Los Padres Encaran al Jefe de su Hijo

17 julio 2011 ·

Los tiempos cambian y traen sorpresas impensadas, como ser que los padres opinen e intervengan en los procesos de trabajo de sus hijos, “interpelando al jefe”. Algo real y en pleno desarrollo.

Si bien para muchos puede producir una sensación de absoluto rechazo y de difícil asimilación, no debería ser el comportamiento y respuesta adecuados. ¿Por qué? Porque estamos frente a una generación que viene con una impronta de cambio, valores y comportamientos que nada tienen que ver con el “deber ser” del ayer; tengamos también presente que los padres, en mayoría, han claudicado en el ejercicio de las normas básicas de autoridad y territorialidad con sus hijos, con lo cual ambos se mueven e interactúan en un contexto de límites ausentes y licuados.

La Generación Y, pues de ellos se trata, trabaja escuchando música con sus auriculares, a la vez que atiende las indicaciones de su jefe, parte al gimnasio en horario laboral, trata a todo el mundo de manera informal –como en casa– y conversa con sus padres sobre su situación laboral, su relación con el jefe y lo que éste le observa e indica.

Estamos ante un modelo de autoridad diferente y de “cercanía”, lo que conduce a la práctica literalmente espontánea de relaciones de vínculos estrechos. De ello luego deviene la práctica de una “relación-demanda” hacia el jefe, por parte de los padres, que se sienten con el “derecho” de saber el por qué de las decisiones que afectan el desarrollo de la carrera laboral de sus hijos.

Un paradigma nuevo

Todo parece indicar que esta “innovación”, que lleva implícita una dosis de adolescencia e inmadurez tardía del vínculo padres-hijo, hace que “todos” terminen siendo parte de un vínculo que impacta en la manera de desarrollar el trabajo y las relaciones. Pero también es un factor de conflicto potencial para la empresa, porque a partir de las decisiones aplicadas al empleado, por ejemplo una eventual promoción o traslado a otra filial como parte del plan de carrera, ahora podrá ser mínimamente pasible de un pedido de explicación por parte de terceros.

Con ello a la empresa se le suma, al problema de la renovación generacional y la carencia de talentos, la demanda de los padres que deben atender y gestionar adecuadamente. Para ello, tienen que contemplar la capacitación al personal ejecutivo para que más allá de sentirse sorprendidos por tal interpelación, sepan cómo obrar en consecuencia.

Lo importante es entender esta realidad y darse cuenta que se está ante un cambio cultural que, en definitiva, es diferente.

Algunos ya son gerentes

En la actualidad ya existen representantes de la Generación Y que ocupan posiciones ejecutivas en las empresas, mientras otros son emprendedores exitosos. Ello es un buen indicador de la capacidad, potencial y solvencia que cuentan para ejercer el liderazgo formal. Por otra parte, son los que mejor capitalizarán el Personal Branding debido a la forma y estilo que los caracteriza en la gestión de vínculos y relaciones.

¡Más allá de lo que implica el ejercicio de la “conversación” de los padres con el jefe de su hijo, en la medida que la empresa cuente con un interesante proyecto para la Generación Y, estará posibilitando que los mejores lleguen a ser los futuros portadores de Tu Marca Personal. A partir de ese momento, la interpelación de sus padres será una anécdota del pasado!


José Podestá

 

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