En una organización suelen darse básicamente tres
tipologías de empleados, a partir de cómo hacen las cosas.
- Los que asumen con responsabilidad y entusiasmo tanto las actividades asignadas como sus propuestas de mejora y valor. Se trata de un perfil autónomo, que está predispuesto a innovar y ser parte de grupos heterogéneos de los que pueda “retroalimentarse” en pos de sus objetivos.
- Los que muestran una cierta inercia en sus tareas,
la que está acompañada con una baja expectativa y motivación. Se caracterizan
por ser dependientes y eventualmente reactivos frente a las circunstancias.
- Los “multitasking”
que se involucran de modo proactivo en diversas tareas, en forma simultánea,
disfrutando además por mantenerse conectados en la frecuencia 24/7.
Pero más allá de estos perfiles, es muy importante
que el trabajador –sea un empleado en relación de dependencia o un profesional
independiente– tenga bien en claro si lo que está haciendo tiene algún sentido en su vida o se trata, más bien,
de un camino o modo de “ganarse la vida”.
Las
razones
Por lo general no suelen ser mayoría los que tienen
definido, en función de su misión y vocación, la razón-sentido de lo que
vienen haciendo o están dispuestos por realizar. Lo habitual es que la persona
se ponga a trabajar o seguir eventualmente “alguna” carrera o posgrado
universitario, porque piensa o cree que “de algo hay que vivir”.
Seguramente que ustedes tienen muy buenos ejemplos
de lo que acabamos de describir. Más aún, hasta podría ocurrir que alguno de ustedes
llegue a sentirse identificado con lo mencionado. Por supuesto que para nada
pretendemos “molestar” con ello, porque sabemos muy bien que suele ser un tema generalmente
no resuelto, por la ausencia o carencia de algún soporte oportuno de
orientación y reflexión, ya sea en la escuela o en la propia familia.
También en un dato de la realidad la falta de un
espacio referencial que ayude a las personas a poner en claro el “qué y el para
qué” de su existencia y cómo ésta debería articularse en su vocación de vida. En cambio, sí
proliferan las soluciones rápidas e “interesadas” que apuntan a resolver el
futuro de la persona a través de la oferta de estudios que, además, es “propia”
de la institución que brinda dicho “servicio”.
Esto explica, entre otras razones, que el cuarenta
por ciento de los alumnos que finalizaron el primer año de la carrera
“elegida”, luego no se inscriban en el segundo año. Mientras tanto, el Estado
de turno también hace lo suyo, al facilitarle al alumno universitario el poder
cambiar sin problema a otra nueva carrera, reconociéndole las asignaturas ya
cursadas y aprobadas, evitándose así el tener que comenzar de nuevo.
Como pueden ver, se elige poner el caballo de frente
al carro, sabiendo que así no se podrá llegar a ningún lado.
Por supuesto que existen otros motivos y
circunstancias que atentan hacia el tema central de poder trabajar como personas, es decir, como un ser humano que percibe o
llegó a descubrir que lo suyo tiene un sentido,
porque está orientado a brindar determinada solución a sus prójimos. Entonces,
el trabajar como ser humano no implica el tener dotes de genio ni talentos
deslumbrantes. Pero sí en hacer aquello que cada uno “descubre” es la misión y razón de ser de su existencia.
Si bien la realidad en la que estamos expuestos poco
y nada suele ayudar, dado que lo que importa es más bien todo aquello que
estimule el consumo y en definitiva sea “un negocio” para quienes los promueven,
no por ello debemos olvidar que cada uno de nosotros también posee su “propia
marca”. Por tanto, en la medida que llevemos a cabo nuestra tarea
–independientemente de la empresa o la profesión elegida– seremos los
portadores de una “identidad” de real valía y sentido. ¿Por qué? Porque no sólo
es la que nos permite darnos a conocer en lo que hacemos y distinguirnos como
personas, sino que también es la que en definitiva terminarán valorando
nuestros prójimos.
¡El portador de Tu Marca Personal es
reconocido e incluso recordado no por el dinero y el poder detentado, sino por
el “sentido” que sus obras tienen para las personas y la sociedad, en general!
José
Podestá