidas pero si durante el proceso irrumpe alguna recomendación, seguramente que ese currículo es separado del “agujero negro” y puesto en la “vía rápida” de su consideración.

Algunas consultoras internacionales, como es el caso de Ernst & Young y Deloitte, han fijado metas internas ambiciosas para incrementar la proporción de contrataciones que resulten de referencias internas. Incluso, hasta ofrecen premios, como ser iPad y TV de pantalla grande, además de los tradicionales incentivos monetarios para los empleados que aporten datos de nuevos postulantes.

La recesión también contribuye

La reducción de la oferta laboral y el soporte que brindan las redes sociales, especialmente Linkedin y Facebook, hizo que el clásico acopio-recepción de antecedentes vaya perdiendo relevancia. Lo mismo está ocurriendo con los registros internos, porque al momento de su consideración generalmente han perdido vigencia.

La necesidad de reducir costos y actuar con rapidez en el momento en que un puesto es requerido dentro de la empresa, es otro de los factores que revalorizó la recomendación.

El valor residual

El programa de referencia, que ya se encuentra bastante extendido, ha permitido a la fecha descubrir y capitalizar un beneficio no previsto: Los empleados referidos registran un 15% menos de probabilidades de renunciar. Sin embargo, hay algo que seguramente no todos se dan cuenta de ello y que tiene que ver con el riesgo de terminar incorporando a un empleado clon al ya existente, con la limitación que ello hoy tiene.

¡El portador de Tu Marca Personal es el referido de sí mismo, motivo por el cual tiene un plus a su favor porque es elegido por los referentes de su mercado objetivo, es decir, el que a él le importa!
José Podestá

 

Generación Y, Trabajo y Personal Branding

07 abril 2013 ·

A partir de la Generación Y se produjo un cambio de paradigma sustancial en el ámbito laboral: Nada será igual y poco tiene que ver con estratificación y homogeneidad que tan contentos puso, décadas atrás, a los pioneros de los recursos humanos. Ahora se encuentran ante una realidad irrefutable, dado que el empleado fue y es:

1. Un ser humano, no un recurso.

2. Un individuo y como tal, único y no pasible a estandarización alguna.

Pero también hay otras cuestiones de fondo a tenerse en cuenta, como ser:

a. A la herencia del esfuerzo y el sacrificio, como valores centrales, los jóvenes le suman en su relación con sus pares y compañeros cuestiones que antes el pensar autocrático de los que decidían no lo tenían en cuenta. Se trata de la sinceridad, diversión y fidelidad.

Estos cambios deben ser incorporados en la cultura del trabajo y promovida por la empresa, además de estar planteados en la comunicación y el proceso de búsqueda.

b. Para los representantes de esta generación es muy importante la realización y el desarrollo personal-profesional. Ello también nos señala que están interesados en el Personal Branding.

c. Ven el trabajo como un medio para desarrollar capacidades. ¿Esto qué significa? Que para la Generación Y el trabajo es una actividad de aplicación y generación de conocimientos, motivo por el cual aspiran a tener el espacio ambiental acorde para crear, innovar, equivocarse y aprender. ¡Qué desafío para los convencionales ejecutivos que todavía creen que deben gestionar “recursos humanos!”

d. La remuneración es un aspecto importante. Si bien para ellos el cambio de valores ya mencionado es una prioridad, tampoco son tontos ni conformistas en aceptar el salario “promedio” que tan bien les cerraba la argumentación al área de personal, porque vinculaba con la descripción del puesto y el valor del mercado. Si todavía hay empresas que creen en ello, es tiempo que cambien de ideología antes que sea demasiado tarde.

e. Tienen una mejor y responsable actitud hacia la preservación del medio ambiente, respecto de los ejecutivos del ayer. Esta generación no está dispuesta a claudicar en valores que son universales. Si sabemos que el planeta Tierra es nuestra casa, no es de un ser inteligente maltratarla y deteriorarla; los ejemplos de las recurrentes catástrofes climatológicas nos lo recuerdan a menudo.

f. El clima laboral hostil, como medio de cohesión y concentración en las tareas so pena de un eventual despido, ya fue. Esta práctica, que tanto empresas como psicólogos laborales irresponsablemente instrumentaron –y aún algunos lo continuaron dando origen al denominado “management del terror”– no tiene cabida en el hoy. Tampoco los “otros recursos”, como ser: presión laboral excesiva, intolerancia y autoritarismo, que en los últimos años ha generado una cantidad importante de suicidios de empleados y ejecutivos, sin que por ello las empresas involucradas hayan sufrido apercibimiento alguno. No olvidemos que el suicidio laboral es la última fase de la violencia en el trabajo, cuando esta violencia se vuelve contra uno mismo.

Al respecto, si usted cree que el poder lo tiene la empresa, le sugiero que revea rápidamente tal convicción. El poder hoy lo tienen los empleados, en el ámbito laboral, como nosotros los clientes-consumidores, en el mercado de consumo. Esto no cambió hace poco tiempo sino que está vigente desde el inicio del presente siglo.

Para no padecer mayores problemas, el área de recursos humanos debe ser reformulada para poder operar como Gestión de Personas. Pero cuidado. No se trata de hacerlo para “adaptarse a la moda” sino porque el empleado así lo demanda.

¡La Generación Y es portadora latente de Tu Marca Personal, además de ser consciente de la transitoriedad que la empresa tiene en su plan de carrera laboral-profesional!
José Podestá

 

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