Capacitación Continua

22 enero 2012 ·

Basta con observar la obsolescencia de los productos tecnológicos de consumo para darnos cuenta cómo las ideas y la innovación van generando un cuasi-aluvión de nuevas soluciones y servicios que no dejan de sorprendernos. Este proceso-tendencia no es nuevo. Irrumpe a partir de la globalización y se potencia en la primera década del nuevo siglo.

Tal vez este suceso no a todos les parecerá interesante o valioso. Sin embargo, a las empresas que vienen generando estos cambios les está demandando una mayor inversión, no sólo en investigación y desarrollo, sino también en capacitación.

El flujo de ideas

Si bien las empresas cuentan con sectores clave que hacen realidad los nuevos productos y servicios, muchas de ellas se han dado cuenta que ello no es suficiente. Las ideas y el conocimiento ya no pueden ser patrimonio de un área o departamento, sino que deben provenir de la organización misma y fluir transversalmente, es decir, con y entre los empleados.

Por supuesto que no todos los empleados están en condiciones de llevar adelante un proceso de innovación o de nuevas soluciones. Pero sí pueden hacer aportes de ideas y mejoras que luego se materializarán en el área de fabricación o de servicios.

Seguramente que todos conocen o tiene referencias de la compañía Toyota, actual líder global en tecnología, ventas y rentabilidad de la industria automotriz. Esta empresa se define, culturalmente, como la “organización que aprende”. ¿De quién? De los empleados. Esto supone y demanda que el empleado esté posicionado en el centro de la organización, junto con el cliente y la estrategia.

Toyota sostiene que el conocimiento “no se compra”, es decir, que se genera a partir de las ideas, creatividad e innovación que van surgiendo de los equipos inter departamentales de la compañía. Ello es factible por el grado de convicción de los empleados, el flujo permanente de comunicación interna y el rol de los líderes –ejecutivos-directores– como gestores o facilitadores de la proactividad de los empleados.

Capacitación y algo más

Si bien el caso Toyota es paradigmático, no invalida a que las empresas en general, más allá de su rubro y tamaño, hoy lleven adelante sus proyectos de creatividad, generación de ideas y conocimientos aplicados. Para ello se necesita, como punto de partida, que la dirección de la empresa esté convencida del nuevo proceso. Caso contrario, los esfuerzos aislados terminarán por no germinar ni concretarse.

Esto nos dice que la capacitación hoy ya no puede ni debe excluir al CEO de la empresa, por el rol, importancia y responsabilidad que tiene el puesto en sí. La rotación frecuente de CEO’s –léase despidos– que se viene dando en las empresas, es un claro indicador de la falta de involucramiento y capacidad de estos ejecutivos. Además, nos dice que el título profesional o experiencias adquieras en otras industrias y mercados, ya no son suficientes. El CEO debe personificar la nueva cultura de la organización, y para ello deberá recibir la capacitación necesaria que, por supuesto, no se agota en la inducción.

Sabiendo el CEO el qué y el para qué la empresa necesita innovar y reposicionarse en el sector, podrá luego trasmitir al resto de la organización la correcta visión. Así, la empresa que tenga un proyecto-desafío superlativo logrará sumar al personal a ser artífices del cambio y co-creadores de los nuevos productos-servicios que, por supuesto, están anclados en las prioridades del cliente.

Este enfoque tiene, además, el beneficio de ir generando la aparición de empleados con Personal Branding, con el beneficio que ello hoy representa. Paulatinamente los rebaños de iguales se irán licuando, por la sencilla razón de que nadie espera que le digan qué debe hacer.

En la medida que la empresa conserve el rumbo terminará gestando y capitalizando sus propios talentos. Sin necesidad de tener que retenerlos. ¿Por qué? Porque la organización que hoy construye y sostiene su ventaja competitiva a partir del conocimiento, estará en mejores condiciones de contar con empleados de valor.

¡Una empresa que aprende es un polo de atracción y desarrollo para los portadores de Tu Marca Personal. Ya no se trata de una moda o sofisticación: es la realidad que impone el momento!

José Podestá

 

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