El Futuro Posible y el Probable

31 octubre 2010 ·

Cuando el presente se vuelve complejo, gris y con pocas perspectivas de mejora en el mediano plazo, ello produce en muchísimas personas una sensación de angustia, impotencia y hasta parálisis. Es el momento en que afloran más preguntas que respuestas: ¿Qué puedo hacer? ¿Hasta cuándo estaremos así? ¿Por qué me tocó a mí?, etc.

Aquellas personas que tienen mayores dudas, miedos e incertidumbre son las que en estas circunstancias se sienten más confundidas. Desconocen que la solución siempre está en uno mismo: básicamente, adoptando una actitud positiva y activa, en lugar de esperar la aparición de alguna solución mágica.

¿Qué hacer ante la incertidumbre?

Sabiendo que las cosas ya no serán como antes, lo que hay que preguntarse es qué nuevo horizonte y proyecto realista –sin omitir una dosis de audacia– debiera redefinir y qué me falta a partir de ahora para lograrlo. Esto lleva a tener en claro, para uno mismo, cuál es el futuro posible para así poder encuadrar hacia el mismo las acciones y nuevos compromisos.

Hacerlo es de una gran importancia, básicamente por las siguientes razones.

a. Tengo buenas posibilidades para aprender lo que debo aprender.

b. Hacer lo que deba hacer.

c. Ver las oportunidades que de otro modo no vería.

Cuando de futuro se trata, no es necesario esperar el suceso de una crisis para pensarlo. Lo básico es aceptar el futuro y darnos cuenta que, en realidad, es una elección diaria. Y si el futuro que miramos no es de su agrado –incluso el del propio país– entonces será el momento de elaborar un proyecto personal diferente.

Cuando se llega a esta instancia es muy importante no resignarse ante el panorama porque, en definitiva, uno terminará siendo prisionero de su historia. Siempre se puede elegir: siempre hay una salida, un atajo. Ello no lo digo con la pretensión de ser tildado de iluso predicador –que por cierto abundan– sino porque todos debemos poner nuestras mejores habilidades, frente a situaciones difíciles, para hacer posible el cambio, la salida o incluso una básica posibilidad.

De esta forma estaremos evitando ser dependientes de una probabilidad, que tal vez nunca ocurra o incluso no sea luego lo que se había imaginado.

El futuro posible se lo construye, entonces, con motivación y trabajo Los que ya transitan por el desarrollo del Personal Branding, saben muy bien de ello y están en las mejores posibilidades de poder capitalizar las oportunidades, incluso en tiempos de crisis.

El futuro encierra una posibilidad que será tal en la medida en que uno mismo la haga realidad. Nada tiene que ver con lo que hagan los otros. Pero sí con el compromiso asumido para ponerlo en acción.

¡Mirar el pasado, es historia. Trabajar para el cambio, una posibilidad. Quedarse en el presente, una conversación. Esperar el futuro, dependencia y probabilidad. Sólo una de estas opciones es la que define y distingue a los portadores de Tu Marca Personal!


José Podestá

Mi Marca Depende de Usted

24 octubre 2010 ·

Cuando un producto o servicio ingresa al mercado, amparado por su identidad-marca y el atributo de valor afín a las prioridades del target, llegará a ser reconocido y aceptado una vez que logre alcanzar la prueba del cliente. Durante ese proceso la empresa hará todo lo posible para convertir el nuevo negocio en un éxito, es decir, trabajará muy fuerte en ello.

En el Personal Branding la situación transita por similar camino. Sólo a partir de la habilidad y estilo que uno impregne en el trabajo o servicio profesional que brinde a un tercero, y en la medida que ello sea relevante para el cliente, se podrá constatar si Tu Marca Personal es viable y sustentable. Aquí no se necesitará inversión publicitaria alguna: será la calidad de la huella producida por el estilo que uno va dejando a través del desempeño lo que comenzará a “marcar”, en los otros, algo que para ellos tenga valor.

De esta forma se logrará generar, en un contexto carenciado de personas con aptitudes por encima de la media existente, que termine despertando el interés de algún “comprador” predispuesto a pagar más por el valor agregado que necesita para su organización. Esto ya nos dice algo muy importante: La marca personal es el mejor reaseguro para ir desarrollando un posicionamiento laboral, social y profesional.

