¿Por Qué No se Planifica el Posicionamiento Laboral?

10 julio 2011 ·

Por diversas razones, según sea la actitud o resistencia de cada individuo. Quizás se le destine un tiempo prudencial y minucioso a planificar las vacaciones o un viaje al exterior y en cambio no se le destine, ni cinco minutos, a planificar el desarrollo y posicionamiento de la trayectoria laboral-profesional o social.

Podemos afirmar, al respecto, que al Personal Branding le sucede lo mismo que a la Orientación Vocacional. Una gran mayoría de los adolescentes esquivan invertir tiempo para descubrir-saber en qué rama de la gran sobreoferta de carreras universitarias hoy disponibles realmente sienten “pasión y motivación”. En cambio, optan por seguir al rebaño o ajustarse a lo clásico, es decir, a las profesiones que fueron propias del ayer.

¿Esto a qué conduce?

A la frustración, sin escalas, por haber errado de vocación o intentar probar suerte con otra especialidad, tal vez con el mismo factor de ocurrencia de repetir el mismo suceso.

Se trata, por cierto, de algo difícil de comprender o admitir. En épocas de nuestros abuelos, el carpintero, el herrero, el panadero o el médico, eran seres decididamente orientados a su oficio-profesión. Quizás lo descubrieron por necesidad, oportunidad o vocación, pero una vez que tomaron la decisión, se volcaron con pasión y amor a su realización. Así muchos de ellos, sin saberlo, terminaron construyendo y desarrollando su Personal Branding gracias al estilo-talento y compromiso asumidos.

Por la cultura hoy imperante, son muchos los que adhieren al estereotipo del ser profesional-universitario. Se parte, sin mayores razones, de la creencia que disponer de un título universitario es la garantía necesaria para llegar a ser “alguien en la vida”, sea como ejecutivo de empresa, profesional o dirigente social. Sin embargo, la realidad nos muestra algo diferente: hay millones de profesionales con título universitario – y hasta de posgrado y doctorado– que no ejercen, se sienten devaluados y lo que es peor, miembros de la gran cofradía de los NN: seres sin reconocimiento ni marca personal.

Pretender justificar esta realidad con la consagrada expresión “no tuvo suerte”, es tratar de cambiar el tema de discusión. Ningún título, incluyendo Tu Marca Personal, es garantía de nada. Recién lo es o será cuando su portador le sume valor y lo dignifique con el correcto hacer. Y para ello no se necesita depender de “la suerte” sino, más bien, de cuán buenos constructores somos de la buena suerte personal.

¿Y cómo se hace?

Sumando al trabajo el talento, amor y pasión que uno siente por la actividad o profesión elegida. Así lo hicieron, tal vez sin saberlo, los artesanos y profesionales del ayer, cosechando el reconocimiento, estima y lealtad de sus clientes.

El posicionamiento laboral-profesional

Para poder “ser alguien” en el oficio, trabajo o profesión elegida, se necesita no sólo hacer muy bien las cosas sino también integrarlas al plan laboral-profesional. ¿Por qué? Porque es necesario que uno mismo sea el artífice y constructor de su plan de carrera, reservándose para ello el control y adaptación continuos. Y para ello es necesario tener, bien en claro, la estrategia –el qué y el para qué lo hago– y la táctica o plan de acción.

En consecuencia, el tiempo que demanda trabajar en el modelo del posicionamiento deseado, es lo suficientemente importante, vital y clave para que luego uno no termine cediendo en terceros –el jefe, patrón o gerente– la imposición de requerimientos que nada tienen que ver con nuestra meta.

¡Ser portador de Tu Marca Personal es una decisión plena y muy gratificante. Demanda tiempo en su concepción y realización, porque se va construyendo y modelando sobre la marcha. Y porque vale la pena, es necesario planificar!

José Podestá

 

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