¿Saben ustedes cuál es el tiempo promedio de un
empleo en su país? Si bien no hay estadísticas disponibles en muchos casos, no
deja de sorprender que en Japón el promedio es de 8 años; pensar que décadas
atrás era un país que “garantizaba” el empleo de por vida.
Todo
cambió y cambia
En el Reino Unido el promedio es de 6 años y 5 en
los Estados Unidos. ¿Esto qué nos dice? Algo que ya había anticipado en mi
columna anterior: la empleabilidad –como
así también la continuidad laboral– dependen “exclusivamente” de las personas.
Sabiendo entonces que el promedio de permanencia en
la organización puede rondar por debajo de una década, es fundamental y
necesario que la persona tome en cuenta al menos dos previsiones básicas:
- Que ya no se trata de aspirar a ser empleado, sino
empleable.
- Que es necesario disponer de un proyecto o plan de
carrera laboral-profesional, “antes” de ingresar a la organización.
En el primer caso, de lo que se trata es de
mantenerse actualizado tanto en la vocación
elegida como en las habilidades o competencias que demanda el trabajo o
profesión. Al respecto, recordemos que la velocidad del cambio torna cada vez
más rápido en “obsoleto” lo que uno creía que eran verdaderas “reglas de oro”;
tal el caso de las “imbatibles” 4P’s del marketing o del spot televisivo de
treinta segundos.
En el segundo caso, ya no es aconsejable ir
“deambulando” por la vida y la profesión sin tener un proyecto propio que te
permita avanzar, no sólo paso-a-paso hacia los objetivos fijados, sino también
evitar tomar por el camino incorrecto o hacer cosas sin sentido; así fue como
la liebre no pudo ganarle a la tortuga.
Al disponer del plan de carrera laboral-profesional,
has de tener respuesta preliminar a varios “por qué”, como ser:
- ¿Es esta la organización que más me conviene en
esta etapa de mi vida?
- ¿Cómo puedo contribuir con la organización en
función de las oportunidades que me brinda versus mis objetivos personales?
- ¿Comparto sus valores y la cultura?
- ¿Existe buena sinergia entre los grupos de
trabajo?
- ¿Vale la pena este proyecto para mantenerlo más
allá del tiempo de permanencia que me he fijado previamente? Observen aquí que
es “uno” el que establece el plazo y no la organización, porque el mismo se lo
está vinculando con los objetivos establecidos en el plan de carrera personal.
El
dinero es secundario
¡¿Cómo?! Seguramente que la mayoría de ustedes
pretenderá ser retribuido satisfactoriamente, sobre todo cuando el motivo-razón
del cambio de organización obedeció a un mejor salario. Si bien fue y es lo
habitual –además de razonable– no
necesariamente funciona ahora así. Existen casos recientes de CEO’s que
cambiaron de organización pero llegaron a estar muy poco tiempo en ella, ya sea
por algunos de los “por qué” ya mencionados o simplemente porque la
organización “decidió” despedirlo imprevistamente, con lo cual el sueldo
superlativo terminó siendo una mera utopía.
Por supuesto que el salario es importante porque
retribuye los servicios prestados, la responsabilidad asumida y el tiempo
personal dedicado. Sin embargo, es la “experiencia” laboral-profesional el
factor clave que uno haya podido hoy llegar a capitalizar en la organización.
¿Por qué? Porque es la que en definitiva te servirá para enriquecer y potenciar
tu plan de carrera personal, con el consiguiente impacto positivo en el
Personal Branding.
De allí que en alguna instancia de la búsqueda
laboral uno debería “plantarse” para que te informen qué es lo que quieren y
aspiran de ti, como así también en qué plazo pretenden que el proyecto objeto
de la búsqueda esté concluido. Estas preguntas son importantes para la decisión
del postulante, porque si bien la empresa es la que define el perfil del puesto,
nada suele decir acerca del qué y el cómo espera que uno pueda llevarlo a cabo,
y con qué recursos. De allí que es necesario “conocerlo” antes de ingresar.
El
Personal Branding
El plan de carrera laboral-profesional es vinculante
con el posicionamiento y desarrollo del Personal Branding. A medida que uno
vaya sumando nuevas “experiencias” en el trayecto, ello irá también generando
contenidos de valor en la identidad y biografía personal.
Desde ya que no siempre lograremos éxitos
continuos –tampoco sucede con los mejores deportistas. Lo que sí importa es ir
sumando, en forma paulatina, los aciertos que se desprenden de la vocación ejercida y el sentido que todo
ello tiene, en definitiva, en el ámbito en que nos encontramos.
En consecuencia, si el móvil es meramente
individualista-egoísta, nada de ello tendrá valor ni interés para el Personal
Branding. Además, estamos en un momento histórico del planeta Tierra en el que
debemos sumar aportes y soluciones para la humanidad, tal como se lo
propusieron en su momento los que nos han precedido y “viven”, por sus obras,
en el recuerdo del inconsciente colectivo.
¡El portador de Tu Marca Personal es un ser
“sin fronteras” que construye su biografía motivado por la misión que lo
mantiene vigente y empleable, para que lo suyo tenga sentido y valor ante sus
prójimos!
José
Podestá