Así como la calidad e innovación son dos condiciones básicas que todo producto o servicio debe tener para ingresar al mercado, lo mismo vale para el Personal Branding. Cualquiera sea el puesto de trabajo deseado, la realidad se encarga de señalar y recordar:

a. Que la demanda laboral es sensiblemente menor respecto de la gran cantidad de personas en busca de empleo.

b. Independiente del nivel de la búsqueda, más del 90% de los postulantes carecen de atributos y valor diferencial entre sí. A pesar de que cuentan con estudios y conocimientos adecuados, la mayoría se ha formado en los mismos centros de capacitación y seguido programas idénticos dentro del ámbito local.

Esta estandarización de conocimientos y personas, si bien era lo que más ambicionaba Henry Ford y la gran mayoría de las empresas de la economía post industrial –inclusive en la actualidad– hoy ya no responde a las necesidades derivadas del contexto complejo, competitivo, global y acelerado. La práctica contínua del “me too” –yo también– en el campo de procesos, diseño y marketing de productos y servicios, llevó a que en la actualidad todo se parezca entre sí. Pero el área de “recursos humanos” también viene haciendo lo suyo con la práctica de hacer coincidir, en el puesto estandarizado, al “recurso” objeto de la búsqueda, a los efectos de facilitar su posterior administración y control a “un costo razonable”; esta concepción para nada difiere de la que lleva a cabo el responsable de compras con sus proveedores.

Frente a esta tendencia a la uniformidad, que como afirmaba Susan Sontag es una plaga de nuestro tiempo, las personas que vienen trabajando en el desarrollo de su propia marca son las que están en mejor posición para capitalizar el cambio. Cada vez son más los que logran ser “descubiertos”, contactados e incorporados por ejecutivos de áreas que están urgidos por contar con un staff de personas creativas, innovadoras y con pasión por lo que hacen, y que poco o nada tienen que ver con el perfil obsoleto de la descripción del puesto. De esta forma logran arribar a la empresa en forma directa, es decir, evitando la “intermediación” del área de recursos humanos, que en estos casos simplemente termina encargándose de la última etapa, es decir, de los trámites administrativos y formales vinculados con el ingreso.

En consecuencia, …

¡Cuando uno se decide trabajar en el posicionamiento de Tu Marca Personal para el mercado deseado, en la medida que sea consecuente con ello, terminará siendo descubierto y valorado!


José Podestá

El Límite es Uno Mismo

17 octubre 2010 ·

Cuando en forma imprevista treinta y tres personas quedan atrapadas en una mima, durante setenta días –tal como ocurrió en Chile– uno luego se pregunta, al concluir exitosamente el rescate: ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo es posible convivir y sobrevivir en un profundo estado de incertidumbre y en un clima hostil de cuarenta grados centígrados de temperatura y un ciento por ciento de humedad?

Las enseñanzas que se desprenderán de esta tragedia se irán conociendo más adelante. Pero seguramente con ello se estará desmitificando muchas máximas o verdades que la ciencia y los psicólogos sostenían como tales. No obstante, hay una que hasta ahora ha sido difícil de dimensionar: El ser humano es una integridad compleja y de grandes posibilidades de realización, aún en situaciones de extrema gravedad.

El gran mito del “no se puede”.

Al informarnos del suceso chileno o al recordar la experiencia del holocausto judío, vivido por el psiquiatra austríaco Viktor Frankl y relatado en su conmovedor libro “El hombre en busca de sentido”, uno termina por admitir que, verdaderamente, la fuerza interior es el factor clave para no claudicar en todo proyecto o misión.

Para llevarlo a la práctica no se necesita tener un título universitario o ser una persona muy instruida. Se trata de algo que todos tenemos incorporado y que podrá luego aflorar en forma natural o bien estimulado por la orientación o sugerencia de un líder, tal como se dio en el caso de los mineros chilenos. Pero nada de ello es viable si uno no está plenamente consubstanciado de ponerlo en práctica, es decir, de querer hacerlo.

En consecuencia, pretender simplificar lo sucedido en Chile con el desgastado cliché “que suerte tuvieron”, es propio de ignorantes. De no haberse tenido la convicción del “yo puedo y quiero”, hoy no estaría escribiendo ni comentando sobre el tema, por más inteligencia tecnológica que se haya aplicado para hacer viable el rescate. Y ello es tan así que hasta los rescatistas, al ver en qué condiciones se encontraban los mineros “viviendo y trabajando por su destino”, ninguno de ellos hubiera salido con vida. De allí que se los considere como “los verdaderos héroes”.

No tuvieron suerte: ¡La construyeron!

