¿Cuál es Tu Propuesta de Valor?

05 diciembre 2010 ·

Si bien a la mayoría de las personas les cuesta precisar qué habilidad, talento o propuesta de valor posee como elemento diferencial, tampoco les resulta fácil a los especialistas en Marketing cuando deben hacer lo mismo en lo personal, a pesar de estar más familiarizados con las técnicas y los procesos conducentes a su determinación en las marcas que tienen a su cargo.

Por lo general, el ser humano tiende a resolver satisfactoriamente cuestiones que se encuentran en el mundo exterior. En cambio, cuando se trata de algo vinculado a su yo y persona, la cosa se torna más difícil y complicada. ¿Por qué? Pueden existir diferentes razones, muchas de ellas vinculadas con la personalidad, el carácter y lo meramente actitudinal. Incluso, en algunos casos uno suele observar hasta un malestar, consigo mismo, cuando deben esclarecer algunos aspectos fundamentales vinculados con el ¿quién soy yo?, ¿por qué y para qué existo?, ¿cuál es mi misión en la vida?, etc.

Como siempre ocurre en todo proyecto importante, se necesita para su puesta en marcha un esfuerzo, entusiasmo y perseverancia a toda prueba; los buenos líderes son un ejemplo de ello. Aquí la motivación suele ser tan fuerte que, a pesar de las dificultades que siempre están presentes, no por ello uno debiera bajar los brazos. Bienvenido, entonces, aquellos seres que nos muestran su persistencia y tozudez, porque si así no lo fuera seguramente que la aparición de elementos que hoy ya ni nos llaman la atención –luz eléctrica, automóvil, teléfono, etc.– no se hubieran dado en el momento oportuno.

Sabiendo entonces que la puesta a punto de un proyecto personal –conducente al logro de un posicionamiento laboral y profesional acorde al mercado objetivo– requiere tiempo y esfuerzo, los que se animan a ello lo hacen por estar plenamente convencidos del beneficio y rédito futuro. Más aún: ¡Lo están viendo a medida que avanzan!

¿Cómo lo hacen?

Se concentran en bucear en su interior para hallar las respuestas honestas al enunciado de los interrogantes centrales de su proyecto personal. Es decir: ¿Dónde estoy ahora?, ¿Hacia dónde voy? ¿Cómo llego hasta allí?

En un momento de este proceso y cuando ya se tiene bien en claro el producto-trabajo que se brindará en el ámbito laboral o profesional en donde uno desea desempeñarse, habrá que concentrarse en un tema no menor: ¡La propuesta de valor! Es decir, en aquella habilidad o talento que cada uno considera es la mejor para imprimirle, al trabajo, el estilo-forma realmente esperado por nuestro cliente: sea la empresa, una consultora o agencia, etc.

Cuando vemos que la propuesta de valor no funciona ni tiene el efecto esperado, ello nos está diciendo que hemos fallado en el intento. Persistir sería un error porque pasaríamos a quedar posicionados o percibidos como uno más del rebaño: ¡Estamos brindando más de lo mismo!

Para evitar estos desaciertos, la solución se encuentra en la metodología del Personal Branding. Para ello son necesarias dos cosas básicas:

a. La convicción y motivación para hacerlo.

b. La persistencia para capitalizarlo.

¡En el presente mercado de iguales –trabajadores que hacen lo mismo o profesionales con similar formación– los que desean no ser parte de esta legión de clones recurren a Tu Marca Personal, por ser hoy la mejor respuesta-solución para alcanzar un posicionamiento diferencial especialmente anclado en la innovación en el valor!


José Podestá

 

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