Uno de los reclamos que últimamente ha crecido en
cantidad e intensidad, tiene que ver con el malestar que suelen padecer en la
organización aquellas personas que dependen de un superior que no está a la
altura de las circunstancias, ya sea porque no está preparado técnicamente para
el puesto, no tiene dotes de liderazgo o porque posee un carácter y un trato no
sólo tóxico, sino también irrespetuoso con la gente.
A pesar que el responsable “aparente” de tal
irregularidad es el supervisor aludido, el origen de ello lo vamos a encontrar,
en definitiva, en la misma organización que lo “apaña” por diversos motivos que
no son para nada justificables, por más que la misma pretenda afirmar diciendo
que se trata de supervisores o ejecutivos muy “leales y de confianza”; en
realidad son “acosadores”, no necesariamente sexuales, pero sí en contra de la
dignidad y el respeto que se merecen sus prójimos.
Si bien en el ayer el empleado era más permeable a
la tolerancia del maltrato, felizmente ya no ocurre lo mismo en el hoy.
¡Enhorabuena! Al respecto, no debemos de olvidar que una organización, empresa
o comercio es, en definitiva, una comunidad de seres humanos.
Lejos de esta problemática, en los últimos años se
ha venido hablando y dando la posibilidad de llevar adelante un emprendimiento
o la reformulación de una organización, a partir de lo que denomino mangement lateral, es decir, sin la necesidad
de tener que contar con cuadros jerárquicos. Tal motivación no deja de ser muy
interesante, especialmente por el desafío de creatividad, integración y
compromisos mutuos que les demanda a las personas que son parte activa de esta
modalidad.
El
caso Vincit
Vincit es una compañía finlandesa que opera en el
mercado del software, con una nómina de más de trescientos empleados. Allí no
existen los jefes, los horarios, los turnos de trabajo ni la obligatoriedad de
permanecer semanalmente en la oficina, las cuarenta horas laborales.
¿Saben entonces cuál es el requisito de Vincit?
¡Trabajar! Y parece que no están “locos” ni les va nada mal. En el año 2016 ha
sido elegida como el mejor lugar para trabar en Europa, según el instituto "Great Place to Work"; además, en los últimos tres años consecutivos fue
destacada como el mejor lugar donde trabajar en Finlandia. Este mérito no es
poca cosa, máxime si se tiene en cuenta que la empresa data del año 2007; su
fundador Mikk Kuitunen contaba, en ese momento, con veintiséis años de edad.
Mientras las empresas en Estados Unidos invierten
anualmente tres billones de dólares en la gestión y la organización de quipos,
en Vincit se sacaron de encima los obstáculos de la gestión para centrarse,
directamente, en la persona. Al respecto, en más de una oportunidad he destacado que para alcanzar la excelencia
y la sustentabilidad es necesario:
- Colocar al empleado en el centro de la
organización.
- Contar con una dotación “completa” de empleados de
calidad, es decir, expertos en lo que saben hacer y con alta predisposición
hacia la empatía con sus compañeros.
- Asignar a la persona el sueldo que corresponde por
lo que realmente es, no por lo establecido en la descripción “genérica” del
puesto, en base a estadísticas del mercado o de la paga que aplica el
“competidor”.
Para ingresar en este paradigma, las compañías y las
reparticiones públicas deben “darse cuenta” que el hoy demanda realizar un giro
de ciento ochenta grados para dejar de ser una organización pesada, burocrática
y mediocre, es decir, con poco futuro.
Por el contrario, la libertad responsablemente
entendida y asumida por el empleado deriva, prácticamente, en una mayor
motivación y predisposición hacia el trabajo. Aquí estamos, como pueden ver, en
las antípodas del “jefe” que “cree” que debe controlar y dirigir a su “rebaño”.
En el caso de Vincit, a la fecha nunca ha tenido que
despedir a nadie, lo que da una idea de la calidad de las personas que son
parte del proyecto. Por supuesto que tampoco “retiene” al que desea continuar
con su plan de carrera laboral y profesional en otro ámbito. En tal sentido,
también he reiterado que al empleado de
calidad no se lo retiene, por tratarse de una persona que tiene bien en
claro sus objetivos en la vida; se “mueve” a partir de su misión y de la vocación
que caracteriza a su trabajo-profesión.
Por supuesto que Vincit no está exenta de que surjan
algunos “cortocircuitos” entre sus empleados, porque felizmente son seres
humanos, no robots. Frente a ello la empresa se ocupa de la solución. ¿Cómo?
Promoviendo el diálogo para su pronta restauración.
Este caso es uno más de los que se vienen sumando a la
realidad de las circunstancias. Es muy “ejemplificador”, porque nos dice y nos
“muestra” que para abordar el cambio hay que olvidarse de las exitosas reglas
de oro del management del ayer, por el
simple hecho que ya no funcionan.
¡El portador de Tu Marca Personal es
básicamente un ser autónomo que sabe muy bien lo que debe hacer en la vida, no
porque se considere un “iluminado” sino porque tiene bien en claro su misión,
visión y la vocación elegida!
José
Podestá