Gerente de Compras y Recursos...Humanos

13 junio 2010 ·

Entre las actividades y profesiones que aún no se han reposicionado al cambio que demanda la nueva economía figura, tal vez para sorpresa de muchos de los involucrados, Recursos Humanos. Ya en diversas oportunidades he mencionado el error conceptual –y hasta estratégico– de calificar al empleado como un recurso. Si alguno todavía no sabe cuál es la definición de recurso, una vez que visite el diccionario se dará cuenta del disparate de su asimilación al personal: el ser humano no es un recurso, cosa u objeto, a pesar de ser tratados por muchos como tal.

¿Por qué aún existe el ensañamiento hacia el empleado como un recurso? Hay múltiples razones “prácticas”, entre las cuales señalo dos:

- Hace a la tipificación de las personas en puestos de trabajo que tienen una función-objetivo para la empresa y, por supuesto, un impacto de costo.

- Simplifica la tarea administrativa y de gestión del área de personal, al quedar todo el plantel de la empresa –incluso el Director de Recursos Humanos– reducido a un file con un número de legajo.

Sin darse cuenta de ello, porque la variable costo es clave, la empresa se fue así poblando de “recursos” que encuadran en la tipificación deseada y por supuesto al costo más bajo posible. Para ello se enfatiza en toda búsqueda –desde el cadete hasta un director ejecutivo– un recordatorio al pie del aviso que diga: ¡Excluyente. No omitir remuneración salarial pretendida! Por supuesto que la resultante de ello también tiene lo suyo: empleados-clones promedio.

¿Para qué quejarse después?

La realidad en la que hoy transitan las empresas y organizaciones es, por cierto, mucho más compleja que en la anterior economía post industrial. Al respecto:

- Hay sobreoferta de todo tipo.

- Los productos y servicios se parecen cada vez más, fruto de una desacertada práctica del “me too”.

- La rentabilidad se va licuando por la misma presión del mercado.

- Las empresas demandan cada vez menos personal, mientras la inmensa mayoría de la fuerza laboral sigue pensando o ilusionándose que la relación de dependencia es la opción natural.

- Los postulantes a un cargo encuadran mayoritariamente dentro de la media, fruto de una misma formación y capacitación recibida. Etc.

Ante ello, el enfoque de recurso humano lo único que hace es profundizar el encasillamiento de las personas, cuando la realidad del contexto hoy exige de las compañías hacer pleno uso del conocimiento, creatividad y talento del personal para potenciar la ventaja competitiva y fortalecer el posicionamiento en el mercado.

Entonces, cuando los mejores empleados deciden abandonar el barco, estas empresas sacan a relucir la política de retención de talentos. Pero ya es tarde porque el talento que decide emigrar –si lo es de verdad– no se lo puede detener porque en su decisión está, seguramente implícito, el hecho de haber llegado al límite del techo de lo que la organización le puede ofrecer o “prometer”, más allá del ajuste salarial que había quedado desvirtuado gracias a la tipificación del puesto.

Aquí la queja desde el lado de la empresa se torna en tardía. Por eso, algunos ejecutivos hasta intentan hacer sentir al que emigra como un “desleal”. Pero...¿No será tal vez desleal el empleador por no haber querido o cumplido con el compromiso formulado en proceso de la búsqueda?

Otros piensan que sólo basta con tener en la empresa sólo unos pocos talentos porque, además, “hay que pagarles más”. Su concepción del recurso hace que no se den cuenta que si la empresa hoy no tiene un equipo de personal de primera –para competir satisfactoriamente en el mercado– directamente han de ser quitados de la cancha en muy poco tiempo.

¡La resistencia al cambio continúa intacta en la mayoría de las empresas. Por eso muchas, sin saberlo, hoy cuentan con un Gerente de Compras y “Recursos Humanos”. Otras, en cambio, son excelentes porque ponen al empleado en el centro de la organización y gestión, posibilitando incluso a que los talentosos capitalicen Tu Marca Personal. Y a no confundirse, estas empresas al personal lo llaman por su nombre y no con la también desafortunada expresión de Capital Humano!


José Podestá

 

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