¿Por Qué se Van los Mejores?

03 julio 2011 ·

Cuando las empresas sufren la partida de sus mejores talentos suelen incurrir, habitualmente, en el mismo acto reflejo: ¡Retenerlos! Y para ello optan por distintas tácticas reactivas, como ser:

1. Contrarrestarla con una similar promesa de nivelación salarial.
2. Agregar el incentivo de un bonus adicional.
3. Confirmar la promoción que venían dilatando en el tiempo.

¿Quiénes terminan aceptando?

¡Los mediocres! y los que tal vez no estaban muy convencidos de abandonar definitivamente el barco, motivo por el cual se movilizaron para producir el efecto de las tácticas ya mencionadas.

No es la primera ni última vez que una empresa se ve expuesta al juego-tironeo de algún empleado que amaga con irse, porque ya tiene algo seguro, pero en realidad lo que aspira es quedarse para “sacarle” algún beneficio a la compañía. Acá vale preguntarse: ¿Se justifica que la empresa intente retenerlo, a pesar de las habilidades del empleado?

Lo cierto es que ante la escasez de talentos, las empresas intentan ejercer la retención. Sin embargo, más importante que ello es que éstas se pregunten, en serio, lo siguiente:

¿Por qué se van?

Aquí nos podemos encontrar con varias razones, como ser:

1. Utilizan el doble discurso, haciéndole creer al empleado cuán importante es pero al momento de tener que retribuir ese plus o valor agregado, terminan por dilatarlo en el tiempo.

2. La empresa carece de un horizonte previsible o proyectos atractivos para el empleado que aspira llevar adelante una carrera laboral-profesional. Tal vez muchas compañías aún no se han dado cuenta que el empleado de valor está “trabajando” para su posicionamiento y desarrollo personal en el mediano plazo. Si no hay una ruta de carrera, se va.

3. Considera que el empleado es el que trabaja para la empresa, a pesar que las reglas del contexto hoy señalan que debe ser al revés, siempre y cuando desee conservar a los mejores. Las que aún no se han percatado de ello, son luego las más propensas a utilizar la retención, casi como un culto.

4. Carece de una fuerte cultura y está desactualizada con el balance trabajo-vida, motivo por el cual el empleado de valor no siente que vale la pena hipotecar su futuro allí.

La oportunidad manifiesta

Así como hay marcas y empresas que se ven beneficiadas porque logran mejorar en sus negocios a partir de la actitud proactiva de los prosumers, lo mismo se está replicando en el ámbito laboral. Existe una nueva generación de empleados talentosos que están en condiciones de sumar valor a la organización porque, desde su impronta personal, sienten que son parte de un proyecto que es funcional con su carrera profesional, no la que necesariamente cree la empresa que puede diseñarle para él. De allí la necesidad de saber detectar y escuchar al nuevo “cliente interno” de la empresa, antes que éste decida partir.

¡El portador de Tu Marca Personal tiene bien en claro por qué se vincula con una causa, organización o proyecto. Posee las condiciones para hacer y sorprender en materia de resultados, motivo por el cual no se siente obligado a retención alguna. Más bien, son las empresas innovadoras y líderes las que se interesan por él, porque lo necesitan!

José Podestá

 

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