Pocos Ejemplos

19 diciembre 2010 ·

Quienes frecuentamos el ámbito de las empresas podemos observar la precariedad mental y actitudinal de la gran mayoría de los ejecutivos, respecto del rol y perfil que debe tener hoy la organización hacia el empleado, a todo nivel. Por empezar, todavía no se han dado cuenta que la expresión “recursos humanos” –y el área que la ejerce– es algo obsoleto y hasta ofensivo para los tiempos que corren.

¿Por qué?

Porque desde hace veinte años que las cosas vienen cambiando, y a un ritmo acelerado. Las reglas de oro del éxito de ayer ya no sirven. Sin embargo, cuántos son los que aún piensan en ganar “participación de mercado”, “venderle a todo el que me compre”, “tomar al empleado más barato –y si no me sirve, lo cambio”, etc. Si estos señores fueran los verdaderos dueños de la empresa, en lugar de ejecutivos asalariados que fundamentalmente piensan en el corto plazo y en el “bonus” de fin de año, seguramente que no actuarían de igual modo.

Lo cierto es que, lamentablemente, muchos directivos carecen de actualización de conocimientos y de enfoque en lo que hacen, a pesar de la gran responsabilidad que tienen al frente de sus respectivas áreas en la organización. De allí que también “piensan” y tratan al empleado como un objeto-cosa-recurso; algunos hasta lo ven como “un mal necesario”. Es decir, que independientemente de la habilidad o talento que pudiera tener una persona, terminará recibiendo el pago de una remuneración “de mercado”, en línea con lo que hacen otras “empresas colegas”.

¿Cuál es el resultado?

a. Tener empleados “promedio” –como estos directivos en cuestión– que piensan lo mismo, a pesar de ser individuos; la organización terminó por “clonarlos” a su imagen y circunstancia. Para imaginarse el resultado de ello no hace falta ser un ilustrado: la empresa, contrariamente a lo que hoy está necesitando, dispone de una legión de personas que muestran un escaso interés o compromiso por lo que están haciendo y no suman ningún aporte de valor, más allá de lo que “el puesto” demanda. De esta forma, la empresa termina recibiendo literalmente lo que sus directivas establecen.

b. Pérdida acelerada de los más calificados, por la sencilla razón de no estar dispuestos a permanecer “hipotecados” en un ambiente mediocre que les imposibilita llevar adelante sus propuestas innovadoras y creativas, tan necesarias para el contexto actual. Y por más “superlativo” plan de retención de talentos que posea la empresa, los más capaces igualmente se irán porque no ven proyecto, ambiente ni equipo acorde para poder desempeñarse.

A todo ello ahora se le suma otro desafío: tener que hacer frente al cambio generacional de las áreas, sin saber cómo abordar, entender y motivar a la Generación Y.

Otra miopía

Creer que el empleado es el que “debe trabajar” para la empresa, cuando la realidad viene señalando que debe hacerse exactamente al revés: ¡Es la empresa la que debe trabajar para el empleado!

Si las organizaciones no se “ponen las pilas” y realizan un giro de ciento ochenta grados para disponer del nuevo perfil de empleados que hoy se necesita para hacer viable y sustentable el negocio, evidentemente irán perdiendo el enfoque, la competitividad y a los más capaces.

Por suerte existen otras empresas que están en las antípodas de lo conocido. Son las que “aprenden” a partir de sus empleados y se anticipan a los cambios. Más aún: ¡Los crean! En ellas lo que importa no es el CV –herramienta también obsoleta– sino que el empleado pueda sumar conocimiento y mejoras diarias en la actividad donde se desempeña, aunque sea un cadete.

A estas empresas no sólo les interesan los empleados que poseen o están en pleno desarrollo de su posicionamiento personal, vía el producto-trabajo que brindan, sino que también están estimulando dentro de la organización la gestación del Personal Branding. Además, hay algo adicional que las caracteriza: ¡No necesitan retener a nadie, porque tienen un proyecto-desafío que ofrecer!

¡Mientras la mayoría de las empresas persisten en profundizar y hacer más de lo mismo, otras han decidido poner al empleado en el centro de la organización y motivar a los futuros portadores de Tu Marca Personal!


José Podestá

 

© Tu Marca Personal - Todos los derechos reservados. Se permite la difusión del contenido únicamente citando la fuente.