Si el Personal No es Un Recurso, ¿Qué Es?

08 agosto 2010 ·

Algo muy vital: seres humanos sin cuya existencia no se hubiera alcanzado el desarrollo actual, y en todos los órdenes de la vida.

Si bien en la actualidad comienza a desarrollarse una mayor toma de conciencia acerca del rol clave que tiene el empleado en una organización, todavía es mayoría la legión de ejecutivos, consultores y académicos que insisten en tipificarlo como un recurso. ¿Por qué? Por razones que tienen que ver con el “management” y la “ecuación” costo-beneficio. Asimismo, existe una corriente de “avanzada” que está mutando hacia otro concepto poco feliz: ¡Capital Humano!

Así como el ser humano es un individuo único e irrepetible, también es justo reconocer que tenemos la tendencia –tal vez fruto de un gen que desconocemos– de intentar o decididamente hacer complicadas las cosas. Prueba de ello sobran y seguramente que cada uno de ustedes conoce algunas. Simplemente y para no dispersarme del tema, además del vocablo recurso humano es muy común escuchar en las empresas la expresión “rentabilidad negativa”, que sin dudas es justo reconocer que es mucho más elegante, sofisticado y oportuno que el uso correcto de la palabra “pérdida”. Bueno, por algo somos también seres inteligentes.

El bienestar del personal en las organizaciones, además de ser la base de la sustentabilidad humana, tiene un objetivo trascendental que va más allá del área respectiva: hace al conjunto de la empresa. Esto permite que hoy el empleado esté ubicado –por su rol e importancia– en el centro de la organización, compartiendo tal posición junto con el destinatario natural del emprendimiento: el cliente.

Así como el marketing pasó a tener en las empresas innovadoras una concepción holística que va más allá del área en donde trabajan sus responsables –toda la organización es marketing– el empleado se constituyó en el artífice de la visión. Por tanto, de nada servirá el capital que dio nacimiento a una idea si luego ésta no es desarrollada y puesta en acción por el conocimiento y trabajo de las personas.

Concebir al empleado como un recurso –tal como lo son el capital, las maquinarias o materias primas– es un contrasentido. ¿Por qué? Porque no somos “objeto” alguno al que hay que “explotar” para intentar sacarle todo el provecho, aunque lamentablemente existan empresarios que así lo piensan y hacen.

Si una organización no se da cuenta de ello o lo que es peor, no quiere abandonar tal concepción, es altamente probable que esté muy pronto en problemas, básicamente por tres razones:

a. No podrá hacer frente, satisfactoriamente, al desafío estratégico que hoy implica crecer rentablemente o mantenerse en el mercado.

b. No logrará tener en la organización el personal adecuado para que, desde sus respectivas áreas, sumen valor y conocimientos de mejora continua. En cambio, seguramente dispondrá, al más bajo precio-sueldo posible del mercado, de personas en estado de rebaño y por ende desmotivadas por la mediocre gestión de sus superiores. Pero eso sí: ¡Cumpliendo estrictamente el horario de trabajo!

c. A la Generación Y no le interesará ser parte del proyecto, con lo cual a la empresa le resultará difícil hacer adecuadamente el recambio etario.

Hoy esta realidad es manifiestamente percibida también en las empresas de servicio, por ser las que más están expuestas al contacto con los públicos. Al respecto, seguramente muchos de ustedes habrán padecido la mala atención y pobre calidad de ejecución del empleado que les tocó en suerte para resolverle alguna necesidad puntual. Si esto es lo que la empresa nos brinda de puertas-hacia-la-calle, no hace falta ser un vidente para imaginarse lo que está ocurriendo de puertas-hacia-adentro.

¡Este tipo de organización para nada seduce a una persona que posee habilidades y está en pleno desarrollo de TuMarcaPersonal. Pero tampoco ésta debiera preocuparse por ello porque, felizmente, hay otra categoría de empresas o emprendedores que estarán muy predispuestos y necesitados de su aporte y contribución!

José Podestá

 

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