Lo sucedido nos vuelve a recordar que la suerte se construye de adentro-hacia-afuera. Sentarse para esperar que venga la suerte al encuentro de cada uno de nosotros en un contrasentido. No hemos venido al mundo para que los otros nos hagan fácil la estadía sino a ser, en la medida de nuestras posibilidades, verdaderos artífices de superación, cambio y crecimiento personal, puesto al servicio del prójimo, es decir, de los otros.

Esto es lo que hemos visto durante el tiempo que demandaron los preparativos, en donde cientos de personas se pusieron a trabajar con gran tenacidad para hacer realidad “la suerte” en la que se venían preparando los mineros.

Estas circunstancias también sirven para validar la relatividad de los problemas que todos tenemos en lo personal y que, muchas veces, consideramos son de una complejidad y dificultad extremas. Lo importante es no olvidar que recién en el límite es cuando, a veces, hemos de poder solucionar el problema, y que para llegar hasta allí tenemos que aplicar lo mejor de nuestras capacidades.

Además, en ningún lugar está escrito que debamos resolverlo a solas; nadie se ofenderá por brindarnos ayuda u orientación cuando se esté dispuesto a solicitarla. Los mineros pidieron que los “saquen del infierno” y el Presidente de Chile les dio su palabra, actuando luego con rapidez y eficacia.

¿Para que me sirve todo esto?

Para darme cuenta que siempre es necesario tener un proyecto para avanzar decididamente en la vida. Y estar predispuesto a destinarle toda la energía, motivación y habilidades para alcanzarlo en tiempo y forma. Así se irán concretando los logros, se aprenderá de los errores como así también de los buenos ejemplos que la misma realidad suele poner a nuestra disposición.

¡No es necesario ser un deportista de alta performance o haber pasado por situaciones extremas como la relatada para alcanzar un objetivo superador, cualquiera sea el ámbito en donde nos desempeñamos. Pero sí es fundamental estar dispuesto a hacerlo, mediante un plan coherente y realista!


José Podestá

Mi Proyecto No Funcionó

10 octubre 2010 ·

Si el mundo de los Negocios muestra fracasos, por qué no tendría que suceder algo similar en lo personal. ¿Significa que uno hizo todo mal? ¿Acaso el Personal Branding no es una solución oportuna para construir el posicionamiento correcto?

Cuando algo sale mal, suele observarse dos tipos de reacción:

a. La pesimista- que lamentablemente suele tener mayoría de adeptos– en donde uno se recrimina por lo ocurrido y buscar al culpable afuera de uno.

b. La optimista –con los pies en la tierra– que trata de precisar en dónde estuvo el error para sumarlo como aprendizaje y ponerse, de inmediato, a rectificar el rumbo.

Ambos comportamientos funcionan, incluso, en los sucesos cotidianos de menor importancia. Entonces, ello nos dice algo a tener en cuenta: La reacción ante el fracaso –incluso el éxito– tiene siempre un contenido emocional. En la medida en que uno no se de cuenta de ello, sobretodo cuando el proyecto no funciona, se corre el riesgo de acrecentar el problema o terminar adoptando una solución quizás no demasiado feliz.

¿Qué es lo primero a tener en cuenta?

No perder el tiempo en buscar el “fantasma de la desgracia” pero sí disponerse a revisar todos los eslabones considerados en el desarrollo de Tu Marca Personal.

Esta revisión-análisis, al contrarrestarla con lo ocurrido, permitirá detectar con objetividad las razones y causas del fracaso. A partir de este “darme cuenta” es cuando se podrá capitalizar los errores y así estar en mejores condiciones para volver a la acción.

Seguramente que alguno de ustedes pensará que ello no es nada fácil, y mucho menos ver las causas de la forma tan simple como se intenta aquí insinuar. Sin embargo, es muy conveniente no olvidar que el ser humano tiende a complicar hasta las cosas más simples. Incluso, muchas veces hasta pretendemos adoptar posturas muy “racionales” cuando en realidad nuestra mente funciona por “obviedad”, odia la confusión que producen “las razones” y es fundamentalmente emotiva.

¿Cómo se procede después?

Una vez que uno logró quitarse la viga que tenía en la vista, porque no permitía ver con claridad el motivo del fracaso, se estará entonces en condiciones de replantear integralmente el proyecto personal. Si el problema fue, por ejemplo, que el mercado-objetivo no era el correcto o que para el mismo no le resultaba relevante ni interesante las habilidades y estilo de gestión que se llevaban a cabo, seguramente que se necesitará precisar muy bien quién es mi mercado para luego reconstruir, hacia atrás, los pasos conducentes que hagan viable el nuevo abordaje.

