Cuidado con la Percepción del Trabajo

13 marzo 2011 ·

El trabajo no sólo define nuestra vida sino que la impulsa hacia la búsqueda de nuevas oportunidades. Si bien algunos sueñan con no tener que trabajar, ello no deja de ser una utopía y un contrasentido. ¿Por qué? Porque más allá del sentido primario de trabajar para poder cubrir nuestras necesidades básicas, es a partir del trabajo –cualquiera sea el oficio o profesión– que el ser humano puede trascender y llegar a superarse a sí mismo, tal como lo hacen los amateurs del deporte.

Pero pensar que en el nuevo empleo-empresa uno podrá seguir haciendo lo “de siempre”, es no estar bien parado a la altura de las circunstancias. Nada de ello es viable en los tiempos que corren, por la sencilla razón que los paradigmas del ayer son cosas del pasado. Por ello es que hoy se necesita intentar obtener una imagen realista del futuro, porque ya no es posible imaginarlo mediante una simple extrapolación del pasado.

Los factores que desde principios de siglo vienen alterando nuestra percepción de los hechos tienen que ver, básicamente, con el factor globalización, el acelerado desarrollo tecnológico, los cambios demográficos y las tendencias sociales. A todo ello se le sumó un gran elemento erosionador, como lo es la licuación de las normas, los procesos y las creencias que durante décadas tuvieron el valor de hasta ser tenidos en cuenta como verdades máximas. Esta realidad es lo que hoy sorprenden al binomio empresa-empleado en su vínculo, desarrollo e identidad.

A los que les interesa crear, desarrollar y posicionar Tu Marca Personal, es fundamental que tengan muy en cuenta estos sucesos y su eventual proyección, especialmente cuando deban definir el tipo de producto-trabajo o servicio con el que aspiran seducir e impactar en el mercado al que han elegido para posicionarse.

¿Qué nos dice el cambio?

Hasta ahora los profesionales que hicieron estudios de grado, maestría o doctorado, como parte de la capacitación necesaria para alcanzar su objetivo laboral, terminaron incorporando una formación generalista. En consecuencia, frente a la legión de iguales existente en el mercado, las empresas vienen seleccionando a los que solicitan el salario más bajo. ¿Por qué? Porque al existir una generalizada ausencia de diferenciación-valor que justifique pagar un mayor salario, termina imponiéndose la opción del costo más bajo.

Esto ya nos está diciendo algo muy importante: ¡Para acceder a un puesto de valor y bien remunerado, es necesario tener alguna habilidad-talento o expertise que guarde sintonía con la necesidad del mercado objetivo! Esto supone, al momento de formular nuestro producto-trabajo, lo siguiente:

a. Tener bien en claro, insisto, que la habilidad-talento debe corresponderse a la esperada por el target objetivo.

b. Estar preparado para implementar cambios repentinos a lo largo del ciclo de vida laboral.

c. Tener consciencia de qué es lo que uno tiene de valioso y único. Es decir, aquello que permitirá convertirnos en “especialistas” y valorado por ello.

d. No olvidar que, a pesar del necesario factor diferenciador, uno no dejará de ser parte del equipo de colegas que crean valor en forma conjunta. Si uno termina siendo aislado del equipo de pertenencia, quedará solo compitiendo contra el resto; aquí de lo que se trata es sumar.

e. Así como en el pasado el éxito se lograba con iniciativa + ambición + talento, hoy se lo necesita amalgamar con especialización + conectividad.

¡La nueva percepción del trabajo nada tiene que ver con lo conocido ni con los éxitos del ayer. Más allá del ámbito laboral, profesional o social al que aspire el portador de Tu Marca Personal, en el proceso de creación y desarrollo del posicionamiento podrá verificar lo que mejor se ajuste a su Plan!


José Podestá

 

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