También podría haber sido la causa del problema una total carencia de interés para los destinatarios del proyecto personal en cuestión. En este caso, es la realidad la que nos está diciendo que llegó el momento de “reinventarse”. Ello para nada era común en época de nuestros abuelos o padres, en donde ser médico, abogado o arquitecto equivalía a un “pasaporte seguro” para toda la vida. ¡Hoy ya no es así! Debemos entonces estar muy atentos y predisponernos, con anticipación, para hacer el cambio de rumbo adecuado, en el momento oportuno, sacando ventaja de ello con total convicción.

¡Aunque el proyecto personal deje de funcionar en algún momento, aquellos que ya están transitando en el desarrollo de Tu Marca Personal serán los que llegarán a capitalizar, en menor tiempo, un reposicionamiento eficaz!


José Podestá

¡Qué Suerte Tuvo Fulano!

03 octubre 2010 ·

Esta afirmación puede expresar, entre otras cosas, envidia o reconocimiento de algo importante que le sucedió a algún conocido. Puede haber sido consecuencia de un suceso imprevisto –ganarse la lotería– o de algo para lo cual esa persona se preparó con dedicación para competir en algún certamen –Miss Mundo, un triatlón o un concurso de canto. Mientras en el primer caso “la suerte” provino del azar, en el segundo existió un acto volitivo y una gran preparación.

También suele escucharse, dentro de las organizaciones, similar expresión cuando una persona ha surgido del mismo plantel y es nombrada como el próximo CEO, tal como fuera el caso de Jack Welch, ex CEO de General Electric. Aquí hubo un proceso muy riguroso de saber elegir, para la máxima conducción de los próximos años, a una persona que reúne cualidades sobresalientes.

Pero así como la gran mayoría especula que otros decidan por uno, también se da que otras personas optaron por ser los constructores de la buena suerte. Es decir, que entre la suerte a secas y el reconocimiento que otros hacen de uno por la buena imagen-percepción que se construyó a través del hacer superlativo, existe un gran abismo.

¿Qué nos dice esta asimetría?

Básicamente dos cosas importantes:

a. Esperar la suerte nos puede llevar toda la vida, sin la certeza o probabilidad que nos pueda verdaderamente beneficiar.

¿Cuántas personas ganan una lotería, un sorteo o un premio sorpresa? ¡Sólo una! Es decir, la que el azar determinó. Entonces, uno se puede preguntar si vale la pena depender de ello para acceder a otro nivel en la escala socioeconómica. Aunque parezca difícil de reconocer o aceptar, la inmensa mayoría sueña con ello.

b. Ser constructor de la buena suerte demanda tiempo y esfuerzo, pero nos prepara para ser mejores personas, en función del objetivo perseguido.

Jack Welch, Howard Schultz, Steve Jobs, la Madre Teresa –para nombrar simplemente algunos entre los globalmente conocidos como hacedores de la buena suerte– y cada uno de nosotros, a través de la misión-visión que nos hemos propuesto para gestar y desarrollar Tu Marca Personal, existe algo en común: Tanto ellos, como nosotros, hemos partido desde cero. Nadie los favoreció porque eran personas “de suerte” sino porque tuvieron el coraje, la constancia, el propósito, la responsabilidad y hasta la bondad de hacer las cosas con un sello personal que luego devino en el reconocimiento por parte de los demás.

Entonces, para avanzar en la construcción de la buena suerte se necesita estar convencido de ello para así –y sobre la marcha– ir transformando ese “sueño” en la realidad que más tarde los otros reconocen y valoran. Pero entiéndase bien que esto se hace desde el plano de la entrega y el amor, es decir:

¡Todos los líderes trabajan por y para el otro, antes que por sí mismos!

La Madre Teresa jamás trabajó para ser una celebridad global ni la “Embajadora del Vaticano,” sino por mantener latente en su visión, la voluntad y la entrega al prójimo más necesitado. En realidad, estos son algunos rasgos que identifica a los constructores de la buena suerte, aunque muchas veces tengan que luchar para derribar las paredes de la negación que siempre levantan los mediocres.

¡Los constructores de la buena suerte trabajan, sin darse cuenta, de un modo peculiar que hace que otros terminen valorando su gestión. Justamente de eso trata Tu Marca Personal: de posicionar en la mente del destinatario –empleo, profesión o comunidad– el sello personal por el cual uno luego es valorado y finalmente convocado para ser parte de un proyecto superador!


José Podestá

